El gobierno de Zimbabue tiene en sus manos un plan para invertir en seguridad vial, incluida la mejora de su infraestructura vial deficiente.
BULAWAYO, Zimbabue – Cuando conduzca de noche en Zimbabue, esté atento a si vislumbra un par de ojos en la carretera y reduzca la velocidad. Puede chocar con una jirafa dentro de un bache. Este chiste se cuenta a menudo en este país del sur de África.
Puede parecer una hipérbole poco halagüeña sobre la calidad y la seguridad de las carreteras de Zimbabue, pero de hecho no está lejos de la realidad.
Las carreteras de Zimbabue no son famosas por su estética, ni por su calidad y, menos aún, por su seguridad. El año pasado murieron más de 2000 personas en las vías del país, y otras cientos resultaron heridas, en un país de 14,5 millones de habitantes.
Una media de cinco personas mueren cada día en accidentes de tráfico en Zimbabue, según un informe sobre la seguridad vial del país presentado en enero de 2022. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la cifra real es tres veces mayor.
La discrepancia puede deberse a que el gobierno solo cuenta las muertes en el lugar del accidente.
Por el contrario, la práctica mundial contabiliza también las muertes en los 30 días posteriores al accidente, afirmó Lee Randall, terapeuta ocupacional e investigador de seguridad vial en todo el continente.
En diálogo con IPS, explicó que muchos países de África tienen sistemas estadísticos deficientes y no generan datos de accidentes oportunos y precisos.
Para reducir los muertos y lesionados por accidentes de tráfico, se acaba de establecer la revisión de la seguridad vial de Zimbabue, en un estudio elaborado por la Comisión Económica de para África (Cepa) de Naciones Unidas, junto con el gobierno y en colaboración con el enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial.
Alta siniestralidad vial, peaje para economías africanas
Las muertes por accidentes de tráfico en Zimbabue aumentaron 34 % entre 2011 y 2019, mientras que las víctimas mortales pasaron de 1836 en 2016 a una media anual de 2000 muertes al año entre 2017 y 2019, según el informe. Los conductores y pasajeros de autobuses representaron 50 % de las víctimas mortales.
Los accidentes de tráfico, que se atribuyen principalmente a una combinación de errores humanos, infraestructuras viales deficientes y vehículos defectuosos, se cobran un precio en vidas y en la economía en términos de costos de atención médica.
En el lanzamiento del estudio que dio la receta para la revisión de la política vial, realizado en enero, la secretaria ejecutiva de la Cepa, Vera Songwe, destacó que el coste de los accidentes de tráfico es elevado para las economías africanas, especialmente cuando intentan reconstruirse tras la crisis ocasionada por la pandemia de covid-19.
«Cualquier cosa que reste crecimiento al PIB (producto interno bruto) de África se convierte en algo importante, porque necesitamos cada parte para avanzar mejor», dijo Songwe.
Para la funcionaria regional, «la solicitud de la autoridad de Zimbabue de revisar su transporte y seguridad es alentadora dada la terrible situación de la seguridad vial en el país, pero también el contexto económico que es muy difícil.»
Una investigación realizada en 2018 por el Consejo de Seguridad Vial de Zimbabue indica que el país experimenta una media de 40 000 accidentes de tráfico que cuestan unos 406 millones de dólares al año, y estos suponen 3 % del PIB de Zimbabue, que asciende a 14 000 millones de dólares.
Zimbabue es el único de los países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, en inglés) “que ha pedido este tipo de revisión de las carreteras y me alegro de que el gobierno lo haga porque es un gran paso para rectificar la situación de los accidentes de tráfico», dijo el especialista Randall.
«Es una llamada de atención para ver estas sombrías realidades de los accidentes de tráfico para los países, especialmente los de ingresos bajos y medios, en los que los accidentes consumen una enorme proporción del PIB que, en cambio, podría utilizarse para el desarrollo y el alivio de la pobreza», remarcó.
Incluso la Encuesta de la Economía Global califica las carreteras de Zimbabue de forma deficiente, con una puntuación de 2,8 en 2019, en comparación con la media mundial de calidad de las carreteras basada en 141 países, que fue de 4,07 puntos.
Después de Camerún, Etiopía y Uganda, Zimbabue es el cuarto país africano que lanza un informe de evaluación de los resultados de la seguridad vial que hace un balance de los progresos realizados en la aplicación del primer Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020 de las Naciones Unidas.
El Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial tiene como objetivo reducir las muertes y los traumatismos causados por el tránsito en al menos 50 % para 2030.
Randall, que ha investigado ampliamente sobre la bioética de la seguridad vial, cree que los accidentes de tráfico no deberían producirse en primer lugar porque la mayoría son evitables y podrían minimizarse si se prestara la debida atención al sistema general de tráfico.
El cumplimiento de las normas de circulación es fundamental, y es importante contar con sistemas de control robustos y bien dotados, pero Randall dijo que no se puede tener policías de tráfico en cada kilómetro de cada carretera, cada hora de cada día.
«Tenemos que apelar al policía de tráfico que llevamos dentro, que es nuestro sentido moral, que se basa en un buen nivel de conocimiento de los riesgos de colisión y del comportamiento humano, así como en una formación literal sobre las leyes de un determinado país”, consideró.
La solución pasa, dijo, “por inculcar los conceptos de seguridad vial a las personas a una edad suficientemente temprana para que influyan en su comportamiento en el sistema de tráfico a lo largo de su vida».
Randall es uno de los fundadores del Proyecto de Ética Vial, una organización sin ánimo de lucro que involucra a la gente en conversaciones éticas y reconoce a las personas que han contribuido eficazmente a reducir los accidentes de tráfico, las lesiones y las muertes.
Vehículos de segunda mano y controles de seguridad deficientes
Songwe, la responsable de la Cepa, también señaló el aumento de la importación de vehículos de segunda mano en Zimbabue y otros países africanos, e instó a reducir la importación de automóviles que no cumplen las normas y que cuestan vidas y son perjudiciales para el desarrollo económico.
«Como continente, tenemos que acabar con la importación de vehículos que no cumplen las normas y que acaban costando vidas y son perjudiciales para el desarrollo económico», dijo.
Zimbabwe, como también se conoce al país, importa vehículos por valor de más de 340 millones de dólares al año, según las cifras de la agencia nacional de datos, Zimstat.
En 2021, Zimbabue prohibió, mediante un instrumento legal, la importación de vehículos de segunda mano de diez años o más. Pero eso no ha frenado las importaciones grises, que los zimbabuenses de a pie pueden permitirse conducir, lo que contrasta con los vehículos de lujo de gama alta en los que derrocha el gobierno.
Muchas muertes, poca inversión en seguridad vial
El estudio hizo varias recomendaciones para que Zimbabue mejorara la seguridad vial, señalando que el país tenía las peores tasas de mortalidad por accidentes de tráfico entre sus vecinos.
Jean Todt, enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, afirmó que Zimbabue podría invertir su elevada tasa de mortalidad por accidentes si aplicaba las recomendaciones del informe.
Destacó que 90 % de las personas y mercancías de África se mueven por carretera y que el transporte y la movilidad solo pueden ser sostenibles si son seguros.
África tiene las tasas más altas de mortalidad en carretera por cada 100m000 habitantes. En todo el mundo, 1,3 millones de personas mueren cada año a causa de accidentes de tráfico, y más de 50 millones resultan heridas.
Se recomendó que Zimbabue estableciera una base de datos de accidentes de tráfico y mejorara sus indicadores estadísticos y datos desglosados, al tiempo que implementara un sistema de respuesta y coordinación de la atención posterior al accidente.
En la actualidad, Zimbabue no dispone de un número único de llamada de emergencia de tres dígitos que facilite la notificación oportuna de los accidentes de tráfico y la respuesta.
El informe de revisión también recomendó el desarrollo de una estrategia nacional de seguridad vial de 10 años y un plan de acción para mejorar la seguridad vial en Zimbabue para 2030, así como la creación de un Fondo de Seguridad Vial.
En su intervención en la presentación del plan de revisión, el viceministro de Salud y Atención a la Infancia de Zimbabue, John Mangwiro, dijo que el país se había comprometido con la seguridad vial mediante la aplicación de las medidas recomendadas, incluida la apertura de una institución de notificación de accidentes y emergencias.
Los deficientes sistemas de salud médica han hecho que muchos supervivientes de accidentes de tráfico mueran al llegar a los hospitales debido a la falta de atención posterior al accidente.
La revisión transporta buenas noticias. Zimbabue puede acelerar la seguridad vial y revertir los accidentes de tráfico invirtiendo en educación pública sobre seguridad vial, aplicando políticas eficaces y mejorando la infraestructura del sistema vial.
En el camino hacia mejores carreteras
El año pasado, el gobierno zimbabuense declaró la red de carreteras del país en estado de desastre.
Anunció una asignación de 400 millones de dólares para financiar la rehabilitación y mejora de las carreteras a través del programa de Rehabilitación de Carreteras de Emergencia.
El gobierno anunció recientemente un ambicioso plan de desarrollo vial para rehabilitar la red de carreteras del país, que abarca más de 78 000 kilómetros. Algunas de esas carreteras tienen más de 30 años.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
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