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Marruecos

Cuando los regímenes feudales convierten el fútbol en un juguete de distracción

Fuentes: Rebelión

Cuando 11 chicos que mayoritariamente proceden de ambientes marginales, con cuentas bancarias que tienen al menos 8 dígitos, persiguen una pelota para entretener, despistar y desorientar a la paupérrima plebe y alejarla momentáneamente de sus problemas y sufrimientos, quien sale ganando con todo el montaje y el negocio del fútbol son los regímenes autoritarios, democráticos y los poderes fácticos.

El uso del fútbol y el deporte en general como arma de propaganda para blanquear a dictadores y dictaduras es casi tan antiguo como el deporte mismo. 

La Olimpiada de Berlín el año 1936 y el Mundial de Fútbol de Argentina 1978 son posiblemente los casos más conocidos, emblemáticos  y patentes del uso del deporte como mecanismo y arma para tapar las deficiencias democráticas y los abusos que cometían en su momento el fascismo Hitleriano y la dictadura militar argentina.

Tanto la Olimpiada de Berlín como el Mundial de Argentina constituyeron  actos de manual de manipulación y la mejor manera de aprovechar un evento para desviar la atención y tapar los problemas reales de un pueblo.

Estos días estamos asistiendo a una situación similar con los éxitos de la selección marroquí en el Mundial de Fútbol de Qatar. 

Marruecos atraviesa por una grave y profunda crisis económica y social pospandemia que está teniendo como protagonista el alza de los precios que se  incrementaron casi el 50% en los productos básicos y de primera necesidad.

Esta nueva y enésima depresión de la economía marroquí  convierte su crisis en una enfermedad crónica que  el régimen  ha capeado con préstamos, ayudas y chantajes a organismos financieros internacionales, potencias occidentales y las monarquías feudales del Golfo.

La deuda externa de Marruecos el año 2021 alcanzó los 83.220 millones de euros con un crecimiento de 6.401 millones de euros con respecto al año anterior, lo que equivale aproximadamente al 70% del PIB.

Aunque aún no hay datos oficiales y definitivos de la deuda del año 2022, varios organismos especializados en la materia han pronosticado un crecimiento que rondaría  los 20.000 millones de euros, lo que dejaría  prácticamente colapsado y paralizado el sistema económico marroquí si no recibe un rescate internacional.

Solo una intervención evitaría el derrumbe de una economía que en 2022 ha sufrido un año calamitoso marcado por el alza de precios, la crisis energética que ha castigado al régimen marroquí por partida doble, por un lado la escasez y alza de precios energéticos provocada por la guerra de Ucrania y por otro lado el cierre del maná del gas argelino que aprovisionaba los sectores industriales marroquíes de forma gratuita, además de la suculenta inyección monetaria como peaje por el paso del tubo gasístico. La combinación de estos condicionantes más la sequía que ha reducido la producción agrícola, incluido el cannabis,  ha  empeorado de forma ostensible el agudo crac que padece la economía marroquí.

En estas llegó el inmoral e indecente Mundial de Fútbol que se celebra en Qatar y que ha segado la vida de más de 6.500 trabajadores del sudeste asiático, para capricho de una monarquía medieval, con la complicidad de todas las llamadas democracias occidentales que han contribuido a blanquear las autocracias y dictaduras árabes. 

La participación y las victorias de la selección de Marruecos integrada en su totalidad por ciudadanos europeos descendientes de inmigrantes marroquíes, está sirviendo al régimen dictatorial marroquí para ocultar las penurias que sufren los marroquíes y alimentar un falso y adulterado patrioterismo cuyo objetivo es  encubrir y disfrazar la caótica situación socioeconómica que vive la monarquía alauita.

A la crisis económica habrá que sumar el endurecimiento de la situación de los derechos humanos, caracterizada por un significativo aumento de las violaciones de las libertades individuales y colectivas, condenas desorbitadas,  persecuciones injustificadas a intelectuales, periodistas y activistas y limitación total de la libertad de expresión y de la prensa, con el acoso y cierre de todos los medios con apariencia de oposición.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.