Recomiendo:
0

Un neurocirujano al que el gobierno de Estados Unidos prohibió viajar a Cuba a un congreso científico

Construir el Puente de Michi …

Fuentes: The Washington Times

Las discusiones sobre el embargo comercial de los EEUU contra Cuba a menudo se centran en las diferencias políticas y económicas. La biología tiene un modo de trascender tales discusiones, no porque sea un medio superior, sino porque los mecanismos fisiológicos poco tienen que ver con las disputas gubernamentales. «Comerciar con Fidel Castro puede que […]

Las discusiones sobre el embargo comercial de los EEUU contra Cuba a menudo se centran en las diferencias políticas y económicas. La biología tiene un modo de trascender tales discusiones, no porque sea un medio superior, sino porque los mecanismos fisiológicos poco tienen que ver con las disputas gubernamentales.

«Comerciar con Fidel Castro puede que ayude a afianzarlo. Comerciar con el Sr. Castro lo enriquecerá de manera personal. Comerciar con el Sr. Castro es un golpe contra la libertad. Comerciar con el Sr. Castro es un ataque contra aquellos que murieron tratando de escapar de Cuba.» Todos estos planteamientos deberían ser legítimamente revisados. Existen características apolíticas de la ciencia y la medicina que abogan en contra del bloqueo al intercambio académico, entiéndase, el discurso dirigido en pos del avance de la salud humana.

En marzo, el Departamento de Estado de los EEUU impidió que unos 100 neurocientíficos y médicos, incluyéndome a mí, participáramos en la «Cuarta Conferencia Internacional sobre coma y muerte» en La Habana. La razón de esta negativa, al parecer, tenía algo que ver con ayudar y ampara a un régimen comunista.

Sin embargo, en términos de dinero, el contingente de los EEUU hubiera gastado poco. La conferencia de una semana atrajo a cientos de científicos, filósofos, teólogos y trabajadores de la salud de todo el planeta.

Según mi contraparte cubana, a los norteamericanos se les extrañó en el extremo. Creo, que aunque estaba preparado para pronunciar dos conferencias, fui yo el que perdí la oportunidad de enterarme de lo que el mundo pudo haber presentado ante los dilemas de los enfermos catastróficos.

Por alguna razón, la corteza cerebral en la base del cráneo, no distingue si el paciente proviene de una teocracia, una democracia, una sociedad feudal o incluso un régimen comunista. No conozco de pequeñas señales vistas solo por el microscopio electrónico encima de neuronas que proyectan «cerebro comunista». El corpus callosum, que conecta el hemisferio izquierdo con el derecho no es tampoco un puente «solo para el que vota capitalista.»

Nuestro Departamento de Estado no reconoce estos hechos y le gusta mantenernos en una amplia red en cuanto a política internacional. Esto es parte de la arrogancia de los que regulan.

Aun rabiaba por la prohibición del viaje cuando supe el domingo 29 de agosto que una amiga de la familia, una estudiante universitaria de 18 años, llamada Michi Padrón, irónicamente de origen cubano, repentinamente había caído en coma aquí en Miami.

Como investigador, no estaba en la «línea del frente» de su cuidado neurológico, aunque había ejercido la neurología en los años 1980 y 1990. Inmediatamente comencé un dialogo con los médicos que la estaban atendiendo para ofrecer lo que podía a esta bella e inteligente joven. También comencé una búsqueda intensiva por Internet y revisé todo lo que pude sobre lo que había ocurrido en aquella conferencia sobre Coma y Muerte a la que se me había impedido asistir.

Lamentablemente, supe que aunque se habían dado pasos hacia un tratamiento más agresivo y exitoso respecto al coma en los últimos años, aun no tenemos una estrategia efectiva para salvar al cerebro y protegerlo. Salvo en circunstancias muy especiales que no se aplican a Michi, solo pueden ofrecerse terapias experimentales y que aun están por aprobar.
Una razón de la falta de éxito es que las conferencias internacionales sobre el coma son escasas. Antes de la conferencia de La Habana hubo una en el 2000 y no hay reunión comparable en los EEUU que yo conozca. Además de esto, debido a que las terapias médicas se desarrollan solo cuando hay un incentivo económico en particular, cierta investigación intersectorial para problemas difíciles de tratar como el coma, no siempre son perceptibles. Dicho de otra manera, aunque haya drogas prometedoras para el coma, no hay una campaña global para dirigirse a esto porque estas drogas no son caras y no arrojarían las ganancias lucrativas que las compañías farmacéuticas desearían, incluso si se determinara una aplicable contra el coma.

El Miami Herald recientemente cubrió una historia del Departamento de Estado, que permitiría el comercio con Cuba respecto a una vacuna lucrativa contra el cáncer. De alguna manera los alegatos a favor del embargo se ubicaron en último lugar porque se trataba de cierto negocio para hacer dinero. ¿Habrá sido un caso de «Viva el Interés Especial del todo Poderoso Dólar?

Quizás si hubiera asistido a la Conferencia sobre el Coma y hubiera regresado con vacunas contra el cáncer en mi maleta, los funcionarios del gobierno hubieran hecho una excepción en mi caso; quizás incluso me hubieran dado paso libre o algo por el estilo.

El asunto principal es que el gobierno puede manipular los fondos para ciertas investigaciones científicas y médicas. No obstante, los intercambios básicos de la ciencia en una conferencia internacional deberían operar fuera de las agendas políticas. Se reúnen para avanzar a la raza humana: no la raza capitalista o socialista: nuestra raza humana.

Quizás no hubiera avanzado más en el caso de Michi por asistir a la conferencia en marzo sobre el Coma y la Muerte Cerebral, pero jamás lo sabré a ciencia cierta.

No existe solución para las enfermedades trágicas como el coma, la muerte cerebral, los estados vegetativos como el de Terry Schiavo o la anorexia cerebral. Pero un paso hacia el camino correcto es alentar más simposios médicos y científicos internacionales.

Podríamos empezar por abandonar el cierre idiota del comercio que incluye el dialogo científico, académico y medico con Cuba. En vez del discurso sobre el embargo, construyamos el Puente de Michi.

Michi Padrón falleció el 6 de septiembre. Las más sentidas condolencias se extienden a sus familiares y amigos.

KENNETH GROSS es Profesor Asistente de Cirugía Neurológica y miembro del Colegio de Medicina de la Universidad de Miami.

Traducción para Cubadebate: Isabel Perea