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«Calexit»: ¿Secesión del «nuevo califato» de California?

Fuentes: La Jornada

Al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le quedan unos días al frente del gobierno. Muchos temen que en ese periodo se fracture más la sociedad de ese país

Antecedentes: varios escritores conjeturan el origen etimológico literario de California como un califato: paraíso ficticio habitado por amazonas de raza negra gobernadas por la reina Calafia, en honor al califa (sucesor del profeta Mahoma), por haber combatido junto a los musulmanes y cuya aventura es citada en Las sergas de Esplandían, de Garci Rodríguez de Montalvo en 1510 (http://goo.gl/w6AzgY).

Hechos: Obama se encontraba de vacaciones jugando golf en Hawai, mientras en forma simultánea el Colegio Electoral ungía oficialmente a Trump como presidente y se perpetraban atentados en Berlín y Zurich, al unísono del asesinato en Ankara del embajador ruso por un policía de las fuerzas especiales del Ministerio del Interior turco, en represalias por el triunfo de Putin en Alepo (http://goo.gl/JpsXDQ).

A Obama le quedan 30 días para dislocar aún más a la sociedad fracturada de Estados Unidos -donde varios estados amagan con la secesión, desde California hasta Texas- y deteriorar a su punto más bajo las relaciones con Rusia, a la que desea impedir su acercamiento geoestratégico con Trump.

Guste o disguste, el yihadismo proliferó en la etapa aciaga de Obama (http://goo.gl/VWIXbt), quien lo dejó hacer y pasar, al estilo neoliberal.

Más allá de las filias y fobias, Putin y Trump coinciden en su combate al yihadismo bajo el manto sagrado del maridaje petrolero geoestratégico de Exxon Mobil y Rosneft (http://goo.gl/MdgUUW).

Con su sello característico de duplicidad, Obama lega un ominoso doble caos: doméstico y global.

En la cataclísmica fase terminal de Obama, el movimiento Yes California, que busca el Calexit -la salida de California de EU- al «estilo brexit» en la Unión Europea, acaba de abrir su embajada en Moscú (http://goo.gl/YAh22r).

Llama la atención que el gobierno ruso haya aceptado la embajada del movimiento separatista, que celebrará un referendo sobre su independencia en la primavera de 2019, siempre y cuando consiga medio millón de firmas.

El portal europeo DeDefensa.org consagra a Calexit un artículo especial: California, elegante modelo de secesión y coloca en tela de juicio el polémico voto de superioridad estadística de Hillary Clinton que crea un desequilibrio político extremamente dañino para EU: California, «eminentemente contra Trump y el resto de EU a favor de Trump (http://goo.gl/a3RQDk)».

El eje Rothschild/Soros/Haim Saban, con sus omnipotentes multimedia orwellianos, ha colocado en relieve el triunfo popular por más de 2.5 millones de votos por Hillary, cuya procedencia se gestó justamente en California, donde la diferencia fue apabullante, mientras que a escala nacional se diluyó a 1.32 millones de votos.

Investors Bussines Daily comenta que la victoria popular de Clinton vino totalmente de California (https://goo.gl/n5eCVT). Si se quita a California de la ecuación del voto popular, entonces Trump gana el resto del país por 1.4 millones de votos.

El portal europeo comenta que California es «de lejos el primero de todos los estados con un número absoluto de ilegales latinos, alrededor de 3 millones, que tiene 55 votos electorales».

Más allá de los malabarismos estadísticos, California, antigua posesión de México, es ya el bastión del Partido Demócrata donde no pinta el Partido Republicano.

En realidad, toda la costa occidental de Estados Unidos -California, Oregón y el estado de Washington- se volcó por Hillary.

Según DeDefensa.org, los latinos -cuya mayoría son mexicanos- se convirtieron en su primera comunidad específica en 2014 con 14.9 por ciento de población frente a 14.02 por ciento de blancos.

California no es un estado cualquiera: casi 40 millones de habitantes; un PIB de 2.5 billones de dólares, el primero de todo EU, que constituye 14 por ciento del PIB federal, y una superficie de 423 mil 970 kilómetros cuadrados (casi el doble de Chihuahua).

La frontera de California con el «México neoliberal itamita» es de 233.4 kilómetros que serán incandescentes durante el trumpismo.

Sin el Calexit de por medio y miedo, dos connotados autores, el estadunidense Joel Garreau y el ruso Igor Panarin, ya habían abordado la balcanización de Estados Unidos per se, donde California es dividida y/o se separa, sin especificar.

Hace 32 años, Garreau había vislumbrado Las nueve naciones de Norteamérica (http://goo.gl/Q1qoIM), donde California es dividida al sur -vinculada con Mexamérica (la parte balcanizada del norte de México)-, y al norte, adherida con Oregón y al estado de Washington en el pedazo de Ecotopía (http://goo.gl/vwD8FQ).

Desde hace 8 años, Igor Panarin, decano de los diplomáticos rusos y especialista en ciberguerra (http://goo.gl/Dl40RK), avizoró la ruptura de Estados Unidos en 6 pedazos (http://goo.gl/SBGPNT).

En el esquema de Igor Panarin, la República de California (http://goo.gl/08yMEY)» comportaría el eje presente de California/Oregón/estado de Washington con Nevada, Idaho, Utah y Arizona.

Hoy las fuerzas centrífugas en EU han iniciado alarmantes amagos de separación que van desde California (Calexit), donde predominan el Partido Demócrata y la galopante demografía mexicana, hasta Texas, donde prevalece el supremacismo nacionalista/populista blanco de los WASP y el cinturón bíblico del Partido Republicano.

Todos los ingredientes están dados para la secesión de California, que no será sencilla, ya que comporta tres centros estratégicos en su seno: 1. La importante base naval/nuclear de San Diego -que daría su salida al océano Pacífico al trumpismo, consolidado en el cinturón industrial (rust belt), el cinturón bíblico, y en la costa del océano Atlántico-; 2. Silicon Valley, con magnas trasnacionales cibernéticas con quienes coquetea el trumpismo; y 3. Hollywood, centro de la tóxica propaganda sionista que colabora con el trumpismo WASP y la denominación extraña de «cristianos sionistas (http://goo.gl/UqlF2I)».

Conclusión: la desglobalización y los re-nacionalismos conllevan también a balcanizaciones cuando, a su vez, peligran secesiones internas en la misma California.

Dentro del plan de la armada de EU para la balcanización de México en tres repúblicas (http://goo.gl/mdOZpB) ya había advertido que «un estrafalario multimillonario, Timothy Draper, fomenta la división de California en seis microestados (http://goo.gl/qWTcPI), con el fin avieso de diluir a la mayoría mexicana»: 1. Jefferson (casi un millón de habitantes); 2. Nor-California (casi 4 millones); 3. California Central (más de 4 millones); 4. Silicon Valley (casi 7 millones); 5. California Occidental (casi 12 millones); y 6. California-Sur (casi 11 millones).

¿En cuál de las 6 divisiones californianas quedarían hacinados nuestros hermanos mexicanos, con todo y los ilegales, al estilo de Gaza y Cisjordania?

Ya empezaron a conjugarse las reingenierías racistas, con sus poderosas propagandas multimediáticas, del primer Netanyahu y el trumpismo mediante la palestinización de los mexicanos (http://goo.gl/xUfQjK) y (http://goo.gl/qjDdzp) de California, cuyo origen literario, 500 años más tarde, sería tildado esta vez en forma real como el «nuevo califato» de California.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/12/21/opinion/012o1pol