África necesita pasar de los combustibles fósiles a las energías renovables para impulsar su seguridad energética y los bonos de carbono son uno de los instrumentos que tiene para ello.
BULAWAYO, Zimbabue – África necesita comerciar con los bonos de carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, financiar la transición a las energías renovables e impulsar el desarrollo económico, afirma la Comisión Económica para África (Cepa) de las Naciones Unidas.
Los créditos de carbono suponen una oportunidad para que los países africanos, que en muchos casos dependen de los combustibles fósiles para obtener energía, se protejan contra el cambio climático y, al mismo tiempo, obtengan la tan necesaria financiación para la transición a las energías renovables, considera Jean-Paul Adam, director de la División de Tecnología, Cambio Climático y Gestión de Recursos Naturales de la Cepa.
Los bonos o créditos de carbono son productos básicos o permisos que se comercializan a nivel mundial y que permiten negociar la emisión de una tonelada de dióxido de carbono (CO2) equivalente en los mercados de carbono nacionales o internacionales, mediante la Plataforma de compensación de carbono.
La reducción de la emisión cada tonelada de CO2 se traduce en una unidad de reducción certificada de emisiones (RCE), que se vende a los países industrializados que hayan ratificado el Protocolo de Kioto, establecido en 1997 en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC).
Son certificados canjeables por un valor determinado por el mercado y da el derecho a emitir una tonelada de CO2 a los compradores de países industrializados.
Los vendedores pueden usar los RCE para proyectos para mejorar su eficiencia energética e impulsar las energías renovables y otras medidas para adaptarse al cambio climático y mitigar sus impactos.
Así que los bonos de carbono permitirían hacer frente al cambio climático protegiendo sus bosques, que absorben y almacenan una cantidad medida de carbono. Además, esos créditos pueden venderse como compensaciones a las empresas que no pueden reducir la contaminación para reducir las emisiones en otros lugares.
La falta de financiación y de capacidad para comerciar en los mercados mundiales de carbono son obstáculos que los países africanos tienen que superar en los crecientes mercados mundiales de carbono,
En esos mercados, los ingresos por la fijación de precios del carbono aumentaron casi 60 % el año pasado hasta alcanzar unos 84 000 millones de dólares, según cifras del Banco Mundial.
Aprovechar los bonos de carbono
África padece inseguridad energética, como demuestran los apagones y cortes de electricidad crónicos, que tienen un enorme coste para el sustento de la población y el crecimiento económico.
Los combustibles fósiles dominan la matriz energética de África, que incluye petróleo, carbón, gas natural, energía hidroeléctrica, eólica y solar.
África es un mercado sin explotar para el comercio de carbono. Según el informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), solo se realizaron en África aproximadamente 2 % de las inversiones mundiales en energías renovables de las dos últimas décadas.
Sin embargo, abandonar los combustibles fósiles es una situación que coloca a los países africanos en una situación compleja. Muchos podrían perder ingresos esenciales y arriesgarse a quedar varados en los recursos naturales a medida que la demanda mundial de combustibles fósiles disminuya en favor de las energías renovables.
Según el Banco Africano de Desarrollo, más de 600 millones de personas en África no tienen acceso a la energía, y el continente tiene una de las tasas de acceso a la electricidad más bajas del mundo, con poco más de 40 %.
La Cepa está apoyando a los países africanos para que obtengan sus recursos de forma fiable y transparente a través del comercio de carbono, explicó Adam, señalando la necesidad de un organismo de supervisión adecuado para el comercio transparente de créditos de carbono.
Subrayó que los países africanos son los guardianes de algunos de los activos para la descarbonización más importantes del mundo. Los activos naturales y terrestres a gran escala pueden permitir a los países africanos satisfacer 30 % de las necesidades mundiales de secuestro de carbono para 2050.
“Sabemos que la tasa de deforestación en África es la más alta de todas las regiones del mundo y, por lo tanto, un sistema de créditos de carbono bien estructurado puede permitir a los países africanos proteger los recursos en riesgo y generar ingresos por la protección de esos recursos”, dijo Adam en su diálogo con IPS.
La Cepa proyecta que mediante la eliminación de carbono en la naturaleza, África puede generar entre 15 000 y 82 000 millones de dólares anuales, dependiendo del precio de los RCE.
Por ejemplo, a 50 dólares por tonelada, el potencial de ingresos por la eliminación del carbono natural sería de 15 000 millones de dólares. Adam detalló que el precio medio de los bonos de carbono en África es actualmente de unos 10 dólares por tonelada, que podría aumentar con la creación de registros de alta integridad.
El mercado del carbono en África no está muy desarrollado, ya que muchos países no disponen de un registro para medir las emisiones de carbono y comercializar su reducción.
Adam argumentó que un mercado de carbono previsible y eficiente beneficiaría a los países africanos con un acceso a largo plazo a una energía asequible y renovable.
África solo representa 3 % de las emisiones globales CO2 acumuladas y menos de 5 % de las emisiones anuales de CO2 del mundo.
La CMNUCC subraya que África es la que menos ha contribuido históricamente a los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento planetario, pero es la que más sufre los efectos negativos del cambio climático.
“Los países africanos gastan en promedio 9 % de sus presupuestos, lo que significa que por cada 100 dólares que gastan los gobiernos, se quitan nueve dólares desde el comienzo tan solo para pagar el cambio climático”, destacó Adam.
“Esencialmente, el cambio climático está imponiendo un impuesto en los países africanos que es más alto en relación con los ingresos al de otros países”, argumentó.
El director de la Cepa dice que África ha elaborado un plan de transición energética para impulsar la seguridad energética mediante el uso del gas natural como combustible de transición, debido a que muchos países no contaban con acceso a la energía geotérmica e hidroeléctrica que también podría utilizarse para la generación de la carga base o el nivel mínimo de la demanda.
Los países africanos, a través de la Unión Africana, han adoptado una posición común para la transición energética en la que se reconoce que el gas natural es una necesidad energética temporal, ya que el petróleo y el carbón se están eliminando progresivamente, y se permite una mayor inversión en energías renovables, especialmente la solar, la eólica y la geotérmica.
No al gas
En la 27 Conferencia de las Partes (COP27) de la CMNUCC, que se realizará en noviembre en Egipto, se lanzará la Posición Común Africana sobre el Acceso y la Transición Energética, propuesta para su adopción por parte de los jefes de Estado y de gobierno del continente.
Esa Posición Común llega tras la controvertida decisión de la Unión Europea a favor de una nueva norma que considerará el gas y la energía nuclear como verdes, pese a ser fósil el primero y especialmente peligroso el segundo.
El Grupo Africano de Negociadores y la sociedad civil del continente se han opuesto al plan. Les preocupa que se desvíe de los objetivos de acceso a la energía y de transición de África, al tiempo que encierra al continente en los combustibles fósiles durante décadas.
“África ha sido bendecida con abundante energía eólica, solar y otras energías limpias y renovables. Los líderes africanos deberían maximizar este potencial y aprovechar la abundancia de viento y sol, lo que ayudaría a impulsar el acceso a la energía y a hacer frente al cambio climático”, dijo Mohamed Adow, director de Power Shift Africa.
Lorraine Chiponda, coordinadora de la Red de Carbón de África, dijo que la aceleración de los proyectos de gas en el continente representa “otro escarceo colonial y moderno de África entre las corporaciones energéticas y los países ricos”.
Por su parte, Omar Elmawi, coordinador de #StopEACOP, comentó que “África tiene que despertar y dejar de comportarse como la gasolinera de Europa y buscar siempre la solución a sus problemas energéticos (de los países industriales)”.
“Es hora de pensar colectivamente en lo que es mejor para el continente y su gente. Se trata de un continente con un gran potencial de energías renovables”, concluyó.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
T: MF / ED: EG