La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, parece no entender el significado de ciertas palabras. Este domingo, declaró que la caída del régimen de Muammar al Gaddafi, «ha sido obra de libios comunes y valientes, (…) después de 40 años de dictadura brutal.» ¿No son brutales acaso los bombardeos de la OTAN? Más […]
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, parece no entender el significado de ciertas palabras. Este domingo, declaró que la caída del régimen de Muammar al Gaddafi, «ha sido obra de libios comunes y valientes, (…) después de 40 años de dictadura brutal.»
¿No son brutales acaso los bombardeos de la OTAN?
Más adelante, aseguró que su país «se une al pueblo libio a la hora de celebrar su liberación.» ¿Liberación? Sería ingenuo pensar que las potencias occidentales se marcharán de ahora de Libia sin su parte del botín. Es más, ya el propio Obama ha adelantado que «EE.UU. está comprometido con un futuro de ese país que incluya la libertad, dignidad y oportunidad para todos.» ¿Habrá querido decir comprometido o entrometido?
La jefa de la diplomacia en Washigton estuvo ¿casualmente? en Trípoli dos días antes de la muerte de Gaddafi. En esa ocasión dijo en términos inusualmente contundentes que Estados Unidos quería ver al líder de la Revolución Verde «muerto o capturado». No sé ustedes, pero yo ya no creo en las casualidades. ¿La caída de Gaddafi fue entonces obra de libios comunes y valientes?
Común es lo usual, lo habitual, frecuente… Comunes con, por lo tanto, los asesinatos planificados por Estados Unidos, sus intervenciones militares en países de América Latina y Oriente Medio, y sus constantes violaciones de todas las leyes internacionales. Valientes fueron los libios que se defendieron de la agresión injustificada de la OTAN y sus miles de bombardeos.
Y no es «caída», señora Clinton, lo que le hicieron a Gaddafi se llama asesinato.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/10/23/cuestion-de-semantica/