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¡Detengan la escalada en el Caribe!

Fuentes: Mundo Obrero

Todas las dudas sobre los objetivos de Estados Unidos, todos los rastros de la gran mentira sobre una «guerra contra las drogas» se desvanecieron cuando el secretario del Pentágono, Pete Hegseth, anunció el 24 de octubre que el grupo del portaaviones USS Gerald Ford sería enviado al mar Caribe. No se necesita la Estrella de la Muerte de Darth Vader para detener lanchas rápidas. El objetivo de Estados Unidos es el gobierno popular de Venezuela y todos los pueblos del hemisferio occidental al sur de Estados Unidos.

Incluso los medios de comunicación corporativos tuvieron que admitir que las maniobras de Trump, Hegseth y Marco Rubio en el Caribe no tienen nada que ver con mantener el fentanilo fuera de Estados Unidos. Esa batalla debería haber comenzado con los monopolios farmacéuticos en relación con el OxyContin.

Los ocho buques de guerra estadounidenses que ya [el 26 de octubre] se encuentran en la región han destruido diez pequeñas embarcaciones y asesinado a más de cuarenta tripulantes. Las embarcaciones necesitarán docenas de reabastecimientos de combustible para llegar siquiera a las costas estadounidenses. Ahora llegará el grupo USS Gerald Ford con 35 aviones de combate, lo que duplicará el número de aviones desplegados en las bases aéreas de Puerto Rico, gobernado por Estados Unidos, y con un total de más de 15 000 soldados, marineros, marines y pilotos estadounidenses preparados para la batalla.

Todos los líderes imperialistas mienten. Es parte de su trabajo. Pero es peor con Trump, que nunca ha tenido ni la más mínima conexión con la verdad. Es alérgico a la realidad. Especialmente si la verdad perjudica sus estrechos intereses materiales.

Trump está ordenando a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que cambien el gobierno de Venezuela. Si libran una guerra agresiva, Trump, Hegseth, el secretario de Estado Rubio, los comandantes de la Marina… todos están ordenando a los militares que cometan crímenes de guerra. Los que no están de acuerdo dimiten a tiempo, como hizo el máximo comandante de la Marina en el Caribe, por razones no reveladas.

Se debe advertir a las tropas rasas de esos barcos que están siguiendo órdenes ilegales y que cualquier ayuda al esfuerzo bélico les convierte en cómplices. Tienen el derecho, incluso el deber, de rechazar estas órdenes ilegales.

¿Cómo se desarrollará esta escalada de Estados Unidos, con qué calendario y durante cuánto tiempo? ¿A cuántos venezolanos apuntará la maquinaria bélica del Pentágono? ¿Se arriesgará la camarilla Trump-Hegseth-Rubio a una invasión real con fuerzas terrestres para ocupar Venezuela con una «guerra eterna»?

Eso es lo que hizo Estados Unidos en Afganistán e Irak. Venezuela, un país más grande en superficie que cualquiera de ellos, tiene una población de 30 millones de personas. En agosto, unos 4,5 millones de adultos se alistaron oficialmente en milicias populares, y se informa de que millones más se han ofrecido como voluntarios después de que Estados Unidos comenzara sus amenazas de guerra. Las milicias están realizando ahora ejercicios de entrenamiento coordinados con las fuerzas armadas regulares.

Combatientes voluntarios de Brasil y otros países latinoamericanos ya han declarado su intención de formar brigadas internacionales para ayudar a los venezolanos a expulsar a las fuerzas estadounidenses con el fin de defender la soberanía del hemisferio de la recolonización estadounidense.

¿Qué podemos hacer ustedes en el movimiento antiimperialista de Estados Unidos? Primero deben encontrar la manera de mostrar su solidaridad con el pueblo de la Venezuela bolivariana y, a continuación, poner palos en las ruedas de la maquinaria bélica estadounidense. El primer paso es movilizar protestas unificadas contra la intervención estadounidense. El siguiente es organizar estas fuerzas para encontrar todas las formas posibles de impedir el ataque —antes de que comience, si es posible— y asegurar su fracaso si la camarilla de Trump lo lleva a cabo.

Las manifestaciones masivas que muestran repulsa por la ambición de poder de Trump demuestran el potencial para movilizar una resistencia real. Y el desafío. El movimiento aquí en Estados Unidos está luchando en muchos frentes: defendiendo a los migrantes contra el ICE, deteniendo el envío de armas a Israel, deteniendo los recortes para los trabajadores, deteniendo los ataques contra la comunidad negra, luchando contra la llamada a la ley marcial… y esa es solo una lista parcial.

Los últimos acontecimientos muestran que el movimiento debe dar prioridad a otra demanda: ¡Detener la guerra contra Venezuela!

Fuente: https://www.workers.org/2025/11/88771/