Platón decía que sólo los guerreros y gobernantes podían mentir, los primeros para trazar sus estrategias y engañar a sus enemigos en el campo de batalla, y los segundos para mantener la unidad e integridad del Estado. Ésta reflexión lo hacía el gran filósofo griego al describir su Estado perfecto gobernado por un rey filósofo, […]
Platón decía que sólo los guerreros y gobernantes podían mentir, los primeros para trazar sus estrategias y engañar a sus enemigos en el campo de batalla, y los segundos para mantener la unidad e integridad del Estado. Ésta reflexión lo hacía el gran filósofo griego al describir su Estado perfecto gobernado por un rey filósofo, hombre de gran virtud y sabiduría que buscará en todo momento el servir a su sociedad, siempre en la medianía entre sus posesiones. Un esquema ideal que sin duda se aleja mucho a lo que realmente es el México de hoy, sobre todo en lo que se refiere a su máximo gobernante.
El mentir de Platón conlleva a preservar la unidad, como base de la justicia (una idea de justicia no común en nuestra actualidad); en cambio, en la versión del gobierno mexicano busca preservar los privilegios de la minoría y prolongar el desahucio de gran parte de su sociedad. Así lo ha demostrado el Acuerdo Transpacífico que en estos últimos días ha salido a la luz pública, un acuerdo entre doce países que por más de diez años se ha estado gestando en secreto, a espaldas de las sociedades de cada país, así lo ha puesto al descubierto las filtraciones de Wikileaks (1), del nueve de octubre de éste año, en donde se estipula las clausulas de secretismo que debe regir hasta la aprobación del acuerdo por los países miembros. El secreto es la semilla de una futura mentira.
Los países miembros, Estados Unidos, Canadá, México, Chile, Perú, Australia, Brunei, Nueva Zelanda, Singapur, Japón, Malasia y Vietnam, buscan profundizar con éste acuerdo los tratados de libre comercio que tienen principalmente con el país de las franjas y las estrellas, garantizando así cada vez más los intereses de la corporaciones transnacionales y limitando sus soberanías respectivas. Pero ¿por qué se dice esto?, ¿acaso es una simple denostación de los pasos del gobierno neoliberal?, veamos de manera simple y general lo que implica éste acuerdo.
El Acuerdo Transpacífico (ATP) más allá de los discursos oficiales que pregonan su benevolencia para con el desarrollo de la economía del país, tal como lo hicieron a principio de la década de los noventas con el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), lo que busca es fortalecer la presencia de empresas multinacionales, sujetando a los países miembros a regulaciones -mejor dicho desregulaciones- que garanticen los intereses de éstos, minando así la soberanía nacional; para esto, parte del texto del acuerdo expuesto por wikileaks: «las partes pueden formular o enmendar sus leyes y regulaciones; adoptar medidas necesarias para proteger la salud pública y la nutrición y para promover el interés público en sectores de vital importancia para su desarrollo socioeconómico y tecnológico, siempre que esas medidas sean consistentes con las disposiciones de este acuerdo«, y ¿Cuáles son las «disposiciones» del acuerdo?.
El ATP centra sus disposiciones en la propiedad intelectual, desde el sector agroquímico hasta las tecnologías digitales, pasando por el muy sensible sector de la salud. Así Wikileaks revela que si un gobierno miembro exige a alguna empresa agroquímica, las pruebas de seguridad alimenticia y eficacia del producto, éste gobierno se compromete a que en un periodo de diez años, otras empresas no podrán comercializar el mismo producto o uno similar, siendo esto posible sólo con la autorización de la primera empresa, es decir, se institucionaliza el monopolio.
En el sector de la salud, el ATP prevé lo mismo que en el sector agroquímico, cuando una empresa cumpla con el gobierno miembro sus responsabilidades técnicos-sanitarios, éste se compromete a garantizarle el monopolio en sus productos, elevando así los años de patente de los medicamentos, impidiendo la producción de fármacos genéricos que llevan a un menor costo el medicamento a sus consumidores. Muertes, desahucios y sufrimientos se ven en el horizonte con éste acuerdo.
Respecto al sector tecnológico, el ATP busca regular y endurecer las sanciones a las infracciones del derecho de autor, penalizando con multas, desconexión de internet e incluso con cárcel a quienes infrinjan. También prevé convertir a los proveedores de internet en los responsables de censurar los contenidos unilateralmente, sin que exista una instancia superior que garantice el acceso de los ciudadanos a la libre red de la internet.
Así más sectores de la economía están a merced de la firma del Acuerdo Transpacífico, acuerdo que busca en todas sus estipulaciones fortalecer la presencia y los intereses de las corporaciones multinacionales, limitando por lo tanto las atribuciones de los Estados miembros, un acuerdo de supeditación que limita groseramente la soberanía del país.
Por su gran componente antipopular, éste acuerdo se ha orquestado de manera secreta y serán en estos días en que se oigan los cantos de sirena, ante la necesidad de ser aprobados por el congreso nacional, serán los días de mentiras sobre la viabilidad de las políticas neoliberales, lo mismo que nos han dicho desde hace treinta años, que la empresa privada es mucho más efectiva que la pública, aunque quizás en esto tengan razón, más eficiente en reducción de costos empresariales, aunque mucho más costosa en los resultados sociales, pobreza, marginación y delincuencia.
El gobierno neoliberal mexicano volverá a mentir una vez más sobre la única salida entreguista, anteponiendo no la unidad del Estado platónico, sino el cada vez más minoritario interés, no ya de la burguesía nacional, sino de la transnacional.
Nota:
(1) https://wikileaks.org/tpp-ip3/
@NaelRado