Antes de acabar con su vida en Dodge Center, Minnesota, el veterano de 30 años de la guerra de Irak Danny Holmes solía sentarse delante de la pantalla de su ordenador a mirar las fotografías guardadas en un archivo llamado “Irak/Imágenes”.
Antes de acabar con su vida en Dodge Center, Minnesota, el veterano de 30 años de la guerra de Irak Danny Holmes solía sentarse delante de la pantalla de su ordenador a mirar las fotografías guardadas en un archivo llamado “Irak/Imágenes”.
Julian Assange permanece en la prisión de máxima seguridad de HMP Belmarsh en Londres, Reino Unido. A pesar de estar en mal estado de salud, su juicio de extradición a los Estados Unidos está programado para el 7 de septiembre de 2020.
Pasados los primeros meses de impacto, en distintos países del mundo las poblaciones se van adaptando a lo que se ha venido a llamar nueva normalidad. [Coincidimos, en este sentido, con las palabras de José Antonio Estévez: «¿qué nueva normalidad? Lo que va a haber es una crisis económica monumental»]
El intelectual estadounidense señaló que la información que difundió WikiLeaks tiene el potencial de emancipar a los ciudadanos. Y que el gobierno de Estados Unidos está criminalizando al periodista australiano.
Muchos de los crímenes de guerra expuestos por Wikileaks, en cooperación con organizaciones de prensa de todo el mundo, ocurrieron bajo la presidencia de George W. Bush. El proceso de enjuiciamiento de Assange comenzó durante la presidencia de Barack Obama. El entonces vicepresidente Joe Biden calificó a Assange como un “terrorista de alta tecnología”.
Durante la presidencia de Richard Nixon, Ellsberg filtró 7.000 páginas de documentos clasificados sobre la guerra de Vietnam al New York Times y al Washington Post. «Las publicaciones de WikiLeaks tienen una importancia comparable”, sostuvo el exmilitar.