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África será libre cuando el FMI deje de conspirar para robar su riqueza

Fuentes: Tricontinental

En países como Senegal, el FMI ha sido cómplice de prácticas irregulares de contabilidad de la deuda y las finanzas públicas con el fin de socavar la soberanía y favorecer a las empresas multinacionales.

Estimadas amigas y amigos:

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

En febrero de 2025, el Tribunal de Cuentas de Senegal publicó un informe en el que se detectaron “anomalías” en la gestión de las finanzas públicas entre 2019 y 2024, durante la presidencia de Macky Sall (2012-2024). El tribunal descubrió que, por ejemplo, aunque el gobierno de Sall había sugerido que el déficit presupuestario para 2023 era del 4,9 % del producto interno bruto (PIB), en realidad era del 12,3 %. El tribunal se puso a trabajar en la reconstrucción de las cuentas públicas debido a una acusación grave realizada por el nuevo primer ministro de Senegal, Ousmane Sonko, en una conferencia de prensa en Dakar en septiembre de 2024. Lo que descubrieron los auditores, y lo que validó el Fondo Monetario Internacional (FMI), fue que la relación real deuda/PIB en 2023 era del 99,7 % y no del 74,7 %, y que el déficit se había subestimado en un 5,6 % del PIB (en agosto de 2025, la relación deuda/PIB se revisó al 111 % del PIB).

La situación financiera de Senegal, según el primer ministro Sonko, es “catastrófica” debido a tres problemas heredados de la década de gobierno de Sall:

  1. Una “política de endeudamiento desenfrenada” que aumentó la deuda pública del país y eliminó cualquier posibilidad de crecimiento para pagarla.
  2. Un gobierno que ocultó este endeudamiento y los profundos problemas de la economía al pueblo senegalés (que, no obstante, rechazó al sucesor elegido por Sall, Amadou Ba, en las elecciones presidenciales de marzo de 2024 y eligió en su lugar a Bassirou Diomaye Faye).
  3. “Corrupción generalizada”, incluido el fraude del fondo COVID del país por parte de cuatro ministros.
Omar Ba (Senegal), Promenade masquée [Paseo enmascarado], 2016.

El presidente Faye y el primer ministro Sonko están reuniendo poco a poco las pruebas de que el gobierno de Sall robó del erario público y llevó a su país a la bancarrota a sabiendas. Faye (nacido en 1980) y Sonko (nacido en 1974) son exfuncionarios del área tributaria que se dedicaron a la política frustrados por los niveles de incompetencia, fraude y corrupción en la burocracia y en la política de Senegal. Como jóvenes, con ideales patrióticos, Faye y Sonko estudiaron en la École nationale d’administration (Escuela Nacional de Administración) y luego se conocieron en la Dirección General de Impuestos y Patrimonios (DGID), donde Sonko había creado el Sindicato Autónomo de Agentes Tributarios y Patrimoniales.

En 2011, la empresa canadiense SNC-Lavalin ganó un contrato de 50 millones de dólares para construir una planta de procesamiento de arenas minerales en Grande Côte. Sin embargo, más tarde se reveló en los Paradise Papers que el gobierno senegalés había firmado el contrato con una entidad conocida como SNC-Lavalin Mauritius. En otras palabras, la empresa canadiense se había convertido en una empresa mauriciana (convenientemente, existía un tratado tributario entre Senegal y Mauricio que eximía a las empresas registradas en Mauricio del pago de impuestos en Senegal). Debido a este cambio de jurisdicción, SNC-Lavalin evitó pagar al menos 8,9 millones de dólares en impuestos a Senegal (los ingresos anuales de SNC-Lavalin son de unos 6.000 millones de dólares, un tercio del PIB de Senegal, que tiene una población de 18 millones de habitantes).

El primer ministro Sonko se opuso abiertamente a este proyecto y, en enero de 2014, creó un partido político llamado Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF) para continuar la lucha. En 2017, obtuvo un escaño en la Asamblea Nacional, donde planteó la cuestión de los paraísos fiscales y el robo corporativo. “Un paraíso fiscal puede ser un paraíso para las multinacionales que quieren evitar pagar impuestos”, afirmó en 2018. “Pero para el país es un infierno”. En 2019, Sonko obtuvo casi el 16 % de los votos en unas controvertidas elecciones presidenciales. En las elecciones municipales y parlamentarias de 2022, la coalición liderada por el PASTEF, llamada Yewwi Askan Wi (Liberad al pueblo), obtuvo importantes avances y el candidato del Partido Socialista de Senegal, Barthélémy Dias, fue elegido alcalde de Dakar. El entonces presidente Sall se enfureció con estos exfuncionarios tributarios y trató de prohibir su partido y silenciar a Sonko. Esto provocó importantes manifestaciones en 2023-2024 que culminaron con la victoria electoral de Faye y Sonko. No es de extrañar que estos antiguos funcionarios de impuestos investigaran los libros de contabilidad y descubrieran pruebas de fraude.

Pero ¿son Sall y su gobierno los únicos culpables de fraude? Al fin y al cabo, toda la burocracia de Senegal, incluido el Tribunal de Cuentas, no pareció actuar ante las denuncias presentadas por Sonko y otros, ni ante las revelaciones de los Paradise Papers.

Quizás el acto de malversación más llamativo no sea el del gobierno senegalés, sino el del FMI. Desde que Sonko comenzó a plantear esta cuestión en 2017, el personal técnico del FMI ha publicado al menos siete informes sobre Senegal, ninguno de los cuales indicaba que hubiera ningún problema con los mecanismos de información sobre la deuda o las finanzas. Su informe de 2019, titulado Gestión de la deuda y las finanzas públicas en Senegal, por ejemplo, señaló que los acuerdos de auditoría de Senegal se ajustaban a las Normas Internacionales de Información Financiera y que el país se había adherido a la Norma Especial de Difusión de Datos del propio FMI en 2017. Si el FMI aprobó los datos proporcionados por Senegal, entonces es tan responsable del fraude como el gobierno de Sall y debería rendir cuentas.

Souleymane Keita (Senegal), Composición, 2010.

En octubre de 2024, tras las revelaciones de irregularidades en los informes presupuestarios, el FMI suspendió el programa de préstamos a Senegal. En marzo de 2025, el informe del personal técnico del FMI señaló la “necesidad de reformas urgentes” en la burocracia y las instituciones de Senegal (pero no en el propio FMI). Casi al mismo tiempo, la portavoz del FMI, Julie Kozack, afirmó que Senegal podría no tener que devolver los préstamos fraudulentos del gobierno de Sall debido a la buena fe con la que el gobierno de Faye-Sonko llevó a cabo una auditoría para desentrañar estas irregularidades. Sin embargo, esta condonación tenía condiciones, ya que formaba parte de las negociaciones entre el FMI y Senegal.

El FMI mostró sus cartas en un informe de agosto de 2025: quería utilizar la posibilidad de una condonación para obtener concesiones del nuevo gobierno, incluidos cambios estructurales para erosionar lo que quedaba de la soberanía senegalesa. El gobierno de Faye-Sonko ganó un mandato popular para fortalecer la soberanía. El FMI está utilizando la honestidad del gobierno de Faye-Sonko sobre el fraude del gobierno anterior para socavarlo. Lo que busca el FMI es un mayor acceso a los “sectores estratégicos” (como la energía y la agricultura) a través de las empresas multinacionales, una disciplina fiscal más estricta por parte del gobierno (es decir, menos gasto social para la clase trabajadora y el campesinado) y la continuación del Plan Senegal Émergent de Sall de 2014, que utiliza palabras de moda tecnocráticas para enmascarar la fuga de riqueza hacia las manos de las multinacionales extranjeras y la élite senegalesa. La condonación se cernirá sobre el gobierno de Faye-Sonko para coaccionarlo a cambiar su agenda de soberanía por la agenda de sumisión del FMI.

Younousse Seye (Senegal), Sin título, 1972.

El caso de Senegal no es inusual. En la década de 1980, los gobiernos militares respaldados por Estados Unidos en América Latina realizaron préstamos fuera del presupuesto, lo que el FMI tomó en serio de palabra, pero no con hechos. En 2000, el FMI identificó información falsa del gobierno militar de Pakistán, pero de nuevo no hizo nada, sobre todo después de que Pakistán se uniera con entusiasmo a la “Guerra contra el terror” de Estados Unidos en 2001. Por la misma época, el FMI perdonó a Ucrania por la información falsa sobre su deuda, actuando una vez más bajo la presión del gobierno estadounidense, que buscaba mantener la orientación prooccidental del presidente Leonid Kuchma. Algo muy similar ocurrió con Congo-Brazzaville en 2002 y Gambia en 2003. En 2006, el FMI publicó un documento sobre cómo hacer que las políticas de información falsa fueran “menos onerosas” para no cargar a los países con sanciones severas. Esta actitud influyó en el trato que el FMI dio a Mozambique en 2016, cuando este país exportador de energía se enfrentó a los retos que planteaban las deudas ocultas.

Los gobiernos favorecidos por Washington reciben una simple amonestación, mientras que los gobiernos deseosos de desarrollar una política soberana son castigados.

Pape Daouda Gueye (Senegal), Las amigas, 1960.

En septiembre, el gran músico senegalés Cheikh Lô (nacido en 1955) lanzó un nuevo álbum titulado Maame (2025). El álbum incluye una canción reggae, African Development , que comienza con Cheikh Lô entonando los nombres de Cheikh Anta Diop, Thomas Sankara y Nelson Mandela antes de improvisar con las palabras “África libre, libre, libre… África debe ser libre”. Esta canción es un regreso a los orígenes, a las esperanzas y aspiraciones que surgieron cuando Senegal obtuvo su independencia en 1960 e izó su bandera bajo el liderazgo de su primer presidente, Léopold Sédar Senghor. “La salud es lo primero”, canta Cheikh Lô, quien continúa enumerando una serie de demandas:

Agricultura, ganadería, pesca.
Educación: templo del conocimiento.
Formación profesional.
Creación de empleo para los jóvenes.
Seguridad de la población.
Preservar los recursos naturales.
Lucha contra la pobreza.
Lucha contra la corrupción.
Justicia independiente e imparcial.
Desarrollar la democracia.

La libertad en África está lejos de estar garantizada por las 54 banderas que ondean en las 54 capitales del continente. La libertad solo podrá llegar cuando los pueblos de África afirmen su control soberano sobre sus propios recursos y se emancipen de las indignidades del capitalismo y el imperialismo.

Cordialmente,

Vijay

Fuente: https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-senegal-deuda-fmi/