Argelia y España firmaron el martes un acuerdo de extradición que abre la puerta a la posible deportación de supuestos fundamentalistas islámicos al país norteafricano, informó el martes el Ministerio de Justicia español. El acuerdo lo firmaron los ministros de Justicia, el argelino Tayeb Belaiz y el español Juan Fernando López Aguilar, en presencia del […]
Argelia y España firmaron el martes un acuerdo de extradición que abre la puerta a la posible deportación de supuestos fundamentalistas islámicos al país norteafricano, informó el martes el Ministerio de Justicia español.
El acuerdo lo firmaron los ministros de Justicia, el argelino Tayeb Belaiz y el español Juan Fernando López Aguilar, en presencia del presidente Abdelaziz Buteflika y del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Además, ambos gobiernos se comprometen a crear un grupo judicial y policial de trabajo centrado en la lucha contra el terrorismo internacional y el crimen organizado.
Este es el tercer acuerdo en materia judicial que firman los dos países desde 2004. Los anteriores se referían a cuestiones penales y comerciales.
Argelia está preocupada por las supuestas células islamistas que se puedan formar entre sus ciudadanos que viven en España. Según el comunicado de Justicia, existen en España 1.310 presos de nacionalidad argelina que serían los potenciales beneficiarios de dicho convenio
En cambio, los grupos de defensa de los derechos humanos en Europa han mostrado su preocupación porque los argelinos devueltos a su país puedan ser maltratados o torturados, unos temores que Argelia ha calificado de infundados.
Este año ha habido varias operaciones en España con arrestos de personas de origen norteafricano por su supuesta implicación en el reclutamiento de combatientes para Irak.
El mismo martes, las autoridades españolas anunciaron una nueva redada con 11 detenidos en una barriada pobre de Ceuta, presuntamente vinculados con grupos extremistas islámicos que estudiaban «pasar a la acción».
Argelia ya firmó un acuerdo de extradición con Reino Unido en junio de 2006 para poder deportar a fundamentalistas desde este país.
Durante una década, el país norteafricano sufrió una guerra civil en la que murieron hasta 200.000 personas, la mayoría de ellos civiles.
En 1992 comenzó una revuelta islamista después de que el Ejército suspendiese la segunda vuelta de unas elecciones que había vencido en la primera ronda el Frente Islámico de Salvación, temiendo una revolución al estilo iraní.