Los términos del debate sobre el futuro del sistema político chino a menudo se definen a partir de tres perspectivas diferentes: algunos defienden una transición democrática impulsada por los movimientos ciudadanos y los intelectuales (1), otros creen posible un levantamiento popular, legitimado por las desigualdades sociales y la corrupción (2), finalmente, están quienes consideran que […]
Los términos del debate sobre el futuro del sistema político chino a menudo se definen a partir de tres perspectivas diferentes: algunos defienden una transición democrática impulsada por los movimientos ciudadanos y los intelectuales (1), otros creen posible un levantamiento popular, legitimado por las desigualdades sociales y la corrupción (2), finalmente, están quienes consideran que podría haber una reforma pausada, dirigida por la élite del Partido Comunista (3). Estas tres perspectivas implican puntos de vista diferentes sobre las raíces de las tensiones y las relaciones actuales de poder en la China contemporánea.
Sin embargo, con independencia de que se considere a las élites, la clase obrera o las clases medias como el sujeto de la transformación política, una característica común de estos tres puntos de vista es considerar la ciudad como el espacio del cambio.
Sin embargo, las protestas masivas que han tenido lugar en Wukan (un pueblo costero de la provincia de Guangdong, en el sur de China) a finales de 2011, ha vuelto a centrar la atención en el campo, donde surgió la revolución china.
La adquisición de terrenos, en el centro de las luchas sociales en China
En Wukan, las protestas son el resultado de la conjunción de dos factores: la corrupción de las autoridades locales (cunweihui, el comité de aldea, directamente vinculado al Partido Comunista), y quién es dueño de la tierra en el campo; dos problemas de suma importancia en la China rural desde el inicio de la privatización en 1978.
La adquisición de tierras juega un papel cada vez más importante en las contradicciones sociales actuales de China. Después de la revolución comunista en 1949, el sistema social se basaba en la distinción binaria ciudad / campo, que definía tanto los derechos de los ciudadanos como los derechos sobre la tierra. Durante la era comunista, los terrenos de las ciudades pertenecían al estado para permitir la construcción de fábricas y empresas públicas, mientras que la tierra en las zonas rurales era de las colectividades campesinas (gongshe comunas) y estaba destinada a uso agrícola. La reforma económica de 1978 cambió este sistema. Una nueva ley de 1991, que distinguía entre el «derecho de uso» y «derecho de posesión», ha permitido a las autoridades locales arrendar la tierra a otros actores económicos, con el consentimiento de los habitantes del pueblo y con una compensación (4). En realidad, las decisiones del comité de aldea no son siempre transparentes, a pesar de la existencia de elecciones a nivel de aldea (5), siendo, por tanto, una causa importante de conflictos en la China de hoy. Debido a la rápida urbanización, la frontera geográfica entre «ciudad» y «campo» tiende a ser difusa. Gracias a ello, han surgido oportunidades de enriquecimiento de las que se han aprovechado los cuadros políticos rurales, que han hecho grandes ganancias con la venta de la tierra a las agencias inmobiliarias sin el consentimiento de los habitantes de los pueblo. Como consecuencia, han tenido lugar miles de manifestaciones de protesta por la venta de tierras y el pago de compensaciones irrisorias.
Este es el marco de la lucha de los aldeanos de Wukan. Desde 1993, el comité de aldea se ha ido vendiendo las tierras comunes a empresas de construcción. Mientras que los funcionarios han obtenido beneficios superiores a los 70 millones de yuanes, las compensación eran de sólo 550 yuanes (55 euros) por familia. Así ha comenzado la movilización a favor de la democratización del comité de aldea y la re-evaluación del precio de las parcelas.
La movilización y la represión
Al igual que durante la primavera árabe, los jóvenes de Wukan jugaron un papel central en la organización de la movilización. Su experiencia de trabajo en las ciudades les ha hecho más conscientes de la injusticia que implica el monopolio del poder del comité de aldea. En 2009, una red social llamada «jóvenes radicales de Wukan» fue creada para discutir la situación del pueblo. La red ha difundido las discusiones mediante vídeos, folletos y canciones que ponían de relieve la corrupción y llamaban a la resistencia.
En septiembre de 2011, 5.000 campesinos protestaron frente al comité de aldea. Ante la presión, los funcionarios del comité huyeron y los aldeanos eligieron trece representantes para negociar con los funcionarios de Guangdong. Sobre todo pedían que los funcionarios provinciales investigaran la corrupción del comité de la aldea y exigían nuevas compensación por las pérdidas financieras sufridas por los aldeanos. La protesta recibió una respuesta favorable de las autoridades de Guangdong.
Pero después de meses de espera sin resultados, los aldeanos iniciaron en noviembre una nueva campaña con las consignas «Dadnos la tierra de cultivo» y «¡Abajo la corrupción! «. Esta nueva movilización ha sido violentamente reprimidas por las autoridades. El 9 de diciembre, las autoridades arrestaron a cinco miembros del comité provisional de la aldea, considerado «ilegal» por los funcionarios provinciales. Al mismo tiempo, el alcalde de Lufeng anunció que todas las cuestiones planteadas por los habitantes del pueblo se habían resuelto y que el asunto debía concluir con la dimisión del ex representante del comité de aldea de Wukan.
Al día siguiente, los aldeanos conocieron con estupor la muerte bajo custodia de Xue Jingpo, de 47 años, vicepresidente del comité provisional de la aldea. La policía negó tener cualquier responsabilidad. Abrumados por la ira y el dolor, los habitantes de Wukan decidieron resistir para proteger a los restantes miembros del comité provisional de nuevas detenciones. Se levantaron barricadas en la entrada del pueblo para impedir el acceso a los funcionarios provinciales y la policía. Sólo se permitió entrar en la aldea a periodistas de Hong Kong y extranjeros, porque los aldeanos no se fiaban de los periodistas chinos, que podían ser miembros de los servicios secretos.
Durante los siguientes diez días, las tensiones aumentaron significativamente, sobre todo por la atención que prestaron los medios de comunicación extranjeros. La policía cortó el agua, la electricidad y los alimentos a los aldeanos, que tuvieron que recurrir a sus reservas y la solidaridad de los pueblos vecinos. Mientras tanto, las protestas y manifestaciones continuaron con consignas como la elección democrática de los funcionarios locales, la devolución del cuerpo de Xue y la continuación de la investigación de la corrupción del comité de la aldea.
Pero la desconfianza de los aldeanos ante las autoridades de Guangdong hizo que pidieran la intervención de Beijing. Contra las difamaciones de los funcionarios provinciales de que todo era un «contubernio con los medios de comunicación extranjeros», los aldeanos se mantuvieron unidos, han mantenido sus reivindicaciones y han exigido la intervención del gobierno central de Beijing. Después de diez días de protestas y enfrentamientos con los agentes de policía enviados de la ciudad y a pesar de los rumores de una intervención militar inminente, los aldeanos consiguieron un giro de los acontecimientos el 20 de diciembre. El vice-secretario del PC de Guangdong hizo un discurso por televisión anunciando que las reclamaciones de los aldeanos Wukan eran «razonables», y añadió que si no se organizaban acciones de protesta «demasiado radical», las autoridades accederían a liberar a los restantes cuatro detenidos y satisfarían sus reivindicaciones.
Después de una negociación continua entre los aldeanos y las autoridades, el 1 de febrero de 2012, tuvo lugar en Wukan la primera elección «democrática» y «transparente» del comité de aldea. 6.000 habitantes del pueblo participaron en las elecciones y eligieron a 109 representantes. Lin (6), de 67 años, un ex miembro del Ejército y el jefe negociador con las autoridades de Guangdong, fue elegido presidente del comité de aldea. El 14 de febrero, la familia de Xue, pudo finalmente celebrar los funerales de Xue, considerado por los aldeanos un mártir.
La lucha de Wukan ha concluido con el nacimiento de una estructura política autónoma y «democrática» y el nombre de Wukan encarna el nuevo paradigma de la lucha popular en China.
¿Por qué han ganado?
Como hemos tratado de explicar en la introducción, la causa del conflicto no es excepcional, sino un episodio más en una larga serie de conflictos. Sin embargo, varios factores han hecho posible el «éxito» excepcional de Wukan entre las protestas incesantes en la China rural de hoy.
En primer lugar, la auto-organización de los aldeanos, promovida por la generación más joven, fue un factor clave. Zhuang, el dirigente más destacado de los «jóvenes radicales de Wukan», es propietario de una tienda de prêt-à-porter en una ciudad grande cerca de Wukan. Hablando con otros trabajadores emigrantes, se dio cuenta de que el comportamiento de las autoridades locales era un escándalo. Con otro joven nacido en 1990, entrevistó a los ancianos del lugar para reconstruir el proceso de privatización de la tierra por las élites políticas locales. Así se ha ido forjando una voluntad de lucha y cooperación entre los cuarenta y un clanes de Wukan (7). Se estableció una división del trabajo, que se hizo más evidente después de la muerte de Xue: los ancianos se ocupaban de las negociaciones con el gobierno, mientras que los jóvenes organizaban el servicio de orden y se colocaban a la cabeza de las manifestaciones para hacer frente a la policía.
En segundo lugar, la atención prestada por los medios de comunicación extranjeros ha sido, sin duda, un factor positivo. Dada la cercanía geográfica de Wukan a Guangdong y Hong Kong, su lucha fue seguida de cerca por los medios de Hong Kong. No sólo han enviado imágenes de la lucha de Wukan a todo el mundo, sino que también hicieron presión sobre los gobiernos de Guangdong y Shanwei. Sin esta «publicidad» de la prensa extranjera, las autoridades hubieran gozado de un mayor margen de maniobra para reprimir a los aldeanos.
Además de la proximidad a Hong Kong, otra característica notable es la estructura político-económica de la provincia de Guangdong. Primera zona de desarrollo de la reforma económica, Guangdong tiene una atmósfera más liberal que otras provincias chinas. Su gobernador, Wang Yang, está influenciado por la «corriente liberal» dentro del Partido Comunista. La lucha Wukan estalló justo antes de la reunión de la XVIII «Asamblea Nacional del Estado», que debía renovar sus cuadros. La presión internacional de los medios alentó una posición más «conciliadora» de Wang y evitar así una represión por parte del ejercito.
Por último, la exigencia de más «democracia local», sin cuestionar al mismo tiempo la legitimidad del Partido Comunista, ilustra las contradicciones de la resistencia popular hoy en la China. De hecho, en un contexto de transformación radical de la sociedad china, el gobierno central apoya a las víctimas de violaciones de la ley para fragmentar así una resistencia masiva (8). En nombre de los «derechos» (weiquan) y el estado de derecho (fazhi), el gobierno tolera cada vez más acciones de protesta individuales en defensa de sus derechos, pero la movilización y las protestas colectivas son severamente castigadas (9). La insistencia de los aldeanos de Wukan en una intervención del gobierno central de Beijing como el mejor instrumento para defender sus derechos tenía como objetivo deslegitimar una posible represión militar.
La elección de esta estrategia de negociación está relacionada también con el complejo legado del Partido Comunista. Para una gran mayoría de las generaciones mayores que vivieron la época de la revolución comunista y de Mao, el Partido Comunista y el gobierno central siguen encarnando una imagen idealizada de un régimen que «sirve al pueblo». Es más, como la gente se ha enriquecido con las reformas económicas, su ira se focaliza directa y únicamente contra las autoridades locales, sin querer un cambio del régimen político en Beijing. El padre de Zhuang declaró que «el partido siempre esta con la gente! «(10). A pesar de la ira contra las injusticias locales, el legado de la revolución comunista permite mantener la lealtad al Estado chino. Si las injusticias locales explican la determinación de lucha de los aldeanos, las declaraciones del padre de Zhuang muestran el nivel de confianza que conserva el gobierno central. En otras palabras, a pesar de la corrupción generalizada en todos los niveles administrativos en la China actual, el descontento contra las autoridades locales no necesariamente se traduce en una pérdida de legitimidad. Este es el dilema al que hizo referencia Han Han, un popular escritor y bloguero de Shanghai, que participó en una serie de debates sobre el futuro de China: «el Partido Comunista tiene 80 millones de miembros y 300 millones de familias se encuentran estrechamente vinculados a esos miembros, por lo que más que un partido político, se trata de un sistema. Por otra parte, a diferencia de las revoluciones árabes, el descontento político hoy en China no se puede reducir a la imagen de un dictador al frente del Partido Comunista. «(11)
El éxito sin precedentes de la lucha de Wukan es también un reflejo de los límites del actual movimiento político en China. Sin una alternativa política, el régimen del Partido Comunista de China sigue siendo el más legítimo para la mayoría de los ciudadanos, a pesar de todos sus defectos. Por otra parte, el la actitud cada vez más flexible del gobierno tiene como objetivo prevenir la intensificación de las luchas populares a favor de la «negociación». Si la reivindicación de mayor autonomía de las estructuras locales, pueblo, fábrica o escuela es una exigencia convergente de las luchas en diferentes contextos, la tendencia a llevar a cabo «reformas» flexibles a nivel local podría significar, por el momento, que no se cuestione la legitimidad del gobierno central, a diferencia de los cambios dramáticos que han tenido lugar de la Primavera árabe.
Notas:
(1) Un ejemplo de ello es la constante reivindicación del movimiento por la democracia fuera de China tras la masacre de Tiananmen en 1989 por parte de los intelectuales chinos exiliados y las comunidades de ultramar. En China, también hay una escuela de pensamiento que quiere reproducir la «Revolución de Terciopelo», dirigida por intelectuales como Liu Xiao-Bo, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2010, en prisión desde 2009 a causa de su participación en la «Carta 08». Podemos añadir la protesta del artista disidente Ai Weiwei, que básicamente pide mayor libertad de expresión y el fin de la corrupción.
(2) Un ejemplo es el punto de vista del novelista Yu Hua, http://articles.latimes.com/2011/dec/11/opinion/la-oe-yu-hua-china-20111211
(3) Este es quizás el más extendido y ha motivado muchas investigaciónes sobre las diversas corrientes dentro del Partido Comunista. Para un resumen, ver http://www.piie.com/publications/chapters_preview/4174/03iie4174.pdf
(4) Ding Chengri, «Land Policy Reform in China: Assessment and Prospects» Land Use Policy nº 20, p. 109-120, 2003.
(5) Se trata de la «Ley de organización de comités de aldea», de 1988, que establece que el comité de la aldea debe ser constituido y renovado a través de elecciones periódicas. Sin embargo, en realidad, debido al éxodo rural y la ausencia de elecciones en los niveles superiores, es difícil aplicar esta ley en todas las aldeas chinas. En Wukan, ha habido varias «elecciones», organizadas por el comité de aldea, pero nunca de forma transparente, y las mismas personas han acaparado el poder del comité de la aldea desde hace cuarenta y un años. (Véase el articulo del semanario chino Sheng Huo http://www.lifeweek.com.cn/2011/1220/36080.shtml)
(6) Lin había sido miembro del Ejército de Liberación Popular durante la Revolución Cultural, en 1969. Después trabajó tres años con el comité de la aldea y, finalmente, fue un pequeño empresario hasta su jubilación.
(7) Las relaciones sociales en la China rural se organiza en torno al «clan»: la gente con el mismo apellido y pertenecen a la misma genealogía. Durante generaciones, las decisiones sobre el interés general del pueblo eran adoptadas por consenso entre las generaciones. En Wukan, hay cuarenta y un clanes (cuarenta y un apellidos diferentes) y no sería posible una movilización popular significativa sin la solidaridad de todos los clanes, en especial sin el consentimiento de la vieja generaciones de estos clanes.
(8) En los casos de violación de derechos, a menudo por la corrupción de las autoridades locales, los ciudadanos chinos tienen derecho a ir a Beijing a hacer una «petición» a las autoridades centrales y pedir una indemnización. Este sistema (shangfang) de reclamación individual, no es sólo un procedimiento largo y lento, sino que a menudo es bloqueado por las autoridades locales. Por otro lado, el Estado estimula un enfoque jurídico para encontrar soluciones a los conflictos relacionados con las tierras para uso agrícola. Consignas del tipo «proteger los derechos» y «Estado de Derecho» son promovidas para fomentar las soluciones individuales. Véase el artículo de Ram Gorni http://www.atimes.com/atimes/China/EG03Ad03.html
(9) La represión policial y militar son medidas habituales que las autoridades locales adoptan ante las manifestaciones. Ver Cai Yongshun, «Local Gouvernments and the Suppression of Popular Resistance in China», The China Quaterly, marzo de 2008, p. 20-42.
(10) Véase el reportaje sobre los «jóvenes radicales de Wukan», en la revista electrónica china iSun Affaires de 2 de diciembre de 2011 (http://www.isunaffairs.com/?p=1648)
(11) Tres artículos publicados a finales de 2011, titulados respectivamente «Revolución», «Sobre la democracia», «Por la Libertad» (http://blog.sina.com.cn/s/blog_4701280b0102dz5s.html)
Isabelle Zhang es una académica y activista de origen chino que contribuye periódicamente artículos sobre la situación política en China y Taiwan a las web Extreme Asie e International Viewpoint
Fuente: http://www.contretemps.eu/fr/auteurs/isabelle-zhang
Traducción para www.sinpermiso.info: Gustavo Buster