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Ahora Pete Hegseth es el Secretario de Guerra

Fuentes: Mundo Obrero

Nunca se puede esperar que el régimen de Trump haga algo positivo por el pueblo trabajador de Estados Unidos, y mucho menos del resto del mundo. Pero a veces, por error, esta cuadrilla racista, misógina y belicista en el poder ahora hace algo que corta en ambos sentidos.

Tal fue su decisión de renombrar el «Departamento de Defensa » de nuevo al «Departamento de Guerra», como se llamaba hasta 1949.

El Secretario de Guerra, Pete Hegseth, dice que el cambio de nombre endurecerá al Pentágono. Lo mismo dice Trump. Afirman que el cambio de nombre contrarrestará las políticas «woke».

Recuerden que Hegseth tiene dos calificaciones principales para su puesto de Secretario de Guerra: ayudó a liberar a tropas especiales estadounidenses condenadas por crímenes de guerra en Irak y Afganistán; siempre adula a Trump.

Durante los más de 75 años de existencia del Departamento de Defensa, Estados Unidos inició docenas de guerras. Esto ocurrió tanto bajo administraciones demócratas como republicanas. Las Fuerzas Armadas estadounidenses recorrieron el planeta invadiendo y bombardeando países y matando a muchos millones de personas, en Corea, Vietnam, Afganistán e Irak, por ejemplo, sin que el nombre más suave, Departamento de Defensa, se lo impidiera.

Es cierto, como ha dicho Trump, que Estados Unidos no ha ganado ninguna guerra desde la Segunda Guerra Mundial, pero no por contener la matanza.

El cambio de nombre simplemente elimina la mentira de que la máquina de matar estadounidense defiende a todo el pueblo de EE.UU. y que todas las guerras de EE.UU. son guerras defensivas. Esta mentira pretende engañar a la población estadounidense. La mayor parte del mundo no se deja engañar.

Al llamar al Pentágono Departamento de Guerra en lugar de Departamento de Defensa, el equipo de Trump ayuda a aclarar el verdadero propósito del Pentágono.

El Departamento de Guerra libra guerras agresivas para proteger y ampliar la propiedad privada, la riqueza y los beneficios de un minúsculo grupo de capitalistas y banqueros extremadamente ricos que constituyen la clase dominante imperialista. Estos superricos cuentan con el ejército estadounidense para que les ayude a explotar el trabajo de miles de millones de trabajadores y agricultores de todo el mundo y a saquear los recursos naturales de la Tierra.

Cuando los trabajadores y los pueblos oprimidos luchan por aumentar sus ingresos o las naciones luchan por la soberanía sobre la tierra en la que viven, el Departamento de Guerra los mata. Reprime estas luchas. Cientos de miles de tropas estadounidenses también murieron o resultaron heridas en guerras que inició Estados Unidos.

El Departamento de Guerra también proporciona beneficios al complejo militar-industrial. Es decir, garantiza beneficios a los capitalistas propietarios de las corporaciones armamentísticas. Este año el presupuesto sólo para el Departamento de Guerra es de más de 1 billón de dólares, un nuevo récord, todo tomado de los impuestos que pagan principalmente los trabajadores. El aumento del presupuesto, tomado con apoyo bipartidista en el Congreso, se transfiere a los ya superricos. Solo el aumento del año pasado podría financiar fácilmente los servicios recortados de la sanidad y la educación.

Ningún trabajador de Estados Unidos debería arriesgar su propia vida o matar a otras personas para servir a los intereses de esta clase dirigente asquerosamente rica. Ni en Asia Occidental, ni en el Mar del Sur de China, ni en Corea, ni en Europa del Este. Ni en África. Ni en el Caribe contra los venezolanos. O en Washington, D.C., Los Ángeles o Chicago contra los inmigrantes, los negros y otros trabajadores.

Ya sea que MAGA o los republicanos de la vieja escuela o los demócratas estén a cargo, la clase trabajadora necesita resistir al Departamento de Guerra. Las tropas dentro del ejército deben resistir las órdenes ilegales de la Casa Blanca.

Llevemos el cambio de nombre un paso más allá y hagamos que el «Departamento de W.A.R.» signifique «Departamento de Beneficios de las Armas, Agresión y Represión» (Department of Weapons Profits, Aggression and Repression). Y dejemos que cualquiera que se escandalice por el cambio de nombre asimile la lección de lo que son realmente las Fuerzas Armadas estadounidenses: instrumentos de agresión y represión para obtener superbeneficios para unos minúsculos gobernantes indeciblemente ricos.

Fuente: https://www.workers.org/2025/09/87875/