El Gobierno de España apoya una «solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental». Esta es la permanente declaración del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para referirse a la posición española sobre el conflicto del Sáhara Occidental, territorio que España entregó a Marruecos y […]
El Gobierno de España apoya una «solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental». Esta es la permanente declaración del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para referirse a la posición española sobre el conflicto del Sáhara Occidental, territorio que España entregó a Marruecos y Mauritania por los Acuerdos de Madrid del 14 de noviembre de 1975, el mes de la «Marcha Verde».
La última vez que García-Margallo hizo tal declaración fue el 14 de septiembre de 2015, cuando recibió en Madrid al enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Christopher Ross. Y de ahí no sale, es todo lo que el Gobierno dice y hace políticamente, aunque en esta ocasión aprovechó para difundir que en 2015 España aumenta la ayuda humanitaria en los campamentos de refugiados de Tinduf.
Pero la literalidad de estas palabras tiene una excepción si la intervención del ministro se produce en Marruecos. El catedrático Carlos Ruiz Miguel escribió en Desde el Atlántico -27 de julio de 2013-, en uno de sus minuciosos y acertados análisis, que García-Margallo omitió en una declaración en Rabat, el 18 de julio de 2013, toda referencia a la «autodeterminación» o al «pueblo» del Sáhara Occidental; tampoco dijo lo que manifiesta en otros foros sobre la doctrina de NNUU respecto al Sáhara Occidental o el papel de Christopher Ross.
Recientemente, el 1 de octubre de 2015, el ministro de Asuntos Exteriores habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas de motivos para la esperanza al referirse a «situaciones enquistadas durante demasiado tiempo» susceptibles de solución, como el acuerdo nuclear con Irán, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba o la perspectiva de un próximo acuerdo de paz en Colombia. Ni palabra sobre la situación enquistada del Sáhara Occidental.
Recordó el contencioso de Gibraltar, «la última colonia en territorio europeo», y el deseo de España de reiniciar con el Reino Unido un diálogo bilateral sobre para su descolonización. Ni una cita a la última colonia en África, el Sáhara Occidental.
Enumeró los conflictos de Siria, Libia, Mali y Republica Centroafricana y la apuesta de España «por un acuerdo entre israelíes y palestinos que pase por la solución de dos Estados, con fronteras mutuamente acordadas». Ni referencia al conflicto del Sáhara Occidental.
Un discurso de doce páginas y más de 2100 palabras en el que no existieron los cuarenta años de lucha del pueblo saharaui, a pesar de la responsabilidad histórica de España y de seguir siendo de derecho la potencia administradora del territorio. Sí lo hicieron varios líderes africanos, como los presidentes de Sudáfrica, Tanzania, Namibia, Nigeria y Zimbabue, este último, Robert Mugabe, presidente de turno de la Unión Africana (UA), de la que es miembro la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). El ministro de Relaciones Exteriores de Islandia, Gunnar Bragi Sveinsson, pidió a la comunidad internacional que no se olvide de conflictos que pueden estallar en cualquier momento, y citó el Sáhara Occidental.
España preside en octubre el Consejo de Seguridad de NNUU y en noviembre se cumplirán 40 años del Acuerdo de Madrid por el que Marruecos se apoderó del Sáhara Occidental, bombardeando con fosforo blanco y napalm a los saharauis que huían por el desierto. Doce responsables militares y policiales marroquíes se encuentran procesados en la Audiencia Nacional por genocidio del pueblo saharaui, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas.
¿Hará algo el Gobierno de España desde la presidencia del Consejo de Seguridad, además de su habitual declaración institucional? Iñaki Anasagasti (PNV) y Urko Aiartza (Amaiur) , miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, están convencidos de que no. Tras entrevistarse en Nueva York con representantes de Naciones Unidas, escribieron:»El Estado español no piensa hacer nada de nada durante su presidencia del Consejo. Ninguna iniciativa respecto al Sáhara en su cronograma. Nada. Hablarán de Libia, de Siria, de Afganistán, de la Resolución sobre la participación de las mujeres en la resolución de los conflictos… pero ni una palabra sobre los 40 años de ocupación ilegal marroquí en el Sáhara. España no desea molestar a su amigo marroquí ni a su amigo francés».
«Pero ¿cómo pedir a los demás estados del Consejo que trabajen por la cuestión saharaui si el mayor responsable histórico del tema y presidente del Consejo se hace el Poncio Pilatos?». «Al pueblo saharaui no le queda más que continuar en su heroica labor sin esperar nada de aquel Estado que primero lo invadió y colonizó y luego lo abandonó a su suerte en manos de un nuevo ocupante. Tampoco ahora cuando presida el Consejo de Seguridad».
Mientras, en los territorios ocupados del Sáhara Occidental se siguen denunciando violaciones de los Derechos Humanos, detenciones y torturas, sin que el Gobierno de Mariano Rajoy se pronuncie. En septiembre las autoridades marroquíes impidieron al abogado aragonés Luis Mangrané, defensor de activistas saharauis, viajar a El Aaiún. El fotógrafo y periodista Gervasio Sánchez, que iba con él, dijo que «el Ejecutivo español actual, también los anteriores del PSOE, no protestan ante Marruecos e, incluso, condecoran a su ministro del Interior, Mohamed Hassad».
El 16 de septiembre de 2015 el Consejero Político de la Embajada de Estados Unidos en Rabat se reunió en El Aaiún con miembros de Colectivo de Defensores Saharauis de los Derechos Humanos (CODESA). Esta no es la primera visita de diplomáticos norteamericanos al Sáhara Occidental, lo mismo que han hecho representantes de las embajadas británica, alemana, finlandesa, sueca, noruega y danesa en Marruecos. ¿Viajará alguna vez personal diplomático español al Sáhara Occidental para conocer de primera mano lo que ocurre allí?
La siguiente, para conocimiento, una vez más, del ministro García-Margallo, es una relación de hechos ocurridos en septiembre de 2015 en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí y ciudades del sur de Marruecos con población saharaui, según datos de organizaciones de Derechos Humanos y medios de información saharauis, tanto oficiales como independientes.