Pese a las declaraciones de la Secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, durante su viaje a Europa, ayer se conoció que el gobierno de Washington continúa con su política de cárceles ilegales y tortura a secuestrados. Aunque según fuentes oficiales estadounidenses, las cárceles clandestinas de la CIA en suelo europeo habrían sido cerradas antes […]
Aunque según fuentes oficiales estadounidenses, las cárceles clandestinas de la CIA en suelo europeo habrían sido cerradas antes de la visita a Europa de Condoleezza Rice, lo cierto es que los presos habrían sido trasladados a «alguna parte en el norte de África».
Según informó la cadena televisiva ABC News, citando a altos cargos de la CIA, «11 supuestos líderes de Al Qaeda han sido trasladados a una prisión en el desierto del norte África».
Esta cárcel podría encontrarse en Marruecos o en Egipto, si bien la emisora estadounidense no mencionó ubicación alguna ante la petición expresa de sus informantes que «alegaron motivos de seguridad» para ello.
Ahora las especulaciones se mantienen sobre el lugar donde EE.UU. retiene a los 11 «supuestos terroristas». De hecho, los países candidatos son pocos. Libia no está cooperando con el gobierno norteamericano a este nivel. Túnez y Argelia, pese a contar con gobiernos relativamente favorables a la política estadounidense, no tienen la confianza completa de Washington. Egipto y Marruecos, por último, son los principales y mejores aliados del Imperio en todo el mundo árabe.
El extendido y sistemático uso de la tortura en centros de detención egipcios y marroquíes está muy bien documentado. En ambos países, militantes de la oposición han sido objeto de fuertes torturas. Tan sólo el pasado mes de noviembre, en Marruecos, un joven manifestante saharaui murió tras haber sido torturado en dependencias policiales.
Sin embargo fuentes de la CIA, que prefirieron permanecer en el anonimato, mencionaron a ABC News que Jordania, Siria, Marruecos y Egipto estaban albergando a «combatientes ilegales» y permitiendo el uso de «técnicas de interrogación más duras».
Informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación revelaron que Washington estuvo enviando a «supuestos terroristas» a centros de detención clandestinos fuera de sus fronteras, para evitar la legislación que prohíbe la tortura durante los interrogatorios. El escándalo llegó a Europa al conocerse que al menos dos países albergaron tales cárceles. Todo parece indicar a Polonia y Rumania. La Unión Europea y casi todos los gobiernos europeos exigieron explicaciones a Washington.