Hamadi Jebali, número dos del partido islamista Ennahada, recibió ayer el encargo de formar el nuevo gobierno tunecino. Nacido en 1949 en Susa, estuvo 15 años en las cárceles de Zine al Abidine Ben Ali por «pertenencia a organización ilegal y asociación ilícita». En 1991, siendo editor del periódico de Ennahada «Al Fajr», fue condenado […]
Hamadi Jebali, número dos del partido islamista Ennahada, recibió ayer el encargo de formar el nuevo gobierno tunecino. Nacido en 1949 en Susa, estuvo 15 años en las cárceles de Zine al Abidine Ben Ali por «pertenencia a organización ilegal y asociación ilícita».
En 1991, siendo editor del periódico de Ennahada «Al Fajr», fue condenado a un año de cárcel por «difamación», y en 1992, en pleno auge de la represión gubernamental contra los islamistas, a otros 16 años. Hasta su indulto en 2006, pasó gran parte de la condena en régimen de incomunicación.
Jebali es toda una personalidad dentro del islamismo tunecino. En 1981, fue uno de los fundadores del Movimiento de Tendencia Islámica (MTI), que posteriormente se convirtió en Ennahda, vencedor indiscutible de las elecciones del pasado 23 de octubre con 89 escaños.
El periodista y escritor Ben Sofiene Fahrat, lo describe como una persona «relajada, sonriente, con buena pluma y fluidez del francés. Siempre ha tenido muy buena reputación y muy buenos contactos».
Su fama de «moderado» se tambaleó drásticamente cuando, tras ganar los comicios, llamó a instaurar el sexto califato islámico, basado en la aplicación de la sharia (ley islámica).
Sus declaraciones en este sentido provocaron una fuerte indignación y suscitaron los temores de los opositores.
Tras la primavera tunecina, que el sábado cumplirá su primer aniversario, Jebali viajó a Washington junto a otros dirigentes del partido islamista, Samir Dilou y Nurredine Bhiri. En las reuniones que mantuvieron «al más alto nivel» con funcionarios estadounidenses, intentaron transmitirles un «mensaje tranquilizador», según la prensa tunecina.
«Los estadounidenses se quedaron impresionados con él. Es una persona tranquila, que ha sabido construir su discurso. Pero, al mismo tiempo, los años que estuvo en prisión endurecieron su carácter», señaló una fuente diplomática que pidió no ser identificada.
La primera tarea de Jebali será la de formar gobierno, para lo que tendrá 21 días, contando desde ayer. Según indicaron fuentes políticas a AFP, la lista con los nombres de los nuevos ministros podría ser entregada la próxima semana al presidente, Moncef Marzouki. Después, debería superar la votación de la Asamblea Constituyente. Aunque está abierta a las negociaciones entre Ennahada y sus dos socios de gobierno, el Congreso por la República (CPR) y Ettakatol, todo apunta a que Jebali se reservará las principales carteras, entre ellas las de Interior, Justicia y Relaciones Exteriores. Entre los nombres que se barajan para ocuparlas están los de Larayedh Ali, ex preso político y miembro de la ejecutiva de Ennahda, que estaría al frente de Interior; Nurredine Bhiri, portavoz del partido, que asumiría el Ministerio de Justicia, y Rafik Ben Abdessalem, yerno del líder de Ennahada Rached Ghannuchi, que se haría cargo de las Relaciones Exteriores.
Una fuente cercana a Ettakatol consideró «un enorme error» la designación del hijo de Ghannuchi. «La gente puede ver en su designación un retorno a viejas prácticas del pasado», manifestó.