«Es inaceptable que los latinos conformen más del 16% de la población pero solo acumulen el 2,2% de la riqueza de la nación», sostuvo.
El aspirante demócrata a la presidencia Bernie Sanders defendió hoy la necesidad de un camino a la ciudadanía «alcanzable» para los indocumentados más pobres, sin «multas» excesivas que impidan su acceso, y prometió que luchará «por cada voto» latino que pueda obtener en las primarias.
Sanders participó junto a otro aspirante demócrata, el exgobernador de Maryland Martin O’Malley, en la conferencia anual del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI), donde ambos prometieron ampliar el alivio a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
«Para que sea significativo, una vía a la ciudadanía tiene que ser alcanzable para los millones de trabajadores que están en el extremo más bajo del espectro económico», afirmó el principal rival de Hillary Clinton en las primarias demócratas a la Presidencia en 2016.
Sanders se refirió así al último intento de reforma migratoria fracasado en el Congreso en 2014, que él respaldó como senador pero que consideró «defectuoso» en algunos aspectos.
Uno de ellos es que «las multas que incluía la ley serían una barrera para la gente con bajos ingresos, que esencialmente les impediría acceder a una vía a la residencia legal y la eventual ciudadanía», además del largo tiempo necesario para adquirirla.
También opinó que «la ciudadanía se vinculó innecesariamente a la seguridad fronteriza», con medidas que «muchos creen que se implementaron para que se retrasara o incluso negara esa vía».
El senador prometió que, si llega al poder, usará «el poder presidencial de las órdenes ejecutivas cuando sea apropiado» para «mantener a las familias juntas», y consideró que las acciones tomadas por el presidente Barack Obama «fueron buenos primeros pasos, pero deben expandirse».
Además, alabó las contribuciones de los indocumentados a la economía estadounidense y aseguró que «sin ellos, es probable que nuestro sistema agrícola se colapsara».
Sanders, conocido por su crítica de la creciente desigualdad en el país, afirmó que «los latinos, probablemente más que la mayoría, están profundamente preocupados por el estado de la economía».
«Es inaceptable que los latinos conformen más del 16% de la población pero solo acumulen el 2,2% de la riqueza de la nación», sostuvo.
Opinó que una «causa de raíz» de la desigualdad «inmoral» que se ha agrandado en las últimas cuatro décadas es que el sueldo mínimo federal es de 7,25 dólares por hora, «un salario como para morirse de hambre que debería elevarse a un salario de 15 dólares».
«Bajo esta propuesta, casi el 60% de los trabajadores latinos conseguirían un aumento de sueldo», subrayó el senador. En declaraciones a periodistas, Sanders reconoció que no es el candidato más conocido entre los hispanos, en parte porque viene «de un estado, el de Vermont, donde no hay muchos latinos».
«Pero nos van a ver trabajando muy activamente para que yo me presente ante la comunidad latina. Y lucharé por cada voto que pueda obtener en la comunidad latina», subrayó.
El congresista demócrata Raúl Grijalva, uno de los más influyentes del caucus hispano, tiene previsto expresar su apoyo a Sanders este viernes, cuando ambos acudan a un acto de campaña en Tucson (Arizona), según adelantó The Hill.
Por su parte, O’Malley detalló ante el CHCI su plan migratorio, basado en la idea de que es necesario «reformar un sistema irracional, inhumano, injusto y que rebaja los sueldos para todos los estadounidenses».
De llegar a la Casa Blanca, el exgobernador de Maryland «proporcionaría un alivio inmediato» de la deportación a al menos 9,2 millones de indocumentados, una cifra superior a los 5 millones a los que afectarían las acciones ejecutivas de Obama.
O’Malley también defendió que «la detención de los inmigrantes debe acabar para siempre» y «los centros de detención inhumanos deben cerrarse», al tiempo que se liquidan los contratos del Gobierno con empresas privadas que dirigen las prisiones.
Al igual que Sanders, O’Malley criticó los comentarios «llenos de odio» a los inmigrantes emitidos por el favorito republicano a la Presidencia, el magnate Donald Trump, y dijo que el problema no puede solucionarse simplemente «tratándolo como el racista que es».
«El problema es que ha infectado a todo el campo republicano de aspirantes, y todos quieren ser como él», lamentó.
La favorita demócrata, Hillary Clinton, no ha intervenido ante la conferencia del CHCI, aunque sí entregará un premio en la Gala Anual del grupo, que se celebra este jueves con presencia de Obama.