La Reunión Nacional de Clérigos Islámicos, el encuentro religioso más importante realizado en Afganistán desde el regreso del Talibán al poder, concluyó en Kabul sin que esclareciera ninguno de los cuestionamientos más perentorios de la sociedad.
El pujante y persistente reclamo de varios sectores obligó al Emirato Islámico (gobierno Talibán) a organizar de manera anticipada la cita religiosa del año -conocida como Loya Jirga- para discutir, aparentemente, las principales problemáticas que afectan al país.
A la reunión de tres días asistieron unas tres mil personas de todo el territorio nacional; de acuerdo con fuentes gubernamentales, invitaron a tres representantes de cada aldea, en su mayoría clérigos, aunque esperaban que algunos comerciantes y ancianos tribales también participaran.
No obstante, desde ese momento se iniciaron las desavenencias entre gobierno y sociedad, como preludio de lo que sería el cónclave en su conjunto.
A finales de junio pasado los talibanes anunciaron la realización anticipada de la Loya Jirga como respuesta al llamado de muchos clérigos a convocar el cónclave; y tras el anuncio, varios sectores sociales pidieron ser representados en el evento, en especial las mujeres.
Nuestra expectativa es que todas las tribus, y en particular las mujeres, sean invitadas a tales reuniones, para que ellas mismas puedan hablar sobre sus inquietudes, declaró la activista por los derechos de las féminas Marriam Maroof Arian.
Sin embargo, ni las mujeres, ni los medios de comunicación, ni los políticos afganos con más influencia a nivel social fueron invitados a la reunión de clérigos islámicos.
SIN CAMBIOS PARA EL PAÍS
No es posible que el mundo reconozca a Afganistán en base a los resultados de este encuentro, pues terminó sin traer cambios a la situación actual del país, señaló al respecto el analista político Torek Farhadi.
Pensamos que se discutirían temas medulares como los derechos de las mujeres, la economía y el desempleo, pero no fue así. Esta reunión carecía de representantes reales del pueblo, y era más como una asamblea de personas que solo estaban de acuerdo con la ideología política de los talibanes, dijo por su parte el investigador Abdul Shokor Sabori.
Y no es que no se haya debatido. La Loya Jirga, del 30 de junio al 2 de julio, cerró con una resolución de 11 principios. Entre ellos, los participantes prometieron lealtad al líder supremo del Emirato Islámico, Mawlawi Hibatullah Akhundzada, y demandaron a la comunidad internacional liberar los activos afganos.
Entre otros postulados, los asistentes ratificaron como «legítimo» al actual gobierno y pidieron su reconocimiento a nivel internacional, anunciaron el apoyo al decreto del Emirato Islámico sobre drogas, prohibieron cualquier tipo de cooperación con el grupo extremista Estado Islámico, y apoyaron la política del gobierno Talibán, de no interferir con otros países y esperar lo mismo de éstos.
Aun así, varios sectores sociales apuntaron que los problemas esenciales que enfrenta el pueblo de Afganistán no fueron abordados en las resoluciones emitidas durante el encuentro.
Como respuesta el portavoz adjunto de los talibanes, Bilal Karimi, dijo a los periodistas tras concluir la Loya Jirga que la agenda de la reunión se llevó a cabo de esa forma porque los clérigos islámicos así lo solicitaron.
Esta no fue una reunión en la que el Emirato Islámico tomara la decisión. Y cada vez que haya problemas para que el Emirato Islámico decida, se compartirá con la gente, subrayó el vocero en la conferencia de prensa.
ALARMANTE CRISIS HUMANITARIA Y ECONÓMICA
De acuerdo con la activista de derechos civiles Najia Anwari, la cita religiosa terminó sin ningún progreso significativo para resolver los problemas actuales del pueblo de Afganistán, sumido en una alarmante crisis humanitaria y económica, y cargando con la involución que significa la falta de acceso de las niñas a la escuela.
Este último punto estuvo sin dudas entre los temas más solicitados, pues el cierre de las escuelas para niñas desde el sexto hasta el 12 grado por parte del gobierno ya se extiende por casi 10 meses, y la reapertura de esos centros es demanda constante dentro y fuera del país.
Al mismo tiempo, los talibanes hicieron un llamado durante la Loya Jirga a atender la educación religiosa y moderna, la salud, el desarrollo económico, la agricultura, los derechos de las minorías étnicas, y de las mujeres y los niños, todo dentro de la estructura de la Sharia (Ley Fundamental Islámica).
De esta forma se anunció entre grandes expectativas, se desarrolló y concluyó la Loya Jirga, cuya única resonancia en la sociedad afgana fue precisamente el mutismo del cónclave ante los problemas más apremiantes de sus ciudadanos. Resultó otra oportunidad perdida para miles de voces con preguntas aún sin responder.
Nicholas Valdes. Periodista de la Redacción Internacional de Prensa Latina.
Fuente: https://www.prensa-latina.cu/2022/07/07/loya-jirga-otra-respuesta-muda-a-las-preguntas-de-afganistan