Tras el rechazo de la legalización del uso lúdico del cannabis en California, el autor analiza las razones del ‘no’ y el nuevo envite a favor de la regularización
El pasado 2 de noviembre, California dijo ‘no’ a la Proposition 19, que perseguía legalizar el consumo lúdico del cannabis, por un 54% de los votos frente al 46%. Hubo una diferencia de apenas 600.000 votos. Pero el hecho más significativo ha sido la gran relevancia que ha tenido el debate político: la legalización del cannabis se ha establecido en la agenda política, no sólo en la californiana. El Gobierno mexicano ha sido un espectador interesado en el rechazo a la proposición; una posible legalización en California tendría muchas consecuencias políticas sobre México y su política de drogas basada en la War on drugs (Guerra contra las drogas), que patrocina el Gobierno de EE UU.
Entre los motivos que explican este ‘no’ estaría la aprobación un mes antes del referéndum de la eliminación del proceso judicial por posesión de hasta una onza de marihuana (unos 28 gramos) para fines lúdicos y la campaña del miedo llevada a cabo por grupos prohibicionistas.
Asimismo, saber que parte del activismo que lucha por la legalización del cannabis en California se oponía a la Proposition 19 tiene un valor analítico importante. Esta proposición de ley se basa en una excesiva mercantilización del cannabis, contiene un reglamento confuso y ambiguo y se encuentra en consonancia con las políticas neoliberales que benefician al gran capital en detrimento de las pequeñas iniciativas privadas. Políticas en la misma línea de la reciente medida que legalizaba los cultivos a gran escala de cannabis medicinal en la ciudad de Oakland.
También es fundamental saber que la Proposition 19 no habría supuesto el fin de la War on drugs, ya que el Gobierno federal aseguró que seguiría actuando en territorio californiano según la Controlled Substances Act, lo que no habría ofrecido seguridad jurídica a productores y comerciantes. La propuesta que se votó no habría igualado al cannabis con el tabaco y el alcohol. Además, se habrían creado nuevas prohibiciones (incluso dentro del ámbito privado), como castigar el consumo de cannabis en un «espacio» donde hubiera menores, aunque el consumo fuese medicinal. Otro agravio para los consumidores de cannabis medicinal es que habría supuesto el fin del autocultivo ilimitado de plantas establecido en la Proposition 215, por lo que algunos pacientes se habrían visto obligados a comprar cannabis en los dispensarios por no poder ser autosuficientes. La aprobación de la propuesta habría permitido asimismo modificaciones a posteriori en la ley sin la aprobación de sus ciudadanos.
Nuevo intento
Con la intención de subsanar los errores y problemas en la formulación de la Proposition 19, se va a intentar presentar otra iniciativa para legalizar el cannabis en 2012: la California Cannabis Hemp and Health Initiative (conocida como Jack Herer Initiative). Esta propuesta no tiene un espíritu recaudatorio, descriminalizaría a los usuarios y, además, tiene analogías legislativas con la industria del vino en California. La aprobación de esta medida supondría la amnistía y liberación inmediata de presos y la eliminación de antecedentes por delitos no violentos relacionados con el cannabis.
La medida que se quiere presentar determina que no se requieren licencias, permisos o pagos de impuestos para el cultivo no comercial de cannabis y cáñamo, su transporte, distribución o consumo por parte de personas mayores de 21 años. Se considera para uso personal el cultivo de hasta 99 plantas hembra y poseer hasta 12 libras (casi 5,5 kg) de cogollos curados sin hoja por año.
Por otra parte, los médicos no podrían ser sancionados de ninguna forma por recomendar o prescribir cannabis para uso terapéutico a cualquier paciente, independientemente de su edad. Tampoco se aplicarían impuestos al cannabis medicinal prescrito. El incumplimiento de las normas incluidas en la Jack Herer Initiative supondría únicamente una sanción administrativa.
El fracaso de la War on drugs es un hecho palpable y el cambio de rumbo en la política de drogas es un tema ya establecido en la agenda política de varios países. Los diseñadores de políticas tienen ahora el desafío de reaccionar a tiempo y cambiar las políticas de drogas para que sean eficaces. En California hemos presenciado la germinación de la semilla y pronto veremos qué es lo que crece. 2012 puede ser el año de la inflexión en este proceso político.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/California-dijo-no-a-Cannabis.html