Artículo publicado en 13 de julio de 2007 en el periódico ‘The Namibian’
Pocas personas en África pudieron ver a Al Gore y su tropa de estrellas del rock ecologistas pavoneándose con toda su parafernalia el fin de semana del 7 y 8 de julio, porque la mayoría no tiene ni televisión ni electricidad.
Esto por una parte, porque además quedarían horrorizados por el extrañísimo mensaje que transmite el concierto ‘LiveEarth’.
En África tenemos cosas mucho más serias por las que preocuparnos, que por el cambio climático.
De verdad, si ellos consiguen su objetivo, los conciertos habrán perjudicado a la gente de África.
El antiguo Secretario de Estado para el Medioambiente de Gran Bretaña, David Miliband, dijo recientemente que el resto del mundo no puede aspirar a alcanzar los niveles de vida del Reino Unido porque: «Si el mundo fuera a tener el mismo nivel de vida que el que tenemos en el Reino Unido, entonces necesitaríamos tres planetas para mantenernos».
Supongo que el señor Miliband no estaría de acuerdo con Indira Ghandi, que decía que «la pobreza es el mayor contaminante».
Miliband fue reemplazado por Hilary Benn, quien como Ministra de Desarrollo Internacional dirigió el Departamento para el Desarrollo Internacional.
Uno podría pensar que este departamento habría apoyado al desarrollo económico como medio para acabar con la pobreza y la polución.
Pero en su borrador de guía para un mundo mejor, defiende «desarrollo por estiércol» y afirma que «al estar en proceso de desarrollo los países más pobres, es esencial que no sigan los mismos patrones erróneos de la utilización de la energía».
Así que lo que tienen para África es estiércol, no diesel – mientras que China vuela a la cabeza porque son demasiado grandes y armados con tecnología nuclear, como para pararles.
Incluso si aceptamos que el calentamiento global pueda tener un efecto significativo sobre nuestro clima, limitar el uso de los carburantes fósiles en África sería contraproducente.
Las infecciones respiratorias son la causa principal de mortandad infantil en mi continente, principalmente por inhalar el humo producido por la madera y el estiércol ardiendo en nuestras pintorescas cabañas de barro.
¿Por qué quemamos estos combustibles «renovables», pero muy sucios? No porque tengamos el mínimo deseo de salvar la tierra. No, señor. Lo hacemos porque no tenemos acceso al gas natural o a la electricidad.
La segunda causa más importante de la mortandad infantil no es la malaria o el SIDA, es la diarrea, causada por beber agua sucia.
¿Por qué está sucia nuestra agua? Principalmente porque carecemos de medios baratos y eficaces de bombear y limpiar el agua.
Eso requiere carburantes fósiles – bien sea directamente o para producir electricidad.
Una causa subyacente de muchos problemas de salud en África es la malnutrición. Esto es consecuencia tanto de la agricultura y ganadería ineficaz como de la mala distribución de la comida.
El rectificar esta situación significaría utilizar carburantes baratos y relativamente limpios, como gasolina y diesel. (Por supuesto, también necesitamos mejores carreteras, que sólo pueden construirse utilizando maquinaria que queme… carburantes fósiles). Nuestros países ya pobres y en lucha por sobrevivir están siendo absorbidos por el gigantesco movimiento para salvar la tierra – con una ayuda monetaria que es como el palo y la zanahoria.
Si nos dejamos engatusar para utilizar formas de energía «renovables» más caras, seguiremos siendo incompetentes y nuestros niveles de crecimiento económico seguirán siendo bajos o en retroceso.
Eso sería una tragedia porque el crecimiento económico se ha mostrado como la mejor manera de reducir la pobreza y mejorar la salud.
Por favor, Europa y América, ¡déjennos! Ustedes pueden reducir sus propias emisiones si quieren, pero no nos digan a nosotros lo que tenemos que hacer.
Realmente nosotros tenemos amenazas más serias y urgentes de las que ocuparnos.
Desafortunadamente, nuestros Gobiernos mendigos son muy susceptibles ante decretos venidos de lo más alto, especialmente cuando se les ofrecen ayudas (las cuales utilizan para forrarse yendo directas a sus cuentas bancarias): ¡No les animen!
La humanidad ha demostrado que es inmensamente adaptable.
Hemos sobrevivido a una edad de hielo y a un periodo probablemente mucho más caliente que hoy, (Hace alrededor de 8.000 años).
Los patos salvajes amerizan en el mar y construyen sobre él.
En Arabia Saudí beben agua desalinizada del mar.
Los Tuareg se adaptaron al calor ardiente del Sáhara y los esquimales se adaptaron al congelante frío del Ártico.
Así que, ¿por qué ser pesimistas pensando que no vamos a adaptarnos a otro cambio en el clima? ¿Por qué están tan nerviosos por lo que parece que va a ser un relativamente pequeño cambio medioambiental? Puede que no les guste la idea de los africanos desarrollándose de verdad.
Pero si el calentamiento global es real y cambia el clima en África, entonces necesitaremos mejor salud y acceso a las tecnologías modernas para adaptarnos.
Los proyectos que nos impiden acceder a esas tecnologías y socavan el crecimiento económico nos impedirán adaptarnos al cambio.
¿Qué harán los envejecidos políticos y las estrellas del rock ecologistas por nosotros entonces?
*Kofi Bentil es un profesor de la Universidad de Ashesi, consultor estratega de empresas, en Accra y el ganador del premio «Mercado de Desarrollo de Ghana», que el Banco Mundial concede a los empresarios.
Traducido por Rosa Moro del Departamento África de la Fundación Sur