Introducción El desempeño económico-social del 2011 revistió para la República Popular China (RPCh) un importante hito. Coincidieron los aniversarios de los cien años de la caída del Imperio Quing (1644-1911) y la proclamación de la República China, por Sun Yat-sen; y se festejaron los 90 años de la fundación (1921) del Partido Comunista de China […]
Introducción
El desempeño económico-social del 2011 revistió para la República Popular China (RPCh) un importante hito. Coincidieron los aniversarios de los cien años de la caída del Imperio Quing (1644-1911) y la proclamación de la República China, por Sun Yat-sen; y se festejaron los 90 años de la fundación (1921) del Partido Comunista de China (PCCh), que hoy agrupa a más de 80 millones de militantes. El 2011, fue el primero (2011-2015) del XII Programa de Desarrollo Económico-Social, y del decenio que en el 2021, festejará el centenario del PCCh. Sucesos todos que ocuparon la atención del quehacer político-económico-social del país. Igualmente, en el 2011 se cumplieron 10 años del ingreso de China en la Organización Mundial del comercio (OMC).
Por otra parte, el 2011, inició el decenio que conducirá en el 2021; donde el bienestar y el avance registrado por la nación en los últimos 30 años, se sintetizarán en el logro de una sociedad modestamente acomodada. Tampoco dejó de subrayarse que la Nueva China -hoy en el sendero de volver a «País del Centro»-, fue obra de Mao Zedong y del PCCh. Sin embargo, el logro de los objetivos perseguidos en el pasado año, dependió de la capacidad con que China sorteó los obstáculos levantados por la permanente crisis que vive la economía mundial, los éxitos alcanzados en el manejo económico interno, así como respondió con acierto a las demandas socio-políticas presentes en el país.
II
En el desempeño económico de China en el 2011, en mayor o menor medida gravitaron factores internos y externos. El sector externo estuvo matizado por la caída en extensión y profundidad que experimentaron las economías de Estados Unidos, Unión Europea (UE) y Japón -afectado este último por un desbastador tsunami- que, frenaron los atisbos de la recuperación de la crisis financiera internacional. La restructuración del modelo de crecimiento económico chino, al pasar del auge del comercio exterior, al incremento de la demanda interna en el desempeño económico no ha logrado despegar en todas sus potencialidades. Así, el incremento del Producto Interno Bruto (PIB), del 8% planificado, alcanzó el 9.2%, mostrando una desaceleración con respecto al 10.4% del 2010.
No obstante, el volumen total del comercio exterior logró aumentos del 23%, llegando a los 3 billones 640 mil millones de dólares; lo que significó más del 10% del comercio mundial. Las exportaciones crecieron en algo más del 20%, topando 1 billón 900 mil millones de dólares; las importaciones aumentaron cerca del 25%, para situarse en 1 billón 740 mil millones de dólares. El saldo del comercio exterior disminuyó en un 15%, situándose en el 160 mil millones de dólares. La UE y los Estados Unidos se consolidaron como los principales socios de comerciales de China con montos totales de más de 567 y 447 mil millones de dólares respectivamente. En tanto, la corriente inversora en las esferas de bienes y servicios llegada a China alcanzó los 60 mil 70 millones de dólares; con un incremento de algo menos del 2% de lo arribado en el 2010.
Mientras, las inversiones directas externas (IDE) de las corporaciones chinas alcanzaron en 2011 los 116 mil millones de dólares, cerca de un 10% más que en lo ejecutado en el 2010. Las reservas de divisas del país (10/2011), llegaban a los 3 billones 200 mil millones de dólares. Por largo tramo, las primeras a nivel mundial.
Además, el 2011 marcó los 10 años de la participación de China en la OMC. En el decenio destacaron cuestiones que cubren una amplia gama de factores, con saldos positivos, para el país y la economía global. Entre ellos, China se convirtió en la segunda economía del orbe, en el mayor exportador mundial de manufacturas y el segundo importador, al multiplicarse las exportaciones por cinco veces, y las importaciones por 4,7 veces. Al participar en la Ronda de Doha (7/2008; Ginebra. Suiza), le permitió formar parte del núcleo central de los miembros de la OMC del sistema global del comercio multilateral.
En el orden interno resaltó el esfuerzo realizado por China para atemperarse a los compromisos adquiridos como miembro de la OMC. Entre otras medidas, retiró las restricciones (1/2004) de obtener permisos gubernamental, a individuos y compañías, incluyendo las foráneas, que realizan negocios de comercio exterior. Asimismo, en (1/2005) canceló las barreras comerciales no arancelarias que contradecían las normas de la OMC, como las cuotas y licencias de importación. Así, el nivel arancelario general de China cayó a 9,8 % en el 2011, frente al 43,2% en 1986 y 15,3% en el 2001.
Por otra parte, entre los trabajos cumplidos por China para conformar un sistema legal acorde con una economía de mercado coherente con las normas de la OMC, estuvieron las enmiendas (6/2004; entro en vigor el 1/7/2004) a la Ley de Comercio del país. Igualmente, fueron revisadas más de 2 mil 300 leyes, regulaciones y normas departamentales, y los gobiernos locales examinaron más de 190 mil políticas y regulaciones. China, ha establecido gradualmente un sistema comercial acorde con las normas de la OMC e impulsó la mejora del sistema legal de su economía socialista de mercado.
En el orden gubernamental China adoptó (1/7/2004) la ley sobre licencias administrativas. Ley que estipuló claramente la escala, los procedimientos, la extensión de la autoridad y el control sobre las licencias de carácter administrativo. A su vez, fueron unificados los impuestos sobre los ingresos corporativos para empresas locales y extranjeras. La Asamblea Nacional Popular (ANP) aprobó (16/3/2007; en vigor, 1/1/2008) dicha Ley, con la cual quedaron en igualdad de condiciones impositivas las compañías nacionales y las foráneas.
A su vez, China ha recurrido a la OMC al utilizar los mecanismos de solución de disputas para proteger sus derechos e intereses económicos. Así, cuando (11/9/2009; en vigor, 26/9/2009) los Estados Unidos aprobó aranceles punitivos de más del 35% a los neumáticos de autos y camiones ligeros fabricados en China, resultó uno de los crecientes casos de disputas comerciales en los que el país se implicó en la pasada década.
Sin embargo, desde la entrada en la OMC, China afrontó más de 690 investigaciones de antidumping, anti subsidios y medidas de garantía, y otras providencias desleales de comercio, que ascendieron a 40 mil millones de dólares. En el 2010 Beijing fue objeto de 64 casos de litigios comerciales, con un capital implicado por valor de unos 7 mil millones de dólares. Para gigante asiático oponerse al proteccionismo y mantener el sistema de comercio multilateral se convirtió en tarea a largo plazo.
En las finanzas, los ingresos de los bancos comerciales de China batieron récord con beneficios netos de 314 mil millones de euros en el 2011; frente a los 107 mil millones de euros en el 2010, aumentando en más del 34%. La tasa de préstamos morosos fue del 1%, y el coeficiente de solvencia superó el 12%. Mientras, el coeficiente de cobertura de reserva -fondos de los bancos para responder a las pérdidas originadas por préstamos fallidos-, rebasó el 278%.
En el área tecnológica se destacó, en el 2011, los avances en el programa espacial chino. Con el acoplamiento exitoso de la nave espacial Shenzhou-VIII con el módulo Tiangong-1, China dio otro paso hacia el establecimiento de una estación orbital propia. También servirá de base para las Shenzhou-IX y X, que despegarán en 2012. También entró en servicio parcial el sistema de navegación global «Beidou», que contribuirá a potenciar el desarrollo económico y la seguridad nacional, a completarse en el 2020 con 35 satélites en operaciones.
III
En el orden social, el 2011, rompió en China una estructura poblacional de milenios. Los habitantes citadinos superaron a los del campo. La población urbana ascendió a los 690 millones 790 mil habitantes (51.3%); y la rural, a los 656 millones 560 mil personas (48,7%).Se crearon empleo para 11 millones de ciudadanos; el índice de desocupación urbana se situó en el 4,1%. Los ingresos de la población citadina subieron hasta los 21 mil 810 yuanes, creciendo en más de un 8%. Mientras, las entradas de los residentes rurales, aumentaron en más de 11%, para situarse en los 6 mil 977 yuanes. Sin embargo, el mayor ritmo en los incrementos de los ingresos rurales no ha logrado disminuir sensiblemente las diferencias de más de 3,1 en los ingresos entre la ciudad y el campo.
En el 2011, el umbral de la pobreza se elevó hasta los 2 mil 300 yuanes al año (un dólar diario), lo que hizo que la población que vive por debajo de este tope, se elevara a los 100 millones de habitantes, y con ello, aumentarán los subsidios gubernamentales. El PIB per cápita de alrededor de los 4 mil 500 dólares, sitúa a China en el lugar 95 a nivel mundial. El salario mínimo se elevó en un 20%. Pero, cifras no oficiales sitúan el número de multimillonarios en cerca de un millón de personas; lo interesante radica en que 4 de cada 10 millonarios aspiran a emigrar, a Estados Unidos o Canadá.
Por otra parte, las tensiones sociales el pasado año se vieron incrementadas por diversas razones. En unos casos impactaron en la sensibilidad pública hechos como el accidente de trenes de alta velocidad (Wenshou, 40 muertos y unos 200 heridos); los disturbios en distintas localidades, Huzhou, Hainan, Hechi, Dalian, Wukan, Wenzhou, provocados, unos por abusos en la usurpación de tierras de los campesinos para construcciones inmobiliarias; otros por cuestiones ambientales (contaminación por derrames tóxicos, y cierre de proyectos mineros), y no faltaron los incidentes étnicos, en Mongolia Interior, el Tibet y Xinjiang, que dieron lugar a la intervención de la fuerza pública, saldadas con pérdidas de vida.
En otro caso, la lucha por el control de la inflación recabó esfuerzos a lo largo del año; llegó a superar el 6%, para cerrar el 2011 por encima del 5%. En cambio, el incremento de los precios en el sector inmobiliario se frenó, con pronósticos de que disminuirán a corto plazo. Por otro lado, en China, los inscritos a Internet sobrepasa los 513 millones de usuarios; factor que ha originado una explosión de micro blogueros; una de las redes (Weibo), agrupa a más de 300 millones internautas. Asimismo, el proceso eleccionario para la renovación de los gobiernos locales, incluyó la propuesta de candidatos independiente, la equiparación del número representantes urbanos y rurales, y contó con la participación de más de 900 millones de chinos.
En el plano político, la celebración del XVIII congreso del PCCH en el otoño del 2012, conllevó al inició en el 2011 de la renovación de los comités del partido en los niveles locales y provinciales en todo el país. Se puso énfasis en que la selección de candidatos tuviera en cuenta criterios amplios; las evaluaciones atendieron los rendimientos económicos, incluyendo los sociales, el ejercicio de la más amplia democracia en la toma de decisiones, combinando las opiniones públicas con las decisiones centralizadas. Sin olvidar, promover la educación sobre la lealtad política, lucha contra la corrupción, fortalecer las organizaciones del PCCh en las zonas rurales, así como reclutar más miembros del partido entre los jóvenes trabajadores y agricultores.
Asimismo, las secuelas de la política familiar (1979) del Hijo Único, aunque sus normas se han relajado, aportó agua al molino de las tensiones sociales en el 2011. Es ostensible que la disparidad de 119 varones nacidos por cada 100 mujeres, repercutirá negativamente en el equilibrio futuro de la estructura poblacional; además de terminarse la fuente de posible mano de obra excedente; la población envejece. Entre el 2011-2021 los mayores de 60 años superarán los 216 millones, sumado a los más de 800 millones de residentes urbanos que alojará el país; y del campo más de 100 millones se trasladarán a las ciudades en el decenio. La cifra actual de emigrados rurales es de cerca de 253 millones.
Sin embargo, a pesar de las tensiones internas y los desafíos externos que gravitaron en el desempeño económico-social del país, en el 2011, no dejó de primar la búsqueda de métodos el gobernar respetando la legalidad (reducción de delitos condenables a pena capital de 68 a 55; mayores derechos sindicales; recurso contra torturas, etc.), fortalecer la igualdad y justicia social, mayor apertura en la garantía de derechos ciudadanos y democráticos; legislaciones favoreciendo la autonomía judicial; insistencia en el combate contra la corrupción, calificándola de amenaza a la estabilidad social. Observadores externos colocan a China en el lugar 78 en el índice de actividades corruptas a nivel mundial.
Por otro lado, para contribuir a la clarificación y alcance de los objetivos político- económico-sociales de China, fueron publicados, en el 2011, nueve Libros Blancos, que abordaron: «Defensa Nacional de China en 2010», «Sesenta Años desde la Liberación Pacífica del Tíbet», «Desarrollo Pacífico de China», «El Sistema Socialista de Leyes con Características Chinas», «Nuevos Progresos del Programa de Ayuda contra la Pobreza con Recursos para el Desarrollo en las Zonas Rurales de China», «Políticas y Acciones de China para Enfrentar el Cambio Climático (2011)» y «Actividades Espaciales de China en 2011», «Asistencia Exterior de China» y Comercio Exterior de China»
IV
Grosso Modo, el 2011, en el ámbito internacional estuvo para China influenciado por reclamos de variada índole. Ante todo, el país siguió ganando protagonismo en el contexto del papel desempeñado en la superación de la crisis financiera internacional que golpea a las economías más desarrolladas. En el plano de las relaciones bilaterales, destacó el grado de fluidos contactos, visitas recíprocas y organización de diversos foros, a todos los niveles, desarrollados por China y Estados Unidos. Entre los más importantes, contaron la celebración del Diálogo Económico y Estratégico (Washington, 9/10/5), así como el primer Diálogo Estratégico, en materia de seguridad.
Hechos evidentes que hablan de un clima táctico que apunta a contactos más fluidos. No obstante, en el año no dejaron de aflorar desavenencias, como las que envolvieron el reclamo por parte de Washington de la revalorización del yuan. China ha reiterado que esto es un asunto de política interna, y que procederá al ajuste de las tasas de cambio del yuan, de modo gradual, que no ponga en riesgo la estabilidad del país. A lo que se sumó, la demanda por la reducción del déficit comercial; llegó a los 295 mil 500 mil millones de dólares en el 2011. Tampoco faltaron las amenazas por parte del Congreso, de hacer más estricta las exportaciones de alta tecnología o exigir apertura de sectores del mercado chino.
En cambio, en el orden estratégico se patentizó la intención Norteamericana de hacer del XXI el siglo de Estados Unidos en el Pacífico, y autoproclamar que la región de Asia-Pacífico necesita del liderazgo de Washington. Declaraciones que, seguidas de acciones como incrementar las tropas en Australia (tiene bases militares en Japón y Corea del Sur), y trabajar para relanzar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que negocia (Brunei, Malasia, Chile, Perú, Nueva Zelanda, Australia, Singapur y Vietnam), con la posible integración de Japón, Canadá y México (sin Rusia y China), para formar una zona de libre comercio en la Región, crea suspicacias sobre las intenciones Estadounidenses de erigir un círculo de intereses político-económicos que excluyan a China.
Por otra parte, Estados Unidos, no dejó de utilizar los foros asiáticos para intentar terciar en los reclamos territoriales de varias naciones (Filipinas, Brunei, Malasia, Vietnam, China y Taiwán) en el Mar del Sur de China. Así, Norteamérica busca reforzar sus ambiciones en Asia-Pacífico como potencia arbitro en la Región. Por la zona transita la tercera parte del comercio marítimo mundial, además de contar con enormes reservas de hidrocarburos. Australia y Filipinas, con la connivencia de otros países asiáticos, parecen erigirse en cabezas visibles de tales propósitos geopolíticos. China ha declarado que las desavenencias deben ser negociadas y consultadas directamente por los responsables de los países involucrados para solucionarlas por medios pacíficos.
Finalmente, no puede ignorarse que las mercaderías «baratas» importadas de China constituyen en componente importante del control de la inflación en Estados Unidos; sin desconocer que el Gigante Asiático, es el principal tenedor de Bonos del Tesoro: un billón 200 mil millones de dólares. Circunstancias que parecen influir de modo contradictorio en ambas partes. Estados Unidos intenta que el despegue de China no amenace su posesión hegemónica en el planeta; China, aboga, sobre todo, por la preservación de sus intereses nacionales; para ello insta a la remodelación financiera internacional, y que Norteamérica ponga orden en sus finanzas aplicando políticas monetarias más responsables.
En los vínculos de China con la UE, no puede hablarse de desencuentros estratégicos, y más bien, pese a las diferencias políticas, económicas y culturales, China y Europa son socios importantes, manteniendo una cooperación de beneficio mutuo. Para China, la UE representa el primer «parner» comercial, mientras que para ésta, el país asiático, constituye el segundo, solo detrás de Estados Unidos. Asimismo, China, ante la crisis de deuda soberana que recorre la eurozona, ha manifestado disposición para apoyar todo esfuerzo dirigido a estabilizar el mercado financiero global y promover la recuperación y el crecimiento de la economía mundial.
Si bien, China no tiene «cura» para el malestar europeo, ha adquirido más de un billón de euros en bonos (España, Italia, Grecia, Hungría, etc.). Espera, en cambio, que no se levanten obstáculos artificiales para bloquear las inversiones de las empresas chinas en Europa, o se tenga en cuenta el levantamiento del embargo de armas, así como se le reconozca como economía de mercado.
Por lo que atañe a Rusia, el 2011 evidenció que los vínculos sino-rusos viven su mejor momento histórico. Las visitas recíprocas de los altos dignatarios de ambos países, confirmaron que la cooperación estratégica por la que transcurren los nexos políticos-económico-militares, marcha en ascenso. Se regularizó el suministro de petróleo a través del oleoducto siberiano; se limaron las divergencias en torno a los precios; además de concretarse nuevos acuerdos por más de 7 mil millones de dólares; el intercambio comercial sobrepasó los 70 mil millones de dólares. Ambas partes, trabajan en ampliar y diversificar la estructura del comercio -el 90% de las exportaciones rusas lo constituyen los energéticos y materias primas-, así como las inversiones mutuas.
En los vínculos sino-nipones se manifestaron la enraizada dualidad que los ha caracterizado por años. En el plano económico, China representa para Japón el principal mercado comercial; y Japón, constituye para China, el tercer polo de comercio importante. La profundización de los intercambios mutuos encontró reflejo en el uso de las respectivas monedas, con el abandono del dólar.
Los dos países avanzan en las negociaciones para establecer una zona de libre comercio con Corea del Sur; en esta materia, las tres partes crearon en Inchon, una Secretaria de Cooperación. Sin embargo, en lo político, con independencia de los contactos de alto nivel -en el caso de China, la visita de Wen Jiabao, después de tsunami-, no han logrado borrar los tonos agrios: diferencias territoriales por las islas Diaoyu; objeciones al Libro Blanco de Defensa nipón; detención de barcos de pesca chinos; así como la negación en los libros de textos de las atrocidades cometidas por Japón durante la II Guerra Mundial.
En las relaciones China-India primó el interés de las dos partes de insuflar nuevos aires a la asociación estratégica; trabajar por profundizar los intercambios y cooperación bilaterales en el comercio, inversión, cultura, elevar la comunicación, así como establecer una coordinación más estrecha en asuntos de importancia internacionales. A través de esfuerzos concertados ambos países impulsan la búsqueda de solución al diferendo fronterizo. Aunque no faltaron los desasosiegos chinos ocasionados por la atadura energética indio- vietnamita, o el apoyo a las pretensiones de éstos, en el mar del Sur de China. Tampoco dejaron de crear inquietudes en la India, el estrechamiento de los lazos sino-pakistaníes.
De la importancia de las relaciones China-África habla el constituir el principal socio comercial del Continente. Sin ignorar que el 80% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) que ofrece China, se concentra en Asia y África; más de mil 700 empresas trabajan en el ámbito africano; impactan en el desarrollo económico al ejecutar cerca del 70% de las obras de infraestructura. Además, en el 2011 fueron emprendidos 100 proyectos de energía limpia en más de 10 países de África, que incluían la solar, biogás y programas para erigir pequeñas hidroeléctricas, destinados a luchar contra los múltiples efectos que provoca el cambio climático.
Además, China donó 70 millones de dólares en cereales y fondos de emergencia a los países afectados por la hambruna en el Cuerno de África. Presta asistencia técnica para contribuir al desarrollo de la agricultura, para lograr la seguridad alimentaria y fortalecer las capacidades en el uso de los recursos naturales. Sin embargo, en el pasado año, no faltaron los comentarios provenientes de las antiguas metrópolis achacándole a la presencia China en el Continente trazas coloniales. Más de un dirigente africano ha dicho que describir el compromiso de China con África como «neocolonialismo» es un atentado a la verdad.
El papel y profundidad que alcanzan los vínculos China-África, hasta finales de 2010, lo manifiestan las más de 2 mil empresas y consorcios de China que habían invertido alrededor de 40 mil millones de dólares en más de 50 países y regiones del Continente. Es amplia la gama de sectores que cubren estas compañías, entre ellos agricultura, minería, manufactura y finanzas. En ese año, la inversión directa de procedencia china totalizó 2 mil 100 millones de dólares.
El 2011, vio crecer aceleradamente las relaciones sino-latinoamericanas. Beijing, se consolida como primera o segunda contraparte comercial de Chile, Argentina, Perú, Brasil, Colombia, Uruguay y Cuba. Hay pronósticos señalando que en solo dos años, China superará a la UE como segundo socio comercial de la Región. En Perú se efectuó la V Cumbre de Empresarios China-América Latina, con la asistencia de de 600 empresarios latinoamericanos y 400 representantes de empresas chinas. Para muchos especialistas, la crisis financiera-económica mundial sirvió de acicate para imprimir una nueva dimensión a los vínculos de cooperación-comerciales-inversores sino-latinoamericanos.
En este auge, el Cono Sur ocupa la vanguardia. La intensificación de los intercambios comerciales de Brasil con China, abrió el camino para elevar las exportaciones hasta un 13%; los Tratados de Libre Comercio (TLC), firmados por Chile y Perú con China, han permitido que la estructura total de lo exportado por estos países aumentara al 23% y 15% respectivamente. Sin embargo, teniendo en cuenta que en América Central (exceptuando a Costa Rica) y México, lo enviado a China representa menos del 2%, de sus exportaciones, parece sugerir que todavía prima la competencia, sobre la complementariedad en las relaciones comerciales.
Por otra parte, más allá de las materias primas y los energéticos, los vínculos sino-latinoamericanos tienden hacia la diversificación, mediante el acuerdo entre la multinacional china Camco Internacional y el holding chileno Terra Group, para constituir la Camco Chile. Impulsará en Chile el uso de la energía solar y eólica, en el ámbito privado como en el público. En tanto, en el pasado año la cooperación estratégica China-Venezuela continúo en ascenso. El país asiático recibe 410 mil barriles diarios de petróleo; suman más de 430 los acuerdos comerciales y de cooperación firmados, 200 de la cuales se ejecutan; el comercio se aproxima a los 20 mil millones de dólares anuales. El fondo de inversiones (2007) chino-venezolano, alcanzó un tope de 38 mil millones de dólares.
Un lugar especial en la política interna y externa de China, lo ocupan los vínculos con Taiwán. La llegada al poder (2008) del Guomindang (KMT) en la Isla, abrió una promisoria etapa para el incremento de los contactos entre ambos lados del Estrecho. Parece afianzarse una apuesta por una reconciliación basada en el interés común, favorecida por los encuentros entre los partidos, el KMT y el PCCh, así como las reuniones de la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho (SEF en inglés) de Taiwán, y la Asociación para Relaciones Entre Ambos Lados del Estrecho (ARATS en inglés) del Continente.
Hasta el momento se han firmado 16 convenios. El de mayor calado, corresponde al Acuerdo Marco de Cooperación Económica (AMCE- ECFA en inglés); permitió extender la cooperación en diversos espacios: industria, finanzas, elementos de la logística, agricultura, comunicación postal, telecomunicaciones, entre las empresas pequeñas, en el área turística -incluido los viajes individuales-, en la esfera tecnológica, seguridad nuclear, desastres naturales, religiosos, sindicales, estudiantiles, y en la lucha contra el crimen. Están en agenda la protección de inversiones en ambas partes, así como un arreglo sobre transacciones de mercancías.
El AMCE incluyó la creación de un Comité de cooperación económica entre los dos lados, más seis grupos de trabajo. Sin dudas, en dos aspectos el Acuerdo, mejoró la posición estratégica de Taiwán en la Región. Uno, amplió sus expectativas de integración; el otro, el pasado año la Isla elevó los montos del comercio exterior, hasta rozar los 590 mil millones de dólares; lo exportado a tierra firme sobrepasó el 40%, con pronósticos de llegar al 60%. Guarismo que ha dado lugar a temores de una excesiva dependencia del Continente.
Al calor de la firma del AMCE, China, de una parte, a lo largo del 2011, intensificó las visitas de las delegaciones comerciales a la Isla para ampliar los contactos bilaterales; de otra, con una visión estratégica de largo plazo, con el objetivo de expandir la cooperación entre ambos lados, lanzó un ambicioso proyecto para el desarrollo económico de nueve ciudades en la provincia de Fujian, y otras once en las provincias de Zhejiang, Jiangxi y Guangdong. Regiones todas situadas al lado oeste del estrecho de Taiwán.
De otra parte, buscando un adecuado equilibrio, Taiwán multiplica sus contactos exteriores. Así, trata de intensificar los flujos comerciales con la India; es el primer inversor extranjero en Vietnam, así como gestiona la firma de un TLC con Singapur. Incursiona en América Latina activando las visitas de negocios en aquellas naciones que tienen vínculos diplomáticos con la Isla; promueve inversiones en Brasil, y la apertura de oficinas de representación comercial en los países que reconocen en lo diplomático a la RPCh.
Igualmente, Taiwán, sigue concentrando esfuerzos para ingresar en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA); está promoviendo una especie de sofw power mediante las llamadas Academias de Taiwán, abierta en las ciudades de Los Ángeles, Houston y Nueva York. No obstante, con solo mantener relaciones diplomáticas con 23 Estados, ha logrado que más de 120 países le otorguen el privilegio de exención de visados. Sin embargo, las fragilidades de las asociaciones de Taipéi se evidencian con la no aceptación por parte de China, del ofrecimiento de cambio de estatus de tres Estados socios de Taiwán.
Al analizar la positiva evolución que experimentaron en el 2011 los vínculos Taiwán-China, no puede ignorarse que Estados Unidos, alegando la garantía del equilibrio militar en la Región, tiene incorporada a la Isla en la estrategia de afianzar su presencia en Asia-Pacífico para aislar a China. También, es conocido el cabildeo que desarrolla el poderoso lobby taiwanés en el Congreso de Estadounidense a favor de la Isla. Muestra de ello, se materializó en el visto bueno dado (9/2011) a la venta armas por más de 5 mil 850 millones de dólares. Uno de los argumentos más manido invocado fue la amenaza militar que representa la modernización del entramado defensivo de China.
Finalmente, no es ocioso recordar que Taiwán, en el plano político, al levantar la Ley Marcial, en 1987, fomentó un multipartidismo que ha llevado la Isla, al rejuego de la alternancia en el poder, en lo fundamental, entre el Partido Democrático Popular (PDP) y el KMT, tirando a los demás a concertar alianzas en las elecciones parciales o generales. Pero, Taiwán, con solo 36 mil Km2, y algo más de 23 millones de habitantes, ocupa el lugar 16 como exportador mundial, el 17 en las importaciones, la 4ta mayor economía del Este de Asia y la 7ma de Asia Pacífico, el 9no en competitividad comercial, la 4ta por el monto de las reservas de divisas, cerca de 400 mil millones de dólares, un PIB per cápita de 20 mil 830 dólares, y el 22 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Por otra parte, al estallar la «primavera árabe», no faltaron las convocatorias de elementos internos y externos de manifestaciones para demandar mayores espacios e independencia de la sociedad civil en China. En la práctica, esos llamados no encontraron eco en la sociedad. China, denunció las desproporciones de las acciones militares emprendidas por los países europeos, con el apoyo de Estados Unidos en Libia; envuelta con el manto de «proteger a la población civil». En el caso de Libia, sufrió el saqueo de sus empresas; ocupaban unos 40 mil trabajadores en la construcción y operación de plantas petroleras.
La evacuación de ese personal constituyó un verdadero reto humanitario. China ejecutaba en Libia unos 50 proyectos valorados en 18 mil 800 millones de dólares. En (9/2011), reconoció al nuevo gobierno de Trípoli, quien autorizó el regreso al país de las compañías, garantizando la protección de sus inversiones. No parece aventurado afirmar que la lección Libia ha tenido un gran peso al negar apoyo a cualquier acción similar a emprenderse contra Siria. A su vez, expresó su respaldo al heredero del poder en República Popular Democrática de Corea (RDPC), Kim Jong-un. Se ha opuesto a las sanciones unilaterales dictadas por los Estados Unidos y la UE contra Irán; abogando por una salida negociada al diferendo por el programa de desarrollo pacífico atómico persa.
Por último, en el plano multilateral, China, ha trabajado por el fortalecimiento del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica). En este foro ha consensuado el impulso a iniciativas tendentes a la restructuración del orden monetario-financiero mundial, y el establecimiento de una moneda común internacional, así como aboga por un mayor papel de los países del Tercer Mundo en el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), promueve la reciprocidad en las tareas de seguridad, la intensificación de las relaciones económicas entre la membrecía, que traigan aparejado el desarrollo y bienestar en los respectivos países.
V
En su proyección, el 2012, plantea para China desafíos que bien pueden calificarse de mayúsculos. Ante todo, cuenta la incertidumbre en el desenvolvimiento de la economía internacional, en la medida que los socios fundamentales: UE, Estados Unidos y Japón, remonten los efectos de la crisis financiera europea y el bajo rendimiento de sus economías. Expectativa a reflejarse en el encogimiento de las exportaciones e importaciones, limitadas a un aumento del 10%; y el incremento de los costos de los combustibles. En el orden interno, el crecimiento del PIB, disminuirá con respecto al 2011, al fijarse en un 7,5%; el índice de precios al consumidor, no debe sobrepasar el 4%; el nivel de desempleo, está previsto que oscilará alrededor del 4,6%.
Por otro lado, será necesario obtener avances y mayores progresos en la reestructuración industrial, la innovación, la conservación de energía y la reducción de emisiones contaminantes. La política de incentivar el consumo interno requerirá de la ampliación de los servicios sociales (educación y salud), en lo fundamental, en el campo; asegurar que crezcan los ingresos reales de los habitantes urbanos y, en particular, que los ritmos de aumento en los núcleos rurales supere al de los citadinos, y así acortar las distancias en lo que reciben unos y otros. En definitiva, de lo que se trata es que el crecimiento económico se distribuya con más equidad.
En el presupuesto, manejo monetario y fiscal, se buscará que el déficit del primer rubro, no vaya más allá 1,5% La aplicación de una política fiscal activa tendrá como centro dirigirse a las esferas que contribuyan al bienestar de los ciudadanos; todo ello, sustentado en una estrategia monetaria prudente. Sin dejar de lado el perfeccionamiento del mecanismo de fijación de los tipos de cambio del yuan, de manera que sus fluctuaciones se mantengan a un nivel razonable y equilibrado, que no hagan peligrar la estabilidad de la economía.
En resumen, China venció con éxito económico-sociales, un 2011, en el que no faltaron tensos retos en el manejo interno de la economía, y los desafíos de las turbulencias internacionales de doble signo: los derivados de la crisis del euro en la Europa Comunitaria, el lento repunte económico de Estados Unidos y Japón , así como la intranquilidad derivada de la agresión armada en Libia, las intimidaciones en la Península Coreana, la turbia conducción del malestar social en Siria, y las amenazas de un ataque militar a Irán, por su derecho al uso pacífico del átomo.
Julio A. Díaz Vázquez Profesor Consultante Centro de Investigaciones de Economía Internacional Universidad de La Habana.
Bibliografía
Informaciones de la Agencia Xinhua
www.Política-China.org
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