Eduardo Galeano dijo hoy que la población saharaui, que desde hace 30 años vive «despojada de su tierra y de sus derechos», es «víctima de la impotencia de la ONU» y calificó de «escándalo», que Europa, y especialmente España, no hayan reconocido la existencia de la República Arabe Saharaui Democrática. El escritor uruguayo hizo estas […]
Eduardo Galeano dijo hoy que la población saharaui, que desde hace 30 años vive «despojada de su tierra y de sus derechos», es «víctima de la impotencia de la ONU» y calificó de «escándalo», que Europa, y especialmente España, no hayan reconocido la existencia de la República Arabe Saharaui Democrática.
El escritor uruguayo hizo estas declaraciones durante la clausura de la tercera edición del Festival Internacional de Cine del Sáhara, una «lindísima locura» que esta semana se ha celebrado en el campamento de refugiados saharauis de El Aaiun y que hoy dio su primer premio, una rosa del desierto y un camello real, al documental «La historia del camello que llora».
El festival, durante el que se han proyectado una veintena de películas, se han realizado talleres y otras actividades, se ha convertido sobre todo en un encuentro con la realidad saharaui para los trescientos invitados que han acudido a esta cita, entre ellos, gentes del cine como los españoles Jaime Chávarri, Emma Suárez, Carlos Bardem o Beatriz Rico.
Todos ellos han comprobado durante el festival, que ha dedicado esta edición a Cuba -entre sus invitados estaban los actores cubanos Vladimir Cruz o Yoima Valdés y la película «Fresa y Chocolate» recibió otra rosa del desierto- cómo «aquí, donde todo falta, sobra lo que hace falta en todo el mundo: energías de dignidad, libertad y solidaridad», gracias a una población que llegó a esta árida zona, conocida como «el desierto de los desiertos», tras la ocupación marroquí de sus lugares de origen.
En este desierto, con la inquebrantable esperanza de volver algún día a sus tierras, los cerca de 200.000 saharauis que habitan los cuatro campamentos de refugiados saharauis han reconstruido un modelo social, político y administrativo con el nombre de República Arabe Saharaui Democrática.
Pero «sólo 82 países del mundo han tenido el mínimo acto de sentido común de reconocer este gobierno, de decir que existe», recordó Galeano en la clausura, a la que asistió el presidente de la RASD, Mohamed Abdil Aziz y muchas otras de sus autoridades. «Es un escándalo que Europa no haya reconocido su existencia» y especialmente, dijo, en el caso de España, que «abrió la puerta a la invasión de Marruecos» de los territorios saharauis cuando en 1975 abandonó lo que hasta ese momento había sido su colonia.
El escritor señaló que este problema perdura mientras en el mundo se extiende «la cultura de la impotencia» y «la dictadura invisible del miedo». «Los saharauis son víctimas de la impotencia de la ONU que ha visto como mil y una resoluciones de apoyo a este pueblo no se cumplían».
Galeano explicó que «los cinco países con derecho a veto en la ONU, esos que velan por la paz mundial, son los cinco principales fabricantes de armas» y animó a «las personitas» a dejarle «puertas abiertas a la imaginación para horadar el muro de la incomunicación».
«El muro de Marruecos, que tiene por objeto perpetuar la ocupación del suelo saharaui, es sesenta veces más largo que el que dividía a Berlín, pero no tiene sesenta veces más de repercusión», añadió el escritor, quien dijo que no sabía si llevará a la literatura esta experiencia: «nunca le doy órdenes a la mano, a mí los libros me escriben», comentó.
La escritora Eugenia Rico leyó un manifiesto en el que los representantes del mundo de la cultura que han participado en este III Fisáhara reclaman a la comunidad internacional «el cumplimiento de las resoluciones de la ONU a favor de la autodeterminación del pueblo saharaui», piden al gobierno español la creación de un Instituto Cervantes en estos campos y se comprometen a mantener viva la solidaridad que ha ayudado a los refugiados a sobrevivir durante este tiempo.