El único hospital de referencia en la región de Afar está completamente desbordado. Los niños y niñas llegan en un estado de salud tan delicado que muchos de ellos no logran sobrevivir más allá de 48 horas tras ser ingresados.
Afar, Etiopía. 16 de junio de 2022. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la región etíope de Afar están siendo testigos de una serie de alarmantes indicios de lo que podría ser una emergencia nutricional de enormes proporciones. La organización médico-humanitaria advierte de la necesidad urgente de incrementar los esfuerzos para dar respuesta a esta crisis, ya que la situación está empeorando día tras día.
En esta región, cientos de miles de personas han huido recientemente de las zonas en conflicto para refugiarse en comunidades de acogida. Y ahora, tanto unos como otros, luchan contra la sequía, la falta de agua potable y de alimentos y la escasez de atención médica.
Fotos: https://media.msf.org/Share/031b0n2iu618v0d624n8kj8004m2g541
Videocomunicado (imágenes de recurso, declaraciones de personal de MSF y testimonios de pacientes): https://media.msf.org/Share/roevm1q328nmac22240c1c6d25qb2sod
“Somos conscientes de que esto es solo la punta del iceberg. Y eso es lo que más miedo nos da, porque lo que nos estamos encontrando resulta verdaderamente abrumador”, afirma Raphael Veicht, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras en Addis Abeba, Etiopía. “En el Hospital Dupti, el único centro médico de referencia que sigue en funcionamiento en toda la región de Afar, estamos viendo cómo los niños y niñas llegan tras haber realizado viajes larguísimos y sumamente difíciles. Muchos de ellos mueren menos de 48 horas después de haber ingresado; están tan enfermos y se encuentran en un estado de desnutrición tan avanzado que ni siquiera tienen fuerzas para tratar de sobrevivir”.
El pasado mes de abril, MSF reforzó el equipo que ya venía prestando apoyo al Hospital Dupti, un centro que atiende a una población de más de 1,1 millones de personas, entre las cuales hay cientos de miles de desplazados, la mayoría de ellos llegados tras los estallidos de violencia de hace unos meses. En este 2022, la cantidad de niñas y niños con desnutrición severa admitidos en el centro supera en tres y cuatro veces la media de admisiones que este hospital tenía antes del comienzo de la crisis. Las tasas de mortalidad de los pacientes son terriblemente altas, llegando a superar, en algunas semanas, el 20% de los pacientes ingresados. En apenas ocho semanas, 35 niños han fallecido en este hospital. Y más de dos tercios de los mismos murieron antes de llegar a cumplir 48 horas ingresados.
“Muchas personas en Afar no pueden ni siquiera acceder a la atención médica más básica. Tampoco tienen suficientes alimentos ni agua. El reciente conflicto, el desplazamiento, la falta de acceso a la atención médica, la mencionada falta de agua y comida, o la insuficiente de la asistencia humanitaria son factores que, combinados, están haciendo que la lucha por la supervivencia en esta región sea cada día más complicada”, explica Veicht. “Hay que incrementar urgentemente la respuesta humanitaria y dar el apoyo necesario a las personas desplazadas y a las comunidades de acogida, con la seguridad alimentaria, la atención médica primaria, la nutrición y el agua como puntos clave en los que poner los mayores esfuerzos”.
Se estima que solo el 20% de las estructuras médicas de la región de Afar siguen en funcionamiento; el resto han sido dañadas, destruidas, abandonadas o carecen de recursos. Más del 80% de los niños y niñas que ingresan con desnutrición en el Hospital Dupti no ha recibido atención médica antes de llegar allí.
“Las condiciones del lugar donde nos estamos quedando son extremadamente duras. Es un sitio inhabitable”, relata Asiya Salih Mohammed, quien también explica que muchas personas de su comunidad murieron en el conflicto y que ella se vio obligada a viajar a pie durante más de un mes para buscar refugio. Ahora, ha llegado a un asentamiento informal de personas desplazadas que carece incluso de los servicios más básicos. Como allí no hay servicios médicos, llevó a su hija de un año al Hospital Dupti. “No hay suficientes alimentos para comer, no hay agua potable, la casa en la que nos refugiamos no tiene techo, así que no tenemos sombra. Estamos siempre expuestos al sol”.
El impacto que provoca vivir en esas condiciones resulta evidente entre los pacientes del Hospital Dupti, donde casi dos tercios de los menores con desnutrición que requieren hospitalización provienen de familias desplazadas. En abril, cuando MSF comenzó a prestar apoyo en el centro de alimentación terapéutica para pacientes ingresados del Hospital Dupti, la sala, que contaba entonces con 14 camas, se vio rápidamente desbordada, teniendo que ocupar cada una de esas camas con dos o más pacientes.
Los equipos médicos de la organización pusieron 14 camas adicionales en estructuras temporales, pero estas ya están también completamente ocupadas y el personal médico tiene serias dificultades para poder ofrecer el nivel de atención médica que necesitan los niños y niñas. En las últimas fechas, incluso la sala de pediatría se ha visto desbordada; allí también ha habido que poner a dos o más pacientes por cama.
“En solo en dos días, 41 menores fueron ingresados en la sala de pediatría con infecciones estomacales graves, debido a que no hay agua potable suficiente y las personas se ven obligadas a beber agua de los charcos; de zonas embarradas”, dijo Veicht.
MSF acordó recientemente con el Ministerio de Salud de Etiopía aumentar la capacidad de los departamentos de urgencias y de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados del hospital mediante la construcción rápida de nuevas estructuras temporales. Sus equipos también brindarán apoyo a las actividades de saneamiento y establecerán puntos de suministro de agua potable. Paralelamente, MSF planea abrir cinco programas de alimentación para pacientes ambulatorios en las áreas más necesitadas, pero, si se quiere evitar una crisis de grandes proporciones, es necesario que se haga mucho más y que se haga de forma inminente.
Situación también acuciante en otras regiones de Etiopía
En Wardher, en la Región Somalí de Etiopía, finalmente comenzaron las lluvias, pero el periodo de sequía ha sido muy largo y la población todavía se enfrenta a desafíos complejos relacionados con la inseguridad alimentaria y el acceso al agua potable.
MSF completó recientemente una campaña de vacunación contra el sarampión para más de 7.000 niños y niñas en 50 lugares diferentes, e implementó un sistema de vigilancia médica para reaccionar rápidamente a las emergencias médicas que puedan producirse. Las comunidades de toda la región advierten de que la sequía ha acabado con gran parte del ganado y otros elementos vitales para la sobrevivencia; y el agua, los alimentos y el acceso a la atención médica a menudo están fuera del alcance de la mayoría de las personas.
Los equipos de Médicos Sin Fronteras también están haciendo frente a otras situaciones severas en el Cuerno de África: una agravamiento de la crisis de salud pública en Somalia y Somalilandia, y otra crisis nutricional en el noreste de Kenia.
Fernando Calero García. Press officer, MSF España
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