Recomiendo:
0

La incapacidad internacional para detener la tragedia goza del silencio cómplice de la ONU.

A las puertas del magnicidio en Darfur

Fuentes: El Corresponsal

El tiempo se acaba para el mandato de la Misión Africana en Sudán (AMIS) de la Unión Africana en Darfur y al parecer la comunidad internacional parece resignarse una vez más a asistir en calidad de testigo a una gran hecatombe como las sucedidas en Ruanda en 1994 y Srebrenica en 1995. Con más de […]

El tiempo se acaba para el mandato de la Misión Africana en Sudán (AMIS) de la Unión Africana en Darfur y al parecer la comunidad internacional parece resignarse una vez más a asistir en calidad de testigo a una gran hecatombe como las sucedidas en Ruanda en 1994 y Srebrenica en 1995. Con más de 300.000 muertes que en su mayoría son población civil, más de 4 millones de desplazados de los cuales 2 millones se encuentran en el exilio y casi 2,5 millones son desplazados internos, el conflicto de Darfur se ha convertido en el más sangriento de la región. Es una prolongación más de la guerra civil en la que ha estado sumido Sudán por un poco más de dos décadas.

Es lamentable ver que la Liga Árabe y la Conferencia Islámica se hayan unido en una posición de apoyo a un presidente sudanés que no es la manifestación de la voluntad de su pueblo y de gran parte de su gabinete. ¿Cómo es posible que haya tantas protestas por la invasión al Líbano, que promuevan el respeto a la vida de la población civil libanesa pero en Darfur pasen por alto los constantes y muy denunciados atropellos del gobierno sudanés a la población civil? ¿Ser subsaharianos los hace menos dignos de vivir? No ser árabes no es razón para que estos grupos de países den su apoyo a la iniciativa del gobierno de dejar desprotegidas a estas personas que quedan a merced de los Janjaweed, los grupos paramilitares musulmanes sudaneses auspiciados extraoficialmente por el gobierno para acabar con la insurrección en Darfur y en sí con la población que allá vive. Se critica con severidad las medidas de Israel contra los palestinos y los métodos de exterminio como privarlos del acceso a fuentes de agua y el hacinamiento en campos de refugiados y zonas delimitadas, y si en Darfur sucede lo mismo, ¿por qué nadie dice nada?

Son 2,5 millones de personas que en este momento están siendo tácitamente condenadas a muerte si la AMIS se retira el próximo sábado (30/9). Al interior de Sudán, hasta su mismo vicepresidente, Salva Kiir, está a favor de la intervención de las Naciones Unidas en la región de Darfur. Es importante que se releve del mandato en Darfur a la AMIS, cuyos recursos cada vez son menores, cuyos hombres desmoralizados ven casi con impotencia los atropellos de los Janjawed fuera de los campamentos de refugiados protegidos por la AMIS. El gobierno sudanés ha utilizado varias formas de boicot, como robar el combustible de la AMIS, limitar sus desplazamientos, entre otros, para poder así apoyar las operaciones de los Janjaweed en la región. Se ha llegado incluso a denunciar el apoyo aéreo de la fuerza aérea sudanesa en varias de las masacres perpetradas por los Janjaweed.

Es un gobierno que oficialmente denuncia a los Janjaweed pero que nunca ha hecho ejecutar los acuerdos que se han firmado para su desmantelación. Muchas organizaciones no gubernamentales han tenido que huir de la región por las presiones de dichos grupos. En un momento tan coyuntural la ONU debería levantar su desvirtuada imagen que ha quedado en entredicho tras la ocupación de Irak en 2003. Es frustrante ver con resignación que priman más los intereses comerciales, las relaciones diplomáticas y un discurso antioccidental que las vidas de 2,5 millones de personas. China ha condicionado su apoyo a la iniciativa del Consejo de Seguridad a la aceptación de la intervención por parte del gobierno sudanés que evidentemente no se dará. Bien es sabido que tras esta posición priman los intereses por el intercambio de hidrocarburos entre Sudán y China.

De un momento a otro parece que la ONU hubiese vuelto a la Guerra Fría, en donde el choque de intereses entre bloques impidió que el mundo se manifestase contra hechos tales como la respuesta soviética contra Checoslovaquia o el envío de tanques a Varsovia durante el secretariado de U-Thant. Y si bien ahora la lucha de bloques no es entre capitalismo y comunismo parece que los factores que deciden la vida en el sistema internacional son los hidrocarburos, el intercambio de votos y las alianzas estratégicas.

Es deplorable ver que la diplomacia internacional y la prensa sigan gastando tiempo y hojas en los discursos de Chávez frente a la ONU y sus problemas con Bush mientras Darfur, una zona tan grande como Francia, está al borde de ser arrasada y su población asesinada por las milicias musulmanas. Es ante esto que uno se pregunta, ¿para qué sirve la comunidad internacional si la voz de muchos y la vida de millones pasa a un segundo plano en las prioridades de la Asamblea de la ONU que se interesa más por criticar o apoyar a Irán o las excentricidades de otros mandatarios? De poco sirve mantener una fuerza de la Unión Africana que esté subyugada al financiamiento del gobierno sudanés y otros países africanos y árabes si son los actos de dicho gobierno y el apoyo de sus aliados lo que se está poniendo en cuestionamiento. Darfur necesita tropas de las Naciones Unidas y las necesita ahora. Ya una vez fue cuestionado Koffi Annan por Ruanda cuando era cabeza de las misiones de mantenimiento de paz, ¿será que la historia le condenará de nuevo por sus omisiones?