Dpa Cuando Carl Bernstein habla sobre los informantes más famosos actualmente, lo hace en empatía con ellos: ya sea Edward Snowden, que desnudó a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) ante el mundo y se escondió en Rusia como asilado huyendo de los investigadores estadunidenses, o Chelsea Manning (antes Bradley […]
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Cuando Carl Bernstein habla sobre los informantes más famosos actualmente, lo hace en empatía con ellos: ya sea Edward Snowden, que desnudó a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) ante el mundo y se escondió en Rusia como asilado huyendo de los investigadores estadunidenses, o Chelsea Manning (antes Bradley Manning), que entregó cientos de miles de documentos confidenciales estadunidenses y fue condenado a 35 años de prisión.
Ellos le recuerdan cuando él recibió la información que acabó derrocando a un presidente de Estados Unidos. Este viernes Bernstein cumplirá 70 años.
Junto con su compañero Bob Woodward, cubrió a principios de los años 70 el mayor escándalo político de la historia reciente de Estados Unidos, el Watergate, un caso que llevó a que el republicano Richard Nixon se convirtiera en el primer y, hasta ahora, único presidente estadunidense que ha dimitido. La fuente de la información fue Garganta profunda, un miembro de la Oficina Federal de Investigaciones que no reveló su identidad hasta tres décadas después.
Sus padres eran comunistas. A los 16 años comenzó a escribir para diarios y en el Washington Post comenzó en 1966, medio que dejó diez años después.
Hasta la fecha sigue siendo una destacada voz del periodismo. En el caso del espionaje de la NSA, tomó de inmediato partido por Snowden y los diarios que publicaron sus filtraciones. Después de todo hablaba por experiencia propia cuando exigía que una prensa verdaderamente libre no puede sufrir limitaciones o intimidaciones estatales.