La continua crisis en la provincia sudanesa de Darfur privó ayer otra vez a Sudán de ocupar la presidencia de la Unión Africana (UA). En su lugar será Ghana quien asuma la jefatura del grupo por un año, según decidieron hoy los países miembros en la cumbre que la UA celebra en Addis Abeba. «La […]
La continua crisis en la provincia sudanesa de Darfur privó ayer otra vez a Sudán de ocupar la presidencia de la Unión Africana (UA). En su lugar será Ghana quien asuma la jefatura del grupo por un año, según decidieron hoy los países miembros en la cumbre que la UA celebra en Addis Abeba.
«La decisión fue tomada por todos, también por Sudán», dijo el presidente de la UA, Alpha Oumar Konaré. El vecino Chad había amenazado con abandonar la organización que agrupa a 53 naciones africanas si Sudán se quedaba con la presidencia. «Sudán desestabiliza a toda la región», criticó el ministro de Exteriores de Chad, Ahmat Allam-Mi.
También varios gobiernos y organizaciones humanitarias occidentales habían mostrado reparos contra la idea de que Jartum asumiera la presidencia. «Puesto que Sudán sigue oponiéndose al despliegue de una misión de paz en Darfur, la credibilidad de la UA saldría socavada si Sudán ocupa la presidencia», afirmó Amnistía Internacional, una de las organizaciones que acusan al gobierno en Jartum de apoyar a las milicias que hace cuatro años atacan tanto a los rebeldes como a la población civil.
«Presión» de la ONU
Por su parte, el nuevo secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, reclamó en su discurso el fin de la violencia en Darfur. «Debemos trabajar juntos para terminar con la política de tierra quemada y los bombardeos», dijo Ban, que aseguró que el número de víctimas en la región es inaceptable, aunque no dio cifras. La ONU advierte desde hace más de un año que «al menos 200 mil personas» han muerto en Darfur. Organizaciones humanitarias estimaron 300 mil fallecidos hace ya dos años. Desde entonces no existen cifras confiables. Ban, que declaró a Darfur como la prioridad del inicio de su mandato, expresó su esperanza de que en la cumbre de dos días se llegue a un acuerdo para desplegar una «urgentemente necesaria» misión de paz con participación de la ONU.
El conflicto en Darfur se inició en 2003, cuando un grupo rebelde comenzó a atacar blancos oficiales, argumentando que la región estaba siendo ignorada por el gobierno central. Los rebeldes dicen que el gobierno oprime a los africanos negros en favor de los árabes.
Las milicias árabes respondieron con la intención de poner fin al levantamiento. El gobierno niega las acusaciones de los rebeldes, que afirman que éste apoya a las milicias árabes.