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Atrocidades estadounidenses

Fuentes: Miradas al Sur

El 6 de agosto debería ser declarado día de duelo internacional porque en esa fecha se conmemoran dos atrocidades estadounidenses que avergüenzan a la Humanidad. En esa fecha, hace 125 años se instauró en EE.UU. la silla eléctrica, como si la idea de freír un tipo con más de 2.000 voltios en nombre del Estado […]

El 6 de agosto debería ser declarado día de duelo internacional porque en esa fecha se conmemoran dos atrocidades estadounidenses que avergüenzan a la Humanidad. En esa fecha, hace 125 años se instauró en EE.UU. la silla eléctrica, como si la idea de freír un tipo con más de 2.000 voltios en nombre del Estado fuera una muerte más piadosa o civilizada que las decapitaciones que comete el Estado Islámico. Otro 6 de agosto, esta vez de 1945, EE.UU. consumó su primer Holocausto nuclear con el ataque atómico contra las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki.

Este año, el memorial se celebró en el Parque de la Paz de Hiroshima y arrancó con un minuto de silencio a las 08.15 hora local, el momento preciso en el que fue lanzado el 6 agosto de 1945 «Little Boy», nombre con el que se bautizó a la bomba, que detonó muy cerca de donde hoy se erige el Parque de la Paz. La explosión acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, aunque este número aumentaría hacia finales de 1945 hasta los 140.000, y se incrementaría aún más en años posteriores a causa de los efectos de la radiación.

El legendario periodista Wilfred Burchet, el único que llegó a la ciudad para retratar los efectos de esa arma desconocida sobre la población civil, sentenció: «Pensaba que había venido a cubrir el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero en Hiroshima me di cuenta de que era testigo del comienzo de la Tercera».

Siete décadas después, muchas heridas siguen abiertas y ambas ciudades luchan por superar lo sucedido, pero sin olvidarlo, conscientes además sus ciudadanos de que miles de víctimas fueron desterradas y silenciadas en su propio país. Entonces, la manipulación y la férrea censura que se impuso sobre los medios de comunicación por los gobiernos japonés y estadounidense hicieron que el mundo no llegara a ser consciente de lo que fue el primer ataque nuclear de la historia.

«Se hablaba de una bomba especial, pero durante mucho tiempo no se supo que se había utilizado un arma atómica por la censura impuesta bajo el dominio estadounidense tras la guerra», explica a Efe la pequeña Keiko, que fue testigo de una destrucción que nadie acababa de entender.

La agencia rusa Sputniknews preguntó a la población nipona si las autoridades de Estados Unidos deben presentar sus disculpas al pueblo japonés por los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki.Según la encuesta, realizada por la compañía Populus, el 61% de los nipones apoya esta opción. Solo el 11% de los encuestados opina que no hay necesidad de las disculpas de EE.UU.

Al mismo tiempo, muchos jóvenes entre 18 y 24 años no supieron responder a la pregunta.
El 74% de los japoneses cree que los bombardeos no pueden ser justificados por la guerra. Solo el 10% respondió que la agresión buscaba poner fin al conflicto armado que podía extenderse en el tiempo.

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/2015/08/09/revista/miradas-atrocidades-estadounidenses/