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La deuda externa de los países pobres

Claves para la reducción de la deuda

Fuentes: Cidaf BBCMundo.com

Los países del Grupo de los Ocho, G8, acordaron prolongar el plazo de la Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC), que expiraba a finales de 2004.

Esta iniciativa fue acordada por gobiernos y organismos financieros internacionales en 1996 con el propósito de llevar la deuda de los países más pobres a niveles sostenibles que no comprometieran el desarrollo económico y social.

¿Qué pasó con estos países altamente endeudados? ¿Se puede hablar de un nivel «sostenible de deuda»? ¿Ayuda a reducir la pobreza? En BBC Mundo conversamos con Juan Cariaga, ex ministro de Finanzas de Bolivia y ex directivo del Banco Mundial, y George Gelber, jefe de políticas públicas de la agencia de cooperación británica CAFOD.

¿Quiénes pueden ser candidatos para recibir la reducción?

La iniciativa está abierta a 38 países, la mayoría del África Subsahariana, que son aptos para recibir créditos blandos del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los organismos también tienen en cuenta la «sostenibilidad» de la deuda en la economía de cada país.

«Se hace una comparación de los valores presentes netos del endeudamiento con el de las exportaciones. Esto permite saber cuánto de las exportaciones de un país permiten pagar la deuda», explicó a la BBC Juan Cariaga.

Para recibir la reducción, los países también deben cumplir con una serie de requisitos que incluyen reformas económicas, legales y financieras.

«Algunos de estos países todavía tienen conflictos internos y no están recibiendo ninguna condonación. Otra condición es que tienen que tener planes para reducir la pobreza, tener consultas internas con la sociedad civil, algunas han sido bien llevadas y otras no», señaló a la BBC George Gelber.

¿Cuáles países han cumplido con los requisitos?

11 de los 38 países que pueden ser candidatos no han cumplido con los requisitos: Costa de Marfil, Burundi, República Centroafricana, Islas Comoras, República de Congo, Laos, Liberia, Birmania, Somalia, Sudán y Togo.

De los 27 países que cumplieron con los requisitos, tan sólo 13 ya han completado el programa, es decir, que la decisión de reducirles la deuda es «irrevocable».

Según Juan Cariaga, «es difícil cumplir con los requisitos, pero la dificultad más grande está en cómo medir los resultados. En este momento, los organismos financieros internacionales están evaluando una serie de parámetros que permitan saber si el alivio a la deuda está contribuyendo a aliviar la pobreza, a mejorar las condiciones de producción y distribución del ingreso».

Sin embargo, hay quienes aseguran que la reducción actual no es suficiente:

«Aún para los países que han recibido la condonación parcial de su deuda, la situación es que tienen deudas insostenibles, según los parámetros del Banco Mundial. El servicio de su deuda está costando cerca del 20% de lo que ganan por sus exportaciones, y esto es demasiado alto, deberían estar invirtiendo este dinero en el desarrollo y en planes contra la pobreza», dice George Gelber.

¿Es posible la condonación del 100% de la deuda externa de los países más pobres, como lo piden ciertas organizaciones internacionales?

El Banco Mundial afirma que existe una cantidad limitada de fondos disponibles para préstamos para el desarrollo, y que se necesitan fondos adicionales de los donantes si se ofrece más reducción a la deuda.

Sin estos fondos, advierte George Gelber, «los fondos para ayudar a los países altamente endeudados provendrían de los países que son pobres, pero no están altamente endeudados».

Para Juan Cariaga, la responsabilidad de la condonación no debe caer sólo en manos de los organismos financieros internacionales, sino de los gobiernos:

«En el caso de los organismos, es cada vez más complicado aliviar los recursos, porque significa borrar montos de dinero de sus antiguos préstamos, y esto a veces encuentra situaciones contables o financieras que lo hacen difícil».

¿Quiénes contraen la deuda y quiénes la pagan?

Algunas organizaciones han criticado a los organismos financieros porque consideran injusto que la población tenga que pagar por deudas incurridas por los gobernantes sin consenso alguno.

«En el sistema actual, nuestros gobiernos son los que contraen las deudas y toda la economía tiene que pagar la deuda, y si es de largo plazo, son los ciudadanos del futuro los que pagan las deudas contraídas hoy en día. A veces es injusto, si un dictador contrae una deuda y la gasta en palacios y otras inversiones inútiles, es injusto que los ciudadanos pobres tengan que trabajar para pagar esas deudas. Necesitamos gobernantes más responsables», dice George Gelber.

Según Juan Cariaga, sin embargo, el riesgo mayor no está en las deudas contraídas con los organismos internacionales, sino con el sector privado:

«Los países no sólo se endeudan con los organismos financieros internacionales, sino que se endeudan también con el sector privado, lo cual crea serios problemas en la balanza de pagos de un país, porque tienen que pagar tasas de interés comerciales».