¿Se prepara el fraude en Estados Unidos? A dos semanas de las elecciones republicanos y demócratas están resucitando las técnicas sucias y en algunos casos ilegales para ganar votos en favor de sus candidatos y desalentar el sufragio para sus contrincantes, según informes de varios estados claves en los comicios nacionales. El Partido Demócrata ya […]
¿Se prepara el fraude en Estados Unidos?
A dos semanas de las elecciones republicanos y demócratas están resucitando las técnicas sucias y en algunos casos ilegales para ganar votos en favor de sus candidatos y desalentar el sufragio para sus contrincantes, según informes de varios estados claves en los comicios nacionales.
El Partido Demócrata ya ha presentado una demanda legal en Florida acusando a autoridades estatales de intentar negar el derecho al voto a simpatizantes de su partido empleando trabas técnicas en el proceso de empadronamiento.
Pero las acusaciones no están limitadas a unos cuantos estados o funcionarios. Autoridades electorales han intentado anular el registro de votantes opositores empleando pretextos técnicos en por lo menos otros cuatro estados, y hay pruebas de esfuerzos de intimidación de votantes al generar angustia por un posible atentado terrorista el día de las elecciones, o de difundir información falsa sobre posibles penas legales si uno no presenta ciertas credenciales. Además, hay investigaciones en curso en por lo menos tres estados sobre grupos que han promovido el empadronamiento de nuevos votantes y que han destruido registros para aquellos que no favorecen a su candidato.
Ambos partidos han contratado equipos de abogados en los 50 estados de la unión para responder a toda queja de fraude, y el Demócrata ha difundido un manual de 66 páginas a sus representantes en cada estado, en el cual indica cómo detectar un fraude de los republicanos y recomienda maneras de publicitar maniobras electorales sucias de sus contrincantes.
«Si aún no se han revelado señales de técnicas de intimidación, lancen un ataque preventivo», aconseja el manual que recomienda a los oficiales del partido denunciar fraude aun si no cuentan con pruebas.
En Nevada y Oregon, la empresa contratada por el Partido Republicano para empadronar votantes ha recaudado datos de miles de individuos que buscaban registrarse y destruyó sistemáticamente las solicitudes de empadronamiento de cualquiera que se identificaba como demócrata. Dos senadores federales han solicitando al Departamento de Justicia investigar acusaciones de que «miles» de solicitudes oficiales de empadronamiento ya han sido destruidas en este proceso.
No está claro si es ilegal
Pero no son sólo los republicanos. En Florida, una organización comunitaria que simpatiza con los demócratas recaudó más de 100 mil solicitudes de empadronamiento y destruyó aquellas de quienes se identificaban como republicanos. El Departamento de Justicia ya investiga estas acusaciones. En ambos casos, votantes que pensaban que ya estaban empadronados descubrirán que no estarán registrados al acudir a las casillas el día de las elecciones y no podrán participar en la elección.
Aún más sorprendente es que a pesar de que fiscales están investigando estas maniobras, no está claro en la ley si lo que estos grupos hicieron es técnicamente ilegal.
Otra táctica común este año es la de autoridades encargadas del proceso electoral a nivel estatal o de condado, las cuales suelen ser partidarias de uno de los dos partidos principales, descalificando a los recién empadronados del otro partido.
Por ejemplo, el secretario de estado de Ohio, un republicano, empleó una anticuada regla para argumentar que miles de registros de nuevos votantes demócratas son nulos por el papel utilizado para imprimir los formularios. Un juez finalmente determinó que esto era ilegal, pero el New York Times reporta que los republicanos están usando tácticas similares en Florida y Wisconsin.
Tal vez no sea sorprendente que el mayor número de denuncias sobre tácticas de intimidación o supresión del voto y otros «trucos sucios» provienen de Florida, donde el presidente George W. Bush ganó la última elección sólo después de la intervención de la Suprema Corte que constató su margen de triunfo de 537 votos. Cuatro años después nadie sabe cuál fue el conteo final preciso en Florida, como en muchos estados mas. Sí se sabe que cientos, tal vez miles de votos no fueron contados, que a mucha gente que deseaba participar no se le permitió hacerlo, y que otros votaron más de una vez.
El Daily News de Nueva York reportó este lunes que ha comprobado que cuatro profesionistas que residen en esta ciudad después de mudarse de Florida hace años, votaron en Nueva York y en Florida en la elección de 2000. Tres de ellos confirmaron que votaron en la elección nacional en Nueva York, comprobaron que no habían estado en Florida durante esa elección, que no sabían cómo había ocurrido eso, ni que su registro para votar aún estaba vigente en Florida.
Sospechan que es resultado del conteo impreciso en Florida, pero tal vez que alguien cometió fraude en su nombre. Votar más de una vez es delito federal, pero como indica el Daily News, es un crimen que el sistema electoral no hace nada para impedir (no hay un padrón federal, cada estado está encargado de mantener y administrar un padrón estatal en las elecciones nacionales). Nadie sabe cuántos casos más de estos existen.
Pero Florida no es el único lugar donde ocurre esto.
Janet Ryder, contratada por la central obrera AFL-CIO para el esfuerzo de movilización del voto, reporta las maniobras electorales de los republicanos en uno de los estados claves: «Hay una historia de intimidación sutil y no tan sutil en Pennsylvania, especialmente en Filadelfia, pero también en otras partes donde residen las poblaciones africanas, americanas y latinas», declaró recientemente. «El año pasado hombres blancos vestidos con traje oscuro, a bordo de vehículos negros de apariencia oficial dieron vueltas por estas áreas de minorías durante la elección para alcalde. Estos falsos «oficiales» pidieron identificación a varias personas e hicieron declaraciones falsas e intimidatorias como si uno debía pagos para apoyo de sus hijos, o infracciones de tránsito, o si había ‘cualquier cosa mala con tus documentos’, podría acabar detenido si intentaba votar».
Este año, cuando votantes acudieron a una elección especial en la reserva indígena de Pine Ridge, en Dakota del Sur, se encontraron con anuncios en las casillas informando que «sin identificación, no puede votar». Jacqueline Johnson, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Americanos Nativos, dice que cientos de personas simplemente dieron la vuelta y se fueron al ver los anuncios, a pesar de que por ley un votante puede hacerlo sin presentar identificación siempre y cuando firme un documento legal que certifique su identidad.
Los individuos investigados por el fiscal estatal por estas tácticas han renunciado sus puestos en el Partido Republicano de Dakota del Sur, pero un periódico local reporta que ahora han sido contratados por el mismo partido en Ohio para promover el voto.
Maniobras de ambos bandos
Los republicanos, vale repetir, no tienen el monopolio de estas maniobras electorales. Mientras que el partido de Bush intenta suprimir el voto en barrios y zonas pobres donde la tendencia favorece a los demócratas, el partido del candidato John Kerry intenta alentar la participación electoral al ofrecer a pastores religiosos y otros líderes comunitarios fondos para promover el voto en sus barrios.
En la última elección, medios locales reportaron que a pastores de algunas iglesias negras grandes en Nueva Jersey los demócratas les ofrecieron hasta 10 mil dólares para ayudar en los esfuerzos de llevar a votantes a las casillas el día de las elecciones.
Los votantes negros, según encuestas, sufragarán abrumadoramente por Kerry y la tasa de participación de esa comunidad será particularmente importante en Nueva Jersey, donde los sondeos más recientes indican que los dos candidatos están empatados.
Lo más notable de todo esto es que estas maniobras son consideradas parte «normal» del proceso electoral estadunidense, y donde los responsables gozan de una impunidad impresionante (con algunas excepciones). Por ejemplo, un periódico de New Hampshire reportó que James Tobin, el hasta ahora coordinador de la campaña de relección de Bush en Nueva Inglaterra, figura en documentos judiciales como co-conspirador con dos otros individuos, quienes ya se han confesado culpables de atascar las líneas telefónicas del Partido Demócrata el día de las elecciones de 2000 para incapacitar el esfuerzo de promoción del voto en esa región.
Aunque se conocía la participación de Tobin en esta maniobra desde hace meses, renunció el viernes pasado sólo después que los medios presentaron los hechos a la luz pública.
Con todas estas actividades para manipular el proceso electoral, una nueva investigación de la Oficina de Contabilidad Gubernamental (GAO) del Congreso encontró que el Departamento de Justicia no ha establecido ningún mecanismo para documentar las irregularidades electorales o casos de intimidación de votantes.
A un par de semanas de la elección, no hay dónde denunciar, y menos resolver, quejas de los fraudes que se preparan aquí, en el modelo de la democracia para el mundo.
Presionan a televisora para rechazar Fahrenheit 9/11
Nueva York, 18 de octubre. El servicio de televisión de pago por evento In Demand, de Estados Unidos, rechazó hoy la petición del cineasta Michael Moore de difundir el documental Fahrenheit 9/11, crítico de la administración de George W. Bush y su guerra contra Irak, en la noche del lunes 1º de noviembre, víspera de los comicios presidenciales. La decisión contrasta con el anuncio de la red de 62 televisoras Sinclair Broadcast Group de programar un documental crítico al servicio militar del candidato presidencial John Kerry, con el título de Honor robado. In Demand está disponible en 28 millones de domicilios residenciales estadunidenses de un total de 120 millones en el país. «Está claro que se ha ejercido presión», dijo hoy Moore, al saber del rechazo de la empresa a su cinta.
DPA
Firma Bush presupuesto para seguridad
Washington. El presidente estadunidense y aspirante republicano a la relección, George W. Bush, firmó hoy un proyecto de presupuesto de 17 mil millones de dólares para «seguridad doméstica». En un acto de campaña en Nueva Jersey, Bush acusó de debilidad a su oponente, el demócrata John Kerry, en materia de defensa. En Florida, Kerry dijo que las afirmaciones «duras» de Bush sobre el apoyo a las instituciones armadas estadunidenses son sólo «retórica vacía».
The Independent