Cuando han transcurrido unas ocho semanas del nuevo semestre en las universidades de Estados Unidos, se ha puesto de manifiesto lo siguiente:
Los estudiantes que iniciaron la actividad política y la lucha el año pasado oponiéndose al genocidio financiado y armado por Estados Unidos contra el pueblo de Gaza tuvieron un enorme impacto político. Sus acciones desencadenaron luchas similares en los países de la Unión Europea y en todo el mundo. Los campamentos, en particular, dieron esperanzas a la población asediada de Asia Occidental, que se había unido en una resistencia común contra la embestida estadounidense-UE-israelí.
La primera respuesta de la clase dominante imperialista el año pasado fue irregular. Algunas administraciones llamaron inmediatamente a la policía, que efectuó detenciones con su habitual brutalidad. Algunas negociaron con los estudiantes. Unas pocas incluso prometieron concesiones.
Las fuerzas de derechas del Congreso y las organizaciones prosionistas consiguieron intimidar a algunos de los principales administradores -que a su vez no eran en absoluto propalestinos- para que renunciaran de algunas de las universidades más prestigiosas, como Columbia, Harvard y la Universidad de Pensilvania. Miles de estudiantes fueron detenidos y muchos suspendidos de sus estudios. A pesar de la represión, los estudiantes siguieron luchando.
Las vacaciones de verano dieron tiempo a las administraciones universitarias para prepararse. Los políticos estadounidenses aclararon que querían aplastar la lucha. Los jefes de las universidades que dependían del gobierno y especialmente de la financiación del Pentágono sintieron la presión, con toda la financiación empresarial en peligro. Las administraciones se reunieron para coordinar la represión de los estudiantes. Los medios de comunicación desempeñaron su papel habitual defendiendo al imperialismo estadounidense e Israel contra la lucha estudiantil y Palestina.
Las universidades que habían hecho algunas concesiones a los estudiantes en primavera, entre ellas Brown y el Fashion Institute of Technology, han renegado y ahora están bloqueando el movimiento. Cuando la clase dominante tenga tiempo de movilizarse, cerrará filas y aumentará la represión.
Durante el verano, las dos grandes convenciones nacionales dejaron claro que tanto los candidatos republicanos como los demócratas apoyan las acciones genocidas de Israel. Esta posición conjunta indica que las masacres terroristas no son un espasmo de un Estado canalla sino parte de la estrategia global de los imperialistas. Mientras tanto, el genocidio de Israel en Gaza continúa y ahora se ha extendido al Líbano.
Hay muchas razones para que los estudiantes activistas de todos las universidades refuercen su actividad. En Estados Unidos, los indicios apuntan a que la lucha continúa, con los estudiantes variando sus tácticas. La fuerte reacción en el primer aniversario del levantamiento del 7 de octubre dio prueba de ello.
Algunos medios corporativos han argumentado que el movimiento en Estados Unidos se está volviendo más militante, más favorable a la resistencia, lo que presentan como un peligro. Esgrimen el falso argumento de que se trata de un creciente «antisemitismo». Esta mentira siempre ha formado parte de la falsa defensa de las acciones más criminales de Israel, y es un mérito del movimiento universitario -ya sea Estudiantes por la Justicia en Palestina, Within Our Lifetime, Jewish Voice for Peace o Not in Our Name- que haya rechazado esta mentira.
De los portavoces interrogados ahora por los medios de comunicación, con exigencias de que condenen a Hamás o el diluvio de Al-Aqsa -o de que se les llame “proterroristas”- muchos están dando una respuesta más o menos así: “Todas nuestras demandas, todo el tiempo, para detener el genocidio, para detener la masacre de niños y la hambruna de un pueblo, ustedes las llamaron proterroristas. Así que da igual lo que digamos o lo razonables que seamos. Si estamos del lado de los oprimidos, ustedes nos llamarán terroristas. Y nosotros estamos del lado de los oprimidos”.
Mundo Obrero apoya ahora y apoyará las reivindicaciones y acciones de los estudiantes antiimperialistas y propalestinos en las universidades y en las calles.