Aviones de guerra estadounidenses, en espacio aéreo sirio, en una conducta de acoso, contra un vuelo de una línea comercial iraní, mostraron el desprecio al derecho internacional y los derechos humanos, al ejecutar acciones propias del papel de pendenciero internacional que Estados Unidos se arroga en cada parte donde su presencia genera inestabilidad, muerte y destrucción.
El jueves 23 de julio pasado, en el vuelo regular número 1152 efectuado por el Airbus A310 perteneciente a la línea aérea iraní Mahan Air, entre la capital de la nación persa, Teherán y la capital de El Líbano, Beirut, en pleno cielo sirio, mientras atravesaba la región de Al Tafn, dos cazas de combate F15 estadounidenses, se abalanzaron sobre el aparato iraní poniendo en gravísimo riesgo a sus 155 pasajeros. La excusa para este acto inaceptable corrió por cuenta de Bill Urban, portavoz del Comando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés), entidad declarada como una organización terrorista por Irán, quien señaló que “uno de nuestros cazas F15 se aproximó a un avión civil iraní en el cielo sirio, para efectuar una inspección visual como parte de una misión de rutina” una supuesta inspección, que tuvo un primer y segundo paso, en intervalos de 6 minutos echando por la borda la excusa estadounidense.
Las explicaciones de Washington no tienen asidero alguno, sobre todo porque el carácter civil del avión iraní es incontrarrestable y resulta una contravención a toda ley de aviación civil el “inspeccionar a escasos metros” aviones en espacio aéreo ajeno por parte de una potencia que ocupa ilegalmente suelo extranjero. Fue una experiencia aterradora para aquellos sufrieron este acto de piratería aérea, considerado, de acuerdo a las leyes internacionales, como una conducta criminal que requiere, no sólo ser condenada por las instituciones internacionales vinculadas a la Aviación Civil y su reglamentación, sino de todos los gobiernos y organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) su Consejo de Seguridad y aquellos dedicados a la defensa de los derechos humanos; que obliga a transitar por el camino de las sanciones frente a actos que deben ser considerados terroristas.
En esa perspectiva el Fiscal general de Irán, Mohamad Yavar Montazeri, dirigió una carta al canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif solicitando que se adopten las medidas necesarias, en el plano de la diplomacia y la política internacional, para dar respuesta a las actividades de acoso posibles de calificar como, acoso terrorista, que se sufre por parte de Estados unidos. Parta el Fiscal general de la nación persa “se hace necesario demanadr ese acoso y perseguir el caso hasta obtener resultados con el fin de recompensar el daño material y moral causado por el aventurismo de Estados unidos y que permitan evitar incidentes similares” Para Mohamad Yavar Montazeri, esta labor se debe concretar de manera seria y utilizando los diversos medios legítimos, judiciales y políticos, con el fin de dar una respuesta decisiva e instructiva al gobierno de Estados Unidos, en el ámbito nacional e internacional.
¿Tiene algún resultado la disputa política con un régimen terrorista como el de Estados Unidos, se consigue algo? Es evidente, que la conducta contumaz de Washington, en orden a violar el orden internacional y conducirse como un paria, aconseja tomar medidas que le duelan al imperialismo. Esto, porque la impunidad con que actúa y la complicidad encontrada en aquellos que deberían llamarle la atención, es prueba palpable que nada se consigue con un pirata internacional, que enarbola en forma crónica la bandera del desacato, la ilegalidad y el terror. Pero así como verifico lo mencionado, creo que se deben agotar las instancias descritas por el Fiscal General de Irán, de esa manera se ilumina y se presenta con evidencia irrefutable, que el enemigo no tiene intención alguna de mejorar las relaciones con aquellos a quienes tiene como objeto permanente de sus ataques y de su hostilidad.
Esto permite generar una opinión favorable a la resistencia permanente frente al imperialismo, una mirada crítica, en que llegado el momento de la confrontación final se comprenda que no se puede tener contemplación alguna con la entidad estadounidense y sus aliados en la región, como es el caso del sionismo y la monarquía wahabita. Una idea que ha surgido con fuerza, es la planteada por el vicepresidente del Poder Judicial y presidente del Consejo de Derechos Humanos de Irán, Ali Baqeri Kani quien señala que ante esta prueba irrefutable y clara de piratería aérea de Washington, al violar el derecho internacional, en que se amenaza la seguridad aérea a nivel global “todos los pasajeros iraníes y no iraníes del vuelo 1152 tienen derecho a interponer una demanda contra el Comando Central de Estados Unidos y otros autores del acoso por los daños morales y físicos que sufrieron”.
Una demanda que también se debería llevar ante la Corte penal internacional, tal como se hizo respecto al avión de irán Air derribado por misiles de un buque de guerra estadounidense en julio del año 1988.
La decisión de resistencia y combate a la que hice referencia, tendría un sello lejano si la denominada comunidad internacional, tan proclive a olvidar, con una conducta amnésica sobre los crímenes que se han concretado contra nuestros pueblos, se levantara con dignidad a través de sus organismos internacionales y condenen estos actos del régimen estadounidense, que convoque al Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo, que saque una resolución sancionatoria – que tendrá, evidentemente el veto estadounidense – una resolución donde las exigencias sean claras: fin del acoso a los países de Asia occidental, salida de sus tropas de Irak, Afganistán junto a sus bases militares. Reparación por los daños causados por décadas de intervención. Término del apoyo político y militar al sionismo.
Pero… lo mencionado, para vergüenza de instituciones como la ONU, su Consejo de Seguridad, incluyendo a la Unión Europea, la Liga árabe, los organismos defensores de derechos humanos, es sólo un deseo, un sueño en verdad, en el que el actual escenario internacional, la actual correlación de fuerzas es aún insuficiente, para obligar a los países agresores a dar marcha atrás. Se avanza, indudablemente, en el camino de la resistencia y de oponerse, en distintos escenarios internacionales, al afán hegemónico de Washington y sus aliados. Hay avances y ellos nos demuestra que Estados Unidos sólo entiende, al igual que el sionismo y el wahabismo, sus socios en la región, el lenguaje y la acción de la fuerza. Sólo así reculan o piden que los organismos internacionales intervengan. La resistencia, para luego entrar, como segundo paso, al contrataque, son las vías por seguir.
El incidente en cielo sirio el pasado jueves 23 nos demuestra que el pueblo de Irán no olvida: ni la guerra impuesta, ni el derribo del avión de Irán Air del año 1988, ni las sanciones, bloqueos y acciones criminales a lo largo de estos 41 años de acoso a la revolución islámica de Irán. Como tampoco enterrará en el baúl de los recuerdos esta acción terrorista de tratar de generar una catástrofe en el vuelo 1152 de la línea aérea Mahan Air. La respuesta ante este tipo de provocaciones, los ataques a instalaciones e infraestructuras iraníes, el apoyo a grupos terroristas que suelen atacar en forma artera territorio iraní, va por el fortalecimiento del poder disuasivo de la República Islámica de Irán, como lo demuestra su programa de defensa de misiles, su industria militar defensiva, sus proyectos de defensa de su programa nuclear pacífico. Su enfrentamiento en la arena internacional a la entidad estadounidense, la sionista y la Monarquía wahabí, como nadie en el mundo, lo que ha generado una visión de respeto a la República Islámica de Irán, en todos aquellos que creen que hay que dar cara a la los que se creen dueños del mundo. No conceder un milímetro a las exigencias estadounidenses y sus timoratos socios europeos.
Irán, así como los pueblos que sufren las agresiones del imperialismo, el sionismo y la ideología wahabí deben fortalecer su estructura defensiva, estar preparados para resistir y contraatacar cuando el momento oportuno llegue. Lo acontecido con el vuelo 1152 de Mahan Air este jueves 23 de julio en cielos sirios, es la prueba incuestionable, que Washington es un ente criminal, que suele actuar sin miramientos, sin tapujos morales por parte de una administración envuelta en mil problemas y que trata de salir de ellos o más bien desviar la atención, generando incidentes internacionales. Esto es parte de la historia de este país, que ha propiciado golpes de estado, agredido y bombardeado países, invadido a otros en virtud de sus intereses y de su lectura interesada de los hechos.
Esto que ha sucedió con el avión iraní es piratería de la peor calaña, que perfectamente podría haber terminado como la acción criminal de julio del año 1988, que significo el derribo del Vuelo 655 de la Línea Aérea Irán Air con 290 pasajeros, entre ellos 66 niños, por el lanzamiento de misiles del crucero lanzamisiles USS Vincennes, un buque de guerra estadounidense que se encontraba en aguas territoriales iraníes. Lo de este jueves con el avión de Mahan Air es propio de estos piratas descerebrados, que lo mismo atacan buques en alta mar, que vuelan drones para asesinar civiles en bodas, hospitales y escuelas que tratar de generar un accidente de aviación con el fin de generar temor. Lo que hay detrás son interese políticos de la peor especie para tratar d generar una respuesta del país agredido y con ello justificar una acción militar que desvié los problemas sanitarios, económicos, sociales que vive la administración Trump. Aquí hay una política de hostigamiento, de deterioro moral, de seguir violando los derechos de los pueblos y esto debe tener un punto final.
Fuente: www.segundopaso.es