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El gobierno de EE.UU. espía para luego hacer la guerra

Fuentes: Rebelión

1. Ayer se difundió por The New York Times: «El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que sacara ventaja del descubrimiento de fallas de seguridad en un programa para servidores de Internet que podrían revelar las claves personales de decenas de millones de usuarios y que, en […]

1. Ayer se difundió por The New York Times: «El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que sacara ventaja del descubrimiento de fallas de seguridad en un programa para servidores de Internet que podrían revelar las claves personales de decenas de millones de usuarios y que, en vez de dar aviso a los desarrolladores de ese sistema y al público en general, los aprovechara para espiar a un número indeterminado de personas, empresas y gobiernos». «El gobierno de Estados Unidos ha espiado las comunicaciones de sus ciudadanos sin orden judicial como parte de las operaciones de vigilancia electrónica de la NSA contra objetivos extranjeros fuera de territorio estadounidense, confirmó ayer en una carta al Congreso James Clapper, el jefe de inteligencia del país».

2. EEUU no sólo espía en Internet y todo tipo de comunicaciones sin necesidad de autorización alguna; espía en todas los bancos, oficinas, plazas públicas usando a las grandes burguesía de cada país. Ese capitalismo yanqui -aunque parezca dar patadas de ahogado en el lecho de su muerte- sigue teniendo una enorme fortaleza; sigue demostrando que es el policía mundial dispuesto a pelear por imponer sus intereses en el universo. En México nuestros imbéciles gobiernos (llámense de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña) sólo saben obedecer las órdenes del amo. ¿Cómo no hacerlo si su dependencia económica, política y cultural es total? ¿Hasta cuando demostraremos que tenemos dignidad?

3. Lo que EEUU impone en su país es una «sugerencia» para ser imitado en el mundo, de manera particular, en países más sumisos como México. No sé cuantos años más, y hasta qué grado, debemos soportar esa brutal vigilancia y supervisión de que somos víctimas en todos los países del universo. ¿Resistiremos ser grabados en todos los bancos, oficinas, calles y plazas públicas sin indignarnos y sin buscar de qué manera acabar con esa violencia que se ejerce contra nosotros? Recuerdo que entre los campesinos mexicanos muchas veces protestan -como otros debían hacerlo- porque les toman una fotografía sin su autorización. Muchas veces para hacerlo -y es justo- hay que pagar por ello. Pues ahora -en nombre de la seguridad- te toman fotografías hasta en los baños públicos.

4. En Mérida, que desde 1994 se estableció en la parte más alta de palacio de gobierno una cámara de vigilancia dirigida al espacio de los mítines y plantones y del periódico mural anarco-zapatista que coloqué 18 años allí, -anunció ayer el gobernador con bombo y platillos, como si fuera un triunfo- la multiplicación por cuatro veces de las cámaras de vigilancia en edificios; y en la ciudad de México se deben contabilizar esos aparatos por millones porque los ciudadanos lo tienen hasta en los baños públicos. En nombre de la «seguridad» para los ricos, para los millonarios, nos han establecido un Estado de sitio y no hacemos nada para detenerlo. ¿No se puede llamar acaso una brutal violencia contra todos los ciudadanos del mundo retándonos a responder con «tiros al blanco» para desaparecer esas cámaras?

5. No me imagino a los cientos de miles de empleados dedicados a observar las pantallas, a manejar los teléfonos que conectan con la policía y el ejército, a las miles de patrullas esperando una orden, a las decenas de miles de secretarias revisando archivos y direcciones, a los miles de gendarmes y carceleros preparados. Toda una masiva red de institución para establecer una gigantesca vigilancia para que los banqueros, industriales, grandes comerciantes y poderosos gobernantes, sean resguardados en su dinero y propiedades, de los «ladrones», «asaltantes», «violadores», «secuestradores», que ellos mismos -los millonarios- convirtieron antes en miserables y desempleados. Para ello sirvió el autoatentado de la Torres Gemelas de Nueva York en 2001: para invadir Afganistán e Irak y establecer un «Estado antiterrorista».

6. Los héroes de las denuncias que nos abrieron los oídos y los ojos en el mundo desde 2011, fueron: Julian Assange y su Wikileak (Preso en embajada en Inglaterra), Edgar Snowden (Semi preso en Moscú) y el soldado Manning (Preso en cárceles de EEUU) Ellos escarbaron en serio y luego publicaron cientos de miles de documentos que desenmascararon el carácter invasor, intervencionista y asesino de los gobiernos yanquis en todos los países causando el reclamo de algunos gobiernos, tales como el de Alemania y Brasil, así como el silencio de países sumisos como Inglaterra y México. ¿No fue acaso desde hace 14 años -ante el llamado de Bush al combate el «terrorismo» cuando todos los países instalaron millones de millones de cámaras de vigilancia que es una ofensa brutal contra los seres humanos?

7. Con esa violenta vigilancia están provocando o retando a respuestas igual de violentas. ¿Cuándo los millones de habitantes de una ciudad autorizaron que sean grabados todos sus movimientos? ¿Quién controla esas grabaciones y quién las usa para programas televisivos? Precisamente ese proceder del Estado es lo que se denomina fascismo, o sea el total control de los movimientos de los ciudadanos para que Estado decida sobre ellos. ¿Qué así se puede controlar la delincuencia? Pienso que un delincuente de verdad, un delincuente inteligente, antes de pasar frente a las cámaras de vigilancia, quemaría en primer lugar el banco y en medio de la oscuridad atracaría los dineros. Alguien diría que las cámaras son un tigre de papel.

Fuente original: http://pedroecheverriav.wordpress.com