Los líderes chinos iniciaron el sábado una reunión secreta de cuatro días para establecer una agenda reformista de cara a la próxima década, en un momento en el que tratan de impulsar un crecimiento más sostenible después de alrededor de 30 años de vertiginosa expansión. Sin embargo, los analistas consultados han advertido de que no […]
Los líderes chinos iniciaron el sábado una reunión secreta de cuatro días para establecer una agenda reformista de cara a la próxima década, en un momento en el que tratan de impulsar un crecimiento más sostenible después de alrededor de 30 años de vertiginosa expansión.
Sin embargo, los analistas consultados han advertido de que no se concretarán grandes cambios en la cita ya que la estabilidad sigue siendo la principal consigna para los líderes políticos del gigante asiático.
El presidente, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, buscan impulsar nuevos motores de crecimiento, ya que la segunda mayor economía del mundo ha perdido fuerza en medio de una sobrecapacidad industrial, una enorme deuda y una fuerte alza de los precios inmobiliarios.
La reunión, celebrada bajo estrictas medidas de seguridad en un hotel del oeste de Pekín, mostrará lo comprometidos que están los líderes chinos en materia de reformas tras asumir formalmente el poder en marzo.
Las reformas económicas dominarán la reunión del Comité Central del Partido Comunista chino, compuesto por 205 miembros. Se espera que nada o muy poca información se dé a conocer durante el encuentro, aunque la agencia oficial de noticias Xinhua tradicionalmente emite un comunicado el último día.
Xinhua confirmó en una información en inglés el inicio de la reunión y dijo que el primer tema del programa es una discusión sobre el borrador de un proyecto para la profundización de las reformas.
La agencia añadió que la profundización de las reformas significa que éstas serán «más sistemáticas, integradas y coordinadas», aunque no dio más detalles.
Algunas informaciones de prensa han dicho que los responsables políticos podrían tomar medidas audaces para abordar aspectos ampliamente enraizados en el país como el monopolio estatal en diversas áreas.
El Centro de Investigaciones para el Desarrollo, un organismo que trabaja para el gabinete chino, propuso el mes pasado ocho áreas clave de reformas: finanzas, impuestos, tierras, activos estatales, bienestar social, innovación, inversión extranjera y gobernabilidad.
«Estas son sólo recomendaciones. Todavía hay una fuerte oposición» a las reformas propuestas, dijo a Reuters una fuente ligada a los líderes políticos y que pidió anonimato.