Un momento durante la emisión. Foto: Ingeta.
Si el sarampión, para el que hay una vacuna, ha sido capaz de diezmar la enorme población de Bandundu estos últimos meses, ¿cuál será el destino de esta comunidad, abandonada a su suerte como la mayoría de congoleños, frente a la pandemia de la COVID-19? Comentario sobre la experiencia de sensibilización y de movilización de Faustin Bimitia Kinkufi en la provincia de Kwilu, enla RDC.
Cuando la epidemia de COVID-19 azotó a China a finales de 2019, el mundo entero pensó que esta extraña gripe era un invento chino. Las especulaciones respecto a su origen surgían rápidamente, los murciélagos y los pangolines parecían ser los culpables mientras que, al mismo tiempo, los comentarios racistas sobre el régimen alimentario chino brotaban de aquí y de allá, sobre todo en Occidente. Mientras esta enfermedad traspasa poco a poco las fronteras del reino medio para afectar duramente a Europa y provocar su confinamiento, el caso de África plantea muchos interrogantes por la resistencia aparente de su población.
La realidad de la brecha digital y la importancia de la radio
En la República Democrática del Congo el cierre de fronteras tardó en llegar, aunque los casos de infecciones eran principalmente de personas provenientes del extranjero. La decisión se tomó finalmente el 24 de marzo de 2020 y se anunció junto con otra serie de medidas para luchar contra la enfermedad. Mientras los habitantes de Kinshasa, muy empobrecidos, luchan por hacer frente al dilema corneliano entre seguir las medidas de confinamiento y morir de hambre o salir con el riesgo de morir a causa de la infección, nos enteramos de que los casos sospechosos o confirmados empiezan a llegar al interior del país. Como ocurre frecuentemente en África, donde la ausencia de Estado es escandalosa, la población se ve obligada a hacerse cargo de sí misma debido a esta pandemia.
Faustin Bimitia Kinkufi, presidente de la asociación sin ánimo de lucro Les Jeunes Authentiques et Visionnaires du Grand Bandundu et ses environs [1] (JAVIBA), fue a Bandundu para informar a la población de las provincias sobre la prevención. Este desplazamiento, que también entraña un riesgo, estuvo motivado por una pregunta desgarradora: si el sarampión, para el que hay una vacuna, ha sido capaz de diezmar la enorme población de Bandundu estos últimos meses, ¿cuál será el destino de esta comunidad, abandonada a su suerte como la mayoría de congoleños, frente a la pandemia de la COVID-19? Esta pregunta era aún más agobiante por la falta de infraestructuras sanitarias especialmente importantes en este periodo de confinamiento, donde cada uno debe apañárselas solo. En concreto, esto significa que cada pueblo debería poder tener sus tiendas, sus hospitales, su bosque o sus recursos de agua potable, pero no es el caso.
Faustin Bimitia salió de Kinshasa el viernes 16 de abril de 2020 y llegó a Masi-Manimba, en la provincia de Kwilu, el sábado 17 de abril de 2020 al mediodía. La duración del viaje se explica sobre todo por el hecho de que se han erigido numerosas barreras en el camino para detener la circulación a causa de la COVID-19. Tan pronto como llegó, fue directamente a la radio RFB, concretamente a la emisora M 10, para comunicar a la población lo que era conveniente que hicieran para defenderse contra la COVID-19. La brecha digital no es solo un concepto en Kwilu. Para la población es difícil acceder a la información por medio de las nuevas tecnologías. La radio parece, por lo tanto, el medio ideal y preponderante utilizado por la gente para mantenerse informada.
Para una reconstrucción de la sociedad
Cabe destacar también que las dificultades no les permiten comunicarse con otros congoleños fuera de la provincia. La población de Massi-Maniba y de todo el territorio de Kwilu vivió como una verdadera proeza que Faustin también pudiera darles voz a los protagonistas de la diáspora congoleña en la radio. La doctora Liliane Ndjoko Katheriner en Berna, el abad Évariste Pini-Pini Nsasay en Bruselas y Bénédicte Kumbi Ndjoko en Ginebra, respectivamente presidente, vicepresidente y secretaria de la Association pour l’Auto-Développement des Villages [2] (ADEVI ONGD, por sus siglas en francés) y también Bénédicte, la coordinadora del movimiento Likambo Ya Mabele, pudieron dirigirse a la población de esta manera.
Sus intervenciones suscitaron un gran interés y Faustin se vio literalmente rodeado por los oyentes que acudieron a ambas emisoras de radio para escucharle, conocerle y verle en persona. La población de Kibalaluli, pueblo piloto del proyecto de la Association pour l’Auto-Developpement des Villages, también hizo saber por medio de mensajes que estaba escuchando la emisión. El abad Évariste Pini-Pini Nsasay se dirigió a la población en yansi, el idioma mayoritario de la comarca, mientras que la doctora Liliane y Bénédicte hablaron en lingala. El hecho de que Liliane y Bénédicte se mostraran tan cercanas con la gente en su discurso conmovió especialmente a los oyentes. Bénédicte abordó con gran cautela y conciencia la cuestión de los ensayos de vacunas en su mensaje sobre las medidas de barrera contra la COVID-19 y sus palabras fueron muy convincentes e importantes.
La recepción de Faustin se cerró con una entrevista con el administrador del Territorio de Massi-Maniba, que tuvo la amabilidad de alojarle en su casa y asumir los gastos derivados de ello. El éxito de las emisiones del 17 de abril del 2020 fue tal que el director de la radio RFB le invitó de nuevo al día siguiente, el domingo, para una emisión especial. Además, actualmente dirige la revista NGOM-LAL’ABI («el tam-tam de nuestro pueblo»), en la que también se dará voz a los afectados por la diáspora congoleña. El objetivo de la revista NGOM-LAL’ABI es mostrar la historia de los pueblos y ciudades en diferentes idiomas y dialectos, aportar otro punto de vista sobre la información para la población de la región, informar sobre la experiencia del proyecto piloto de desarrollo del pueblo de Kibalaluli en el marco del autodesarrollo de los pueblos. Otro de los objetivos importantes es sensibilizar y movilizar a la población en torno a la idea de reconstrucción de una sociedad más humana, más dinámica y más cooperativa en el ámbito económico.
En esta experiencia que no ha hecho más que comenzar se da la palabra a la población de esta región, que está muy interesada en este proyecto porque, por una vez, son el centro de algo y no se les ha dejado de lado.
Notas de la traducción:
[1] Su nombre en español sería «Los auténticos jóvenes visionarios del Gran Bandundu y sus alrededores».
[2] Su nombre en español sería «Asociación para el autodesarrollo de los pueblos».
Texto original: «Echos de nos villages Un petit voyage au Bandundu»
Traducido por Fátima Gómez Cáneba para Umoya
Fuente: https://umoya.org/2020/07/05/rd-congo-bandundu-covid-radio/