Aminattou Haidar es uno de los símbolos de la lucha del pueblo saharaui por vivir en libertad en su patria: el Sáhara Occidental. El 8 de mayo recibió en Madrid, en un acto masivo celebrado en el auditorio de Comisiones Obreras, el V Premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y […]
Aminattou Haidar es uno de los símbolos de la lucha del pueblo saharaui por vivir en libertad en su patria: el Sáhara Occidental. El 8 de mayo recibió en Madrid, en un acto masivo celebrado en el auditorio de Comisiones Obreras, el V Premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados, que otorga la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). En su emocionante discurso, Haidar agradeció la enorme solidaridad que la causa de su pueblo despierta en la sociedad española, pero censuró la posición del Gobierno español en las negociaciones internacionales para lograr una solución a un conflicto que ya va camino de cumplir 31 años, al no defender el derecho del pueblo saharaui a ejercer su derecho a la autodeterminación.
A mediados del pasado mes de enero Aminattou Haidar salió de la Cárcel Negra de El Aaiún, en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, tras cumplir la pena de siete meses de prisión que le fue impuesta por un tribunal marroquí en una mascarada de juicio, tal y como denunciaron los observadores internacionales presentes. Junto con otros activistas saharauis, fue detenida ahora hace justo un año por participar en las protestas pacíficas de la población saharaui de los territorios ocupados en favor del reconocimiento de los derechos nacionales de su pueblo. En prisión, sus compañeros y ella realizaron una huelga de hambre de 51 días.
Haidar fue detenida por primera vez por las fuerzas ocupantes marroquíes en 1987, cuando tenía 20 años, y estuvo desaparecida casi cuatro años, tiempo durante el que fue torturada, forzada a permanecer siempre con los ojos vendados y sometida a un régimen vital inhumano. En su condición de destacada luchadora por la defensa de los derechos humanos ha denunciado con tenacidad los crímenes contra la humanidad perpetrados por el régimen de Rabat, ayer con Hassan II (a quien el monarca español consideraba su «hermano»), hoy con Mohamed VI: existen más de 500 saharauis desaparecidos, los activistas saharauis son detenidos de manera arbitraria y torturados sistemáticamente…
Pero si la dictadura marroquí considera y trata como enemiga a Aminattou Haidar es por su defensa irrestricta de los derechos nacionales del pueblo saharaui y su apoyo al Frente Polisario como único representante del mismo, frente a los títeres que Rabat exhibe ante la comunidad internacional. En su discurso ante las más de 400 personas que asistieron a la entrega del V Premio Juan María Bandrés, Aminattou Haidar señaló su disposición a luchar, junto con sus compañeros, hasta el final para lograr la libertad del Sáhara Occidental.
Si la situación de los más de doscientos mil saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tinduf es muy difícil, por el severo recorte de la ayuda internacional y las consecuencias de las inundaciones de febrero, la población saharaui de los territorios ocupados protagoniza una valerosa y pacífica Intifada, reprimida por Marruecos de manera brutal. Y, además, en el horizonte inmediato las negociaciones internacionales para una solución al conflicto están empantanadas debido a la cerrazón de Rabat, al apoyo que le presta Francia y a la pasividad del Gobierno español, que no defiende, como la potencia descolonizadora que aún es según la legalidad internacional, el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y que claudica ante Marruecos. Este pueblo hospitalario y pacífico fue traicionado por la dictadura franquista en el otoño de 1975 y lo ha sido hasta hoy por todos los gobiernos posteriores, incluidos los socialistas, subrayó Aminattou Haidar.
Ella sostiene que sólo la inmensa solidaridad de la sociedad española con su pueblo les hará perdonar algún día la complicidad de los distintos gobernantes españoles con Marruecos. Aminattou ha sido llamada en alguna ocasión la «Pasionaria saharaui»; como Dolores, representa la lucha tenaz de su pueblo por la libertad. Su hermosa voz llegada del desierto nos habla por el sufrimiento de un pueblo maltratado, pero también de su resistencia y de su combate.