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Noticias de Túnez

Carta a un turista del Bienestar

Fuentes: Rebelión

[Nota de Rebelión: El presente texto intenta ajustarse, en cuanto a la grafía, a la norma adoptada hace muchos años por el gramático Agustín García Calvo. Es decir, se escribe como se habla]. Querido Reimon: Me alegra que este verano hayas decidido tomarte unas vacaciones y decidido conocer estas tierras y gentes tunecinas. Ya está […]

[Nota de Rebelión: El presente texto intenta ajustarse, en cuanto a la grafía, a la norma adoptada hace muchos años por el gramático Agustín García Calvo. Es decir, se escribe como se habla].

Querido Reimon:

Me alegra que este verano hayas decidido tomarte unas vacaciones y decidido conocer estas tierras y gentes tunecinas. Ya está bien de asegurar y venga a asegurar la buena marcha de tu negocio por si las moscas, que se te van pasando los añitos en dimes y diretes con ispectores y contables y, si te descuidas un poco, a tu señora se le va a poner cara de reina de Inglaterra antes que vuelva el Cristo a rebelar a los consumidores contra los comerciantes.

Pero a lo que íbamos. Me preguntas por fuentes de información sobre Túnez que no sean la clásica «turistada». Pues mira, francamente, lo único que te puedo indicar está en Internet, porque el Régimen de Ben Ali no admite más información que la que no puede controlar, y ya sabes que la web todavía no termina de someterse a las justillas luces de los informáticos que laboran al servicio del Poder.

Hay bastante información sobre Túnez casi toda en la web y en francés (por citar sólo algunas fuentes bastante ilustrativas, www.reveiltunisien.org; www.tunezine.com, ya inoperativa por muerte de su impulsor tras pasar una temporada de detención y torturas en manos de los esbirros del dictador, pero aún se pueden ahí ver muchos de sus contenidos; www.tounisyabledi.blogspot.com -esos tres medios están censurados y son inaccesibles desde Túnez, yo me puedo conectar porque tengo un amigo que trabaja para el ministerio del Interior y tiene privilegios–, o www.hrinfo.net/en/, esta última página perteneciente a la red árabe para la información sobre derechos humanos o Arabic Network for Human Rights Information) sobre las maneras que tiene el Régimen instaurado por el Sr. Zine El Abidine Ben Ali (con promesas de democracia bajo el eslogan «Túnez en el corazón» en 1985 y ya sin la careta de demócrata desde 1987) de mantenerse en el Poder (todas las mayúsculas son de falsía, como me parece que enseña el sabio profundo de Zamora Agustín García Calvo: léelo) como para que puedas irte enterando un poquillo de la clase de mafia estatal y terrorista que suelen financiar los turistas del Bienestar con sus inocentes viajes a Túnez en busca de otros soles y cuscuses. (Ya te esplicaré más adelante que por supuesto que quiero que hagas tu viaje, que vengas a Túnez a disfrutar de tus vacaciones merecidas.)

En Túnez las organizaciones de defensa de los derechos humanos no dan abasto para atender las denuncias de familiares de los presos políticos (opositores de Ben Ali, cualquiera que sea su denominación de partido o ispiración) que son encarcelados, torturados y olvidados diariamente en los calabozos de sus comisarías y prisiones.

También en Internet encontrarás páginas web aparentemente destinadas a combatir al islamismo político (el Gran Enemigo de Occidente) pero en verdad destinadas a espiar a los opositores y hacer propaganda del Régimen de Ben Ali y otros regímenes parecidos.

Porque el de Ben Ali no es sino uno más de los regímenes dictatoriales que ha apoyado la curiosa Democracia de Estados Unidos, primer fabricante, esportador y distribuidor de armas del mundo, para impedir que el Islam se apropie de los aparatos del Poder en el mundo árabe.

O sea, Reimon: para proteger a los árabes del Infierno Futurible que sería el Islam gobernante, la Banda que gobierna el País de las Maravillas de la Democracia del Bienestar del Capital (entre 45 y 50 millones de pobretes estadounidenses andan por ahí sin seguro médico, según te informes en Noam Chomsky o en Tariq Ali), con el necesario estímulo del Estado fundado por los supervivientes del Holocausto que siguen esperando al Mesías, les regala en el presente, desde hace ya decenios, una ristra de dictadores bien armados que se dedican a multiplicar y repartirse las Ayudas al Desarrollo (para lo cual tienen que mantener subdesarrolladas sus propias economías) y las sisas de los tráficos de armas, a apoderarse por la fuerza de todos los resortes del Beneficio (el mismo fin del Régimen éste de la Democracia como de todas las mafias que pululan por el globo), a acallar cualquier voz crítica que se atreva a cuestionar la Bondad del Régimen mediante censura, persecución policial y eliminación física de los opositores, y a propagar a diestro y siniestro entre los Inocentes medios de masas occidentales el miedo al fantasma ése del Islamismo, su mejor aliado justificador. Bin Laden y sus secuaces le hicieron un gran favor a la Mafia del Bienestar del Capital con aquel golpe de terror tan espectacular y divulgado.

Aquí en Túnez se cuentan demasiadas historias (demasiadas para no tener su razón de ser) de robos y atracos perpetrados por agentes de paisano y de uniforme también; de creación, por iniciativa policial o con la connivencia de la policía, de grupúsculos seudoterroristas compuestos de jovenzuelos sin nada que hacer, que son oportunamente detenidos y sometidos a los mecanismos de represión tercermundistas popularizados por los EE.UU. (School of the Americas y Cía.) para escarmiento y escándalo entre la población inoperante. Cada nueva desarticulación de estos comandos asesinos que parecen tan fáciles de apresar por las redes policiales vuelve a reforzar la necesidad del aparato policial más variopinto y populoso que verás en ningún país del globo: aquí nos miramos todos unos a otros con la sospecha de si nuestro interlocutor no habrá pasado ya a la nómina de los servicios de seguridad, y no hay signo nuevo de Bienestar material en una familia que no suscite el nacimiento bien fundado de semejante sospecha.

Recuerda esa historia de la creación de grupos terroristas por la Poli a aquellos atracos de joyerías que, según tengo leído en la prensa española de hace años, organizaban algunos polis chorizos de la España democrática bajo el imperio del seudosocialista Felipe González, alguno de los cuales terminó en asesinato de los atracadores a la puerta de la joyería con ulterior desaparición del botín.

Se ha hablado en Túnez también de luchas intestinas entre distintos sectores del aparato de seguridad por el control de operaciones de tráfico de armas y otros negocios; de operaciones de abastecimiento de armas a los grupos armados que no dejan descansar al régimen vecino de Argelia (que tampoco parece ser muy trigo limpio que digamos); de la toma por asalto de un puesto de la guardia de fronteras tunecina por un grupo terrorista con intervención just-in-time de fuerzas policiales especiales y desaparición del alijo, operación que fue seguida de conflictos internos en el aparato policial tras haberse desvelado el pastel de su precocinado administrativo; de rentables negocios como cadenas de trata de blancas y hoteles para turistas pertenecientes a la familia de Leila Ben Ali (el clan de los Trabelsi), y muchos otros asuntos de este color que, de no ser por el estado de decaimiento o abulia en que vive su vida malucha una buena parte de la gente, en nada se diferenciarían de los trapicheos, más o menos salaces o mafiosillos, que de tanto en tanto saltan a las páginas de los medios de comunicación destinados a marear a las masas occidentales, sino que aquí es todo más grotesco porque no existe (existe todo aquello de lo que se habla, como enseña Agustín, y en Túnez no existe forma de hablar por decreto de Ben Ali) ningún medio de comunicación donde pueda uno enterarse de todas estas cosas, que sin embargo corren de boca en boca por las terrazas de los cafés y de pueblo en pueblo por entre los asientos de los autocares de línea.

En todo caso pertenecen esos datos a las interioridades de las luchas por derribar a un gobierno demasiado descarado (puesto que no podemos estar seguros de que su legitimidad sea menor que la del Gobierno Bush en EE.UU, por ejemplo), y no parece que puedan interesarte mucho a ti, turista occidental ensoñado con las playas tunecinas.

Puede que sí te guste conocer un caso de los más documentados, un poco para no dejarte con el regusto de haber olisqueado nada más la anterior sarta de acusaciones contra la maldad del Poder en su aparición tunecina. Verás: hace poco más de un año el Sr. Mohammed Abou, conocido abogado defensor de opositores políticos ante los tribunales de Justicia de Túnez, fue condenado a tres años y medio de prisión por dos delitos: el primero, haber publicado en Internet (¿dónde si no?) «escritos capaces de perturbar el orden público» con «difamación de instancias jurisdiccionales», es decir, un artículo en el que daba a conocer a sus lectores algunos ejemplos de torturas por órganos de la Administración tunecina a opositores políticos, comparaba las prisiones tunecinas con la de Abu Ghraib en Bagdad (conocida por un despiste del sistema de control de medios de masas que permitió ver cómo tratan los EE.UU. a sus opositores o presos de guerra, o acaso por simple destape del Poder exhibiéndole a los súbditos lo que les espera a quienes se le opongan), y animaba a la juventud de Túnez a no coger las armas para defender Irak o Palestina (iniciativa que suele terminar en el encarcelamiento con torturas de los jóvenes que la emprenden por aplicación de la legislación antiterrorista adoptada en gran parte del mundo árabe por orden de Big Brother después del 11/9 para impedir que la resistencia, en Iraq o en otros lugares, a los nuevos Cruzados por la Seguridad de Israel y de los suministros de petróleo se beneficie de los firmes lazos de solidaridad que perviven entre muchos árabes del mundo entero) y a plantar cara al Dictador Ben Ali sin salir de Túnez. Relataba además el valiente Abou casos concretos más o menos escabrosos (ninguno lo será tanto como la Realidad que ni vemos ni oímos) como el de un opositor político (N.O.) que, detenido en edad escolar y condenado a prisión (que sigue hoy purgando) por un tribunal de excepción y en un proceso sin garantías, fue llamado un buen día al despacho del director de la prisión de Borj Er-Rumi (sightseeing obligado para los turistas del Bienestar) donde se alojaba y, después de recibir una paliza del probo funcionario cuyo nombre también se conoce (el capitán Fathi Ouechtati), fue recluido en un calabozo donde, la misma noche, cuatro presos comunes que obedecían órdenes de la dirección se encargaron de sodomizarle en comandita para hacer más amena su aburrida estancia en el centro. El otro delito imputado al pobre M. Abou, por el que le cayeron dos de sus tres años y medio de condena, consistía, según la sentencia, en haber dado una paliza a una abogado no sé cuánto tiempo antes de aquel proceso penal que siguió en pocos días a la publicación de un segundo artículo en la web en el que M. Abou comentaba una invitación a Sharon, el carnicero hoy moribundo que ideó las matanzas de Shabra y Shatila, hecha por le Presidente Ben Ali: atufaba la acusación ésa de malos tratos a una colega a maniobra de la Mafia tunecina para quitar de enmedio por una buena temporada a este fino y valiente defensor de los derechos humanos, y el cuento de la paliza no se lo creyeron ni el Juez sinvergüenza que lo condenó ni ninguna de las organizaciones nacionales e internacionales que intentan promover la protección de los derechos humanos en Túnez, ni lo comprenderá tampoco nadie que quiera acercarse con mediano sentido común al entendimiento de estas reyertas entre el Poder y los más díscolos de sus súbditos.

El caso M. Abou, que está dejándose morir de hambre en manos de sus verdugos después de haber sido sometido a toda clase de tormentos por los esbirros del ofendido Ben Ali (de quien dijo en su artículo citado que, o bien no se enteraba de lo que hacían sus esbirros y, por tanto, era demasiado tonto para Presidente de Túnez, o bien sabía y consentía todas esas fechorías y era, pues, tan malo que no valía para gobernar ni tunecinos ni hutus y tutsis), es llamativo por la popularidad de ese abogado en los medios de defensa de los derechos humanos, pero, al igual que el Otro, desgraciadamente no es éste más que otro de los miles y miles que son crucificados en todo tiempo y lugar para la tranquilidad del Régimen.

Los quioscos de Túnez, donde nada se dice de estas cosas, siguen ofreciendo media docena de tristes publicaciones en árabe o francés donde se cantan las glorias de Ben Ali: su defensa de la causa palestina (mientras compra a Israel el sistema Nice para espionaje en la web, ese Reino del Maldecir que se les escapa por los avances de la técnica, y encierra a todo tunecino que aspire a viajar a Palestina); su amor a los tunecinos y tunecinas de todas las clases (mientras estén bien callados); su Fe en el desarrollo económico (mientras mantiene arruinado y parado al país para poder seguir repartiéndose con los capos la Ayuda al Desarrollo), y cuatro sandeces más sobre algún famoso extranjero, algún concierto o cualquier otra chorradita inocente de las que llenan también las páginas de la prensa del Bienestar.

En este mes de abril de 2006, unos sesenta años después de su fundación, la Organización de Naciones Unidas (organizada por y para Estados Unidos) ha decidido que había llegado la hora de fundar un Consejo de Derechos Humanos encargado de velar por el respeto de los tales derechos en todos los países del globo. Cuarenta y siete miembros ha de tener el tal Consejo, trece de los cuales han de recaer en candidaturas presentadas por Estados africanos. El gobierno tunecino se ha apresurado a presentar su candidatura con las esplicaciones que pueden leerse, como ejemplo destacado de relato de humor negro, en la página web de la ONU (www.un.org/ga/60/elect/hrc/tunisia.pdf), donde se cuentan chistes como éstos en defensa de la candidatura tunecina, que recuerda a aquello que se decía hace años en España de que el mejor jefe de la policía sería el Lute: «(…) Túnez ha adoptado una serie de medidas dirigidas a reforzar el imperio de la ley y a asegurar los derechos y libertades fundamentales del ser humano, conduciendo así al desarrollo harmonioso del individuo y la sociedad a la vez. La promoción de la democracia y el pluralismo político, unida al respaldo de logros económicos y sociales indiscutidos y de una sociedad civil dinámica y activa, han hecho posible la consecución por Túnez de una avanzada posición entre los países emergentes en la esfera de los derechos humanos [aunque el testo inglés dice literalmente más o menos así: «on the human development scale» o «a escala (tunecina?) de desarrollo humano», un poco como si al autor o traductor de la Mafia tunecina que se codea con las Naciones Unidas como una más de ellas se le hubiera escapado el dato sabido, pero incosciente por bien sabido, de ser verdaderamente tunecina la escala a que se desarrolla lo humano en Túnez».]

El Poder es la mentira, como dicen, bien es cierto que con fines dispares, San Pablo (carta a los Romanos, 13.1, en relación con el 3.7, donde «pecador» quiere decir «mentiroso» y se refiere a él mismo: es difícil inventarse un Dios sin caer en contradicción) o, más recientemente y casi, casi desapercibido entre nosotros, Agustín García Calvo (aquí y allá entre sus muchas y bellas obras entre las cuales cuesta elegir sin padecer la injusticia de la preferencia).

Los turistas europeos o de otras partes del mundo (los Turistas del Bienestar del Capital) tenéis derecho a vuestras merecidas vacaciones de playas y cuscuses, pero debéis saber que cuando viajáis a Túnez estáis colaborando económicamente con una organización criminal que se ha apoderado de los aparatos de la economía y el Estado y, fundamentalmente con el pretesto de combatir el Islamismo, tiene aplastado al pueblo tunecino con las armas que adquiere en los mercados internacionales (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad o trono de las naciones Unidas -EE.UU., China, Rusia Reino Unido y Francia– son también los cinco primeros productores y esportadores de armas del mundo; ver datos publicados por Oxfam y Amnistía Internacional en su informe «Shattered lives: the case for tough international arms controls», disponible en la web: www.oxfam.org/en/policy/briefingnotes/pp031009_arms_report.pdf, www.controlarms.org/downloads/shattered_lives.htm, y otras muchas páginas) y los policías secretos, torturadores, verdugos y sicarios que paga con los euros, dólares, yenes y demás monedas fuertes procedentes, entre otras fuentes, de los ahorrillos de todos los turistas.

Parece que hay signos de que Ben Ali y su Banda están empezando a sentirse inseguros en su trono tunecino, como se ve por algunas críticas que desde la Casa Blanca y su entorno se han dejado oír acerca de los métodos represores que se emplean en Túnez. Es claro que a la Casa Blanca lo que le pica es el ruido que van haciendo los desmanes, torturas, violaciones, asesinatos etc. de los cuerpos policiales de su aliado Ben Ali, no los hechos en sí sino ese ruido de las murmuraciones contra la dictadura que termina poniendo a la Opinión Pública en contra y te hace perder las elecciones.

Tunecinas y tunecinos también tienen derecho a ser gobernados por un Régimen, como el nuestro, donde la proporción de mentiras y compras de almas a violencias se inclina hacia las primeras como corresponde a una verdadera democracia representativa moderna, la del Régimen del Bienestar del Capital que ya derribó el Telón de Acero y tiene infiltrada a la China Comunista.

Y te preguntarás qué hacen nuestros gobiernos del Bienestar por acabar con estas dictaduras tan asquerosas que hasta por Internet huelen a carne quemada en comisaría.

En febrero de 2006 vino Rumsfeld, ese complemento del incompleto Bush, a ver a Ben Ali, pero no se sabe de qué hablaron sino de armas: de lo que suelen hablar los niños y los militares. Y es que, qué van a hacer, los pobres, sino lo que les manda el Señor: cuando se dejan convencer del daño que causan con sus juegos de indios y vaqueros (en esas pelis nació EE.UU.), les sale el otro lado de su alma y dicen que con dineros quieren resolver los problemas del Subdesarrollo y traer la Democracia a esos otros mercados más subdesarrollados. Y los dineros destinados al rollo de la Ayuda al Desarrollo desaparecen en los vericuetos de las mafias estatales nacidas del despacho del presidente de Túnez en su palacete de Cartago (u organizaciones semejantes en casi todo el mundo Subdesarrollado) y reproducidas como virus desde su ministerio favorito: el de Interior.

O dicho de otra manera: los gobiernos del Bienestar, a través de la red internacional de las financiaciones (Banco Mundial, Banco Europeo de Inversiones y cosas así), hacen con los tunecinos lo que ellos saben hacer y están para hacer por todas partes: ganar dinero para el Capital tunecino e internacional. Mira por ejemplo (los datos que siguen están todos disponibles en los documentos del Banco Mundial ‘Global Development Finance’ y ‘World Development Indicators’; www.worldbank.org) cómo entre 1980 y 2003 la deuda esterna de Túnez ha crecido de 3.500 a 15.500 millones de dólares, y durante ese periodo el país ha recibido un total de 27.000 millones de dólares pero ha pagado en intereses (servicio de la deuda, lo llaman así para no decir «intereses», que es palabra mal vista, por ejemplo, entre los musulmanes, y antiguamente también lo era entre cristianos) 28.500 millones de dólares. Así, los intereses de la deuda esterna han pasado a representar del 41,6% de la riqueza producida o Producto Nacional Bruto (PNB) de los tunecinos en 1980, al 61,3% en 1996, y el 74% en 2003, donde se ve bastante bien para quién crean riqueza los malpagados tunecinos.

Esto no te estrañará si te molestas antes en husmear, por mal que huelan, las cifras de la Deuda Esterna del Tercer Mundo. Según datos del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (www.cadtm.org), entre 1980 y 2002, por cada 1$ que debían en 1980 los Países en Desarrollo han reembolsado 8$ pero seguían debiendo 4$. En total, nada más entre 1998 y 2002 el conjunto de los Países en Desarrollo pagaron a sus diversos financiadores del Mundo desarrollado 490.000 millones de US$ más de lo recibido en préstamos de ellos (lo que técnicamente llaman «transferencia neta global», y esa apalabra, neta, alude a que la cifra indicada es la diferencia entre lo cobrado por el Tercer Mundo y lo pagado por él al Primero). Esta cifra se puede comparar, por ejemplo, con la del famoso Plan Marshall por el que Big Brother sacó de la miseria a sus amigos europeos después de la segunda guerra mundial, que ascendió a unos 90.000 millones de US$ actuales (12.500 millones de US$ de entonces). Cada pocos años el Tercer Mundo regala a los buitres del primero un Plan Marshall en condiciones favorables para la buena marcha de nuestras finanzas.

Túnez no es por tanto sino un caso más del negocio del Subdesarrollo, llamado también Ayuda al Desarrollo, el criticado por esos incontrolados con pañuelos de cuatreros a la boca que suelen poner la nota festiva y provocar la convocatoria de los guardas de la porra en las Cumbres del Banco Mundial y el G7 o G8 o los Hombres G que sean ya a estas alturas del cuento chino.

Luego viene el capítulo de las modalidades de todas esas financiaciones, de si la generosidad prestamista es multilateral (que de dónde iban a sacar sus dineros el Banco Mundial y compañía) o de los bancos de andar por casa que todos conocemos, y si el interés es fijo o variable, etc., pero tú, que hace años que tienes suegra, seguro que ya tienes también hipoteca y sabes que esos detallitos son las cosas de la vida y que ni tú ni los capos de la Banda tunecina ni menos, claro está, los esquilmados contribuyentes de Túnez tenéis ninguno nada qué decir sobre las condiciones de todo ese tinglado de las financiaciones.

Y si te da por pensar que ya va siendo hora de que algún economista sin ánimo de lucro abra tienda en las plazas del Bienestar para esplicarle a la gente el rollo de la Ayuda al Desarrollo, te equivocas: los hay a porrillo, pero casi no se les oye. La censura en el Estado del Bienestar del Capital se hace por ruido y atolondramiento de las mayorías, frente al método del silencio por amenazas, cierre de medios y prisión o desaparición de díscolos que domina en dictaduras como la tunecina.

En 1995 los representantes del gobierno de Túnez firmaron en Bruselas el primer Acuerdo de Partenariado (bonito palabro de los pedorros de Bruselas: lo llaman también «libre cambio euromediterráneo», y no sé qué es peor) con la Unión Europea, que no ha servido más que para empeorar la situación de endeudamiento que la Dictadura de Ben Ali va acumulando para los tunecinos, mientras que la Banda ampliaba las fuentes de financiación de regalillos para sus niños y mujeres.

Y el gobierno tunecino se ve obligado a esforzarse año tras año por mantener a Túnez subdesarrollado (eso quiere decir: «en desarrollo»), para así estar en condiciones de demostrar con datos en la mano, con estados de contabilidad nacional creíbles y que respondan a los más exigentes criterios de pulcritud y justeza en la elaboración de las cuentas públicas, que la economía de Túnez sigue sin levantar cabeza, Allah nos ampare, a pesar de los turistas que afluyen sin parar (nuevo aeropuerto programado en Enfidha, cien km al sur de Túnez capital, con capacidad final para 30 millones de pasajeros en 2008 y coste estimado en 384 millones de euros que se van a financiar con deudas para ver si de una vez se desarrollan estos tunecinos), a pesar de los fosfatos que se esportan al mundo entero, a pesar de las boyantes redes de putas y hoteles y los olivares y los dátiles y la sumisión y abnegación de los tunecinos y tunecinas durante tantos años de bonanza y desarrollo como suele recitar Ben Ali en sus discursos y propagandas internacionales. Porque si los que se reparten los capitales de la Ayuda al Desarrollo no son capaces de demostrar el Subdesarrollo, se acabó el Negocio: donde se ve que la Ayuda al Desarrollo sirve fundamentalmente para mantener le Subdesarrollo.

Y es que los dineros (capitales) de la Ayuda al Desarrollo van derechos a los administradores de la Banda, que se lían sus puros y canutos con el papel de todos los convenios, contratos y pactos que firman dentro y fuera de su territorio, mientras que los intereses que hay que ir pagando mes a mes a los generosos financiadores internacionales (nuestros Jefes), que como ya te he esplicado doblan con creces los capitales recibidos, se sacan con las técnicas de esquilmo y despelleje habituales (impuestos, estorsiones de mafiosos) de los millones de tunecinos que deben contribuir con su sangre y silencio al confort y la abundancia del Estado del Bienestar del Capital en el que vivimos nosotros.

Un ejemplo entre miles de cómo invierte y gana sus dinerillos el Banco Mundial (con todo lo que tiene detrás, no crean que ese Banco es sólo un nombre o alma sin cuerpo). Según dice El mismo en su propia página web, el 9 de junio de 2005 se aprobó la concesión a Túnez de un préstamo (el préstamo 73040) con los siguientes datos y fines de evidente importancia y fundamento:

SECTOR PRIVADO/FINANCIACIÓN

Préstamo de ajuste de competitividad económica IV (préstamo 73040)

Cantidad inicial concedida: 150 millones de US$

Fecha de aprobación: 9/6/2005

Fecha de efectividad: no disponible

Fecha de cierre: 30/6/2007

Organismo de Ejecución: Ministerio de Desarrollo y Cooperación Internacional (de Túnez)

El programa apoyará objetivos de desarrollo que se refuerzan mutuamente: a) mantener un marco macroeconómico sano y reactivo, en particular mediante la profundización de la consolidación presupuestaria y el fortalecimiento del marco presupuestario a medio plazo; b) mejorar el clima de la inversión privada en Túnez e incrementar las oportunidades de inversión privada, y c) reforzar la capacidad del sector financiero para financiar el crecimiento, mediante el apoyo a iniciativas para reducir el volumen de morosidad, continuar reforzando el marco normativo para la intermediación bancaria, y fomentar fuentes de financiación alternativas.

(traducido libre pero fielmente del inglés)

Habrá por ahí quien se crea que es su escasa preparación en las Ciencias de la Economía, los Presupuestos y las Cuentas Públicas lo que le impide saber para qué entrega el Banco Mundial 150 millones de dólares a un Gobierno como el de Túnez, o qué significan cosas como «un marco macroeconómico sano y reactivo», «fortalecimiento del marco presupuestario a medio plazo» y otras lindezas por el estilo, pero es que el desfase o alejamiento de la lengua de esas llamadas Ciencias respecto de la lengua común que entendemos todos es clave para poder tomar el pelo al personal, a la mayoría: los Ejecutivos de la Empresa y la Administración tienen que hablar un lenguaje malamente entendible por sus secretarias, o de lo contrario estas cooperadoras necesarias en la estafa a los de abajo podrían ir con el cuento ¿a quién…? Tienes razón: es difícil saber a dónde se podrían dirigir esas secretarias comprensivas con datos tan mollares para comprender el Timo, cuando los medios de comunicación que adormecen y entretienen a la gente están en poder de los timadores.

Y como estás en el mundillo de los negocios, te diré que no inviertas en Túnez: allí sólo funcionan las grandes inversiones estranjeras dirigidas a adquirir, por el procedimiento de las privatizaciones, bocados escogidos de antiguas empresas públicas– cementeras, cadenas hoteleras (para turistas del Bienestar), bancos, telecomunicaciones, seguros,… todo lo que da dinero en gordo por basarse esos negocios en la venta y cobro de necesidades sentidas (reales o falsas) de las muchedumbres por cuyo Bienestar vela el Estado del Capital: los más de diez millones de tunecinos, con sus Ncesidades Básicas para el Desarrollo y los impuestos que se les cobran, son también un buen negociete, no como el de los doscientos o trescientos millones de estadounidenses, pero todo un negociete a escala tunecina. Las multinacionales, con la cooperación necesaria de la Banda, encuentran sin dificultad esos sectores estratégicos que les permiten esprimir su parte de los tunecinos (esto es lo que el Banco Mundial, en sus hermosas páginas web a colores donde espone los logros y las esperanzas que de su esforzada labor financiadora se van concretando para solaz de tunecinos y tunecinas, llama «private participation in infrastructure»). Las multinacionales no saben ni preguntan nada acerca de calabozos, torturas, policías secretas, palizas en comisaría ni cosas de pésimo gusto por el estilo: sus accionistas pagan a los ejecutivos para ganar dinero, no para que anden por ahí haciendo preguntas incómodas.

Cualquier empresuca de verdad (quiero decir: que sirva para dar de comer a alguna familia y suministre alguna cosa necesaria a la gente) que prospere en tierras tunecinas tiene que elegir entre a) contribuir desmesuradamente al pago de su supervivencia y seguridad a la Mafia o b) pasar a integrar a buen precio el reino de las empresas controladas por Ella.

Unos amigos de por aquí comentaban hace no mucho qué podrían decirles a los turistas bienestantes para que sus viajes a Túnez ayudasen en lo posible a darles a Ben Ali y sus mafias la patadita en el culo que no se animan a darle todavía el Boss de la Casa Blanca ni sus secuaces. Y llegaron a una conclusión: venid, turistas, pero venid a hacer preguntas a la gente, porque si vuestro único plan es comeros los cuscuses y tostaros las pieles sin enteraros de la mala vida que dan al pueblo tunecino los que se guardan las divisas con que pagáis la estancia, la verdad que lo mejor que podríais hacer es quedaros en las azoteas de vuestras casas y aprender a haceros el cuscús solitos con ayuda de alguno de esos libros de recetas con que despistan su aburrimiento las amas de casa del Bienestar. Y no tengáis miedo de hacer preguntas, decían aquéllos: el turista es sagrado y el Régimen está ahí para mimarlo.

Así que ya sabes, Reimon: ven a Túnez y consigue que vengan cuantos más, mejor, pero no te olvides de chapurrear el francés (si es que no te has lanzado al árabe) para preguntarles a los tunecinos o tunecinas que te vayas encontrando entre las sombrillas y los refrescos de las vacaciones cosillas como: ¿Sabe usté cuántos presos políticos hay en este país? O ésta: ¿Por qué hay tantos policías en este país? O: ¿Por qué todos los jóvenes tunecinos se quieren marchar a vivir al estranjero? ¿Por qué no hay casi periódicos en los quioscos? ¿Tenéis cobertura de Seguridad Social? O, ya en confianza: ¿Y usté qué hace para derrocar a Ben Ali? Y otras que se te ocurran a ti con ese ingenio fino que tanto te ha ayudado en la vida de comerciante y en la otra, tuno.

Es verdad que muchos de tus así interrogados preferirán no saber nada de lo que están oyendo, como que se harán los sordos por istinto de conservación. Pero también lo es que el costante murmullo que se oye entre los muchos que pasan las horas delante de una tacilla de café por las terrazas de todo el país saldrá enriquecido de posibilidades, de potencia, gracias a vuestras inquisiciones de curiosos y preguntones bienestantes.

Y si encuentras a uno o una que quiera traducirte esta carta al inglés, al francés, al japonés u otras lenguas de turistas bienestantes por el estilo, pues mándame las traducciones para que podamos colgarlas de alguna página web y así acaso se enteren otros como tú de estas Noticias de Túnez, de manera que puedan aprovechar más sus vacaciones y volver a sus mercados de origen un poco mejor preparados para la vida. Quién sabe qué formas tendrán los Regímenes que hayan de esperimentar todavía los súbditos del Bienestar hasta el fin de la Historia y el Tiempo, y si no les vendrá bien a todos ellos conocer un poco de los entresijos del sucio Benalismo.