Algunas informaciones de medios internacionales espantan cuando refieren que África se puede convertir en la incubadora de nuevas cepas de la Covid-19, cuando en realidad este continente ha sido el menos afectado por la pandemia, pese a que no recibe las suficientes vacunas de los países ricos.
Los reportes, sin embargo, tienden a minimizar el impacto que ha tenido esa mortal enfermedad en EEUU y Europa, y desde donde principalmente se han llevado a los pueblos africanos las diferentes variantes del coronavirus.
Pero peor aún, dicen que las naciones del también denominado continente olvidado no se han podido vacunar por causa de la ingobernabilidad regional, como si en varias europeas y el propio EEUU hubiera gobernabilidad.
Miles de personas, teniendo fármacos inyectables para prevenir la Covid-19, se niegan a recibirlo en no pocos de esos países del Norte rico, y los gobiernos son incapaces de persuadir a los ciudadanos para que lo hagan. Si a eso le llaman gobernabilidad evidentemente es poco serio.
Tampoco han sabido enfrentar la pandemia con medidas certeras, como la ha hecho China, y una ola tras otra de la dolencia se les ha convertido en un tsunami.
Son los europeos y los estadounidenses, y no precisamente los africanos, quienes más viajan por el mundo, y contagiados con el coronavirus lo propagan por los países destinatarios de turistas, que para nadie es desconocido son los del Sur, y cuyas economías dependen en buena medida de los visitantes extranjeros.
Entonces la interrogante: ¿Por qué África la incubadora? Molesta que a pesar de no tener sistemas de salud sofisticados y carecer de medicamentos, a diferencia de otras regiones, hayan sabido combatir mejor la pandemia.
Sí, ya sabemos la respuesta dará el Norte: En la región africana las autoridades no brindan las cifras reales de casos de Covid-19, como si las de Washington y europeas lo hicieran tan bien.
En realidad nunca vamos a conocer verdaderamente cuántos pobres han muerto sin atención medica en EEUU y Europa por la grave enfermedad que azota desde hace casi dos años a la humanidad.
Igual no sabremos, aunque persistan las sospechas, de que el virus salió de un laboratorio, “casualmente” en plena feroz guerra comercial internacional, en la cual se pretende debilitar a emergentes potencias “enemigas” y también igual a supuestas aliadas. A buen entendedor con pocas palabras es suficiente.
Empero volvemos sobre África con otra pregunta: ¿Será que ahora alguien quiere convertirla en una incubadora del virus SARS-CoV-2, como lo han hecho con otras enfermedades para hacer experimentos?
Sería cruel, pero vivimos en un mundo cada vez más inhumano y sin escrúpulo de no pocos que solo piensan en ganar dinero, aunque sea de la peor manera.
Precisamente hoy hay grandes emporios interesados en que la Covid-19 no se acabe para multiplicar sus ganancias millonarias ya obtenidas merced esa dolencia.
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