Después de un año de tiempo voluble, las agencias de ayuda humanitaria de nuevo advierten sobre la posibilidad de una escasez de alimentos en África Austral, dónde los ciclones, las sequías extremas y las inundaciones han destruido las cosechas de millones de personas.«Todo indica que África Austral se va a enfrentar a otro año de […]
Después de un año de tiempo voluble, las agencias de ayuda humanitaria de nuevo advierten sobre la posibilidad de una escasez de alimentos en África Austral, dónde los ciclones, las sequías extremas y las inundaciones han destruido las cosechas de millones de personas.
«Todo indica que África Austral se va a enfrentar a otro año de crisis alimentaria», dijo Amir Abdulla, Director Regional para África Austral del Programa Mundial de Alimentos (World Food Programme – WFP), en una declaración del pasado jueves.
Las lluvias torrenciales han hundido las cosechas en maduración en los campos de Angola, Madascar, Malawi, Mozambique, Namibia y Zambia, mientras que los cultivos en Lesoto, Namibia, Sudáfrica, el sur de Mozambique, Zimbabwe y Swazilandia se han perdido debido a las temporadas de sequía excepcionalmente largas y calurosas. Según el WFP, la inundación ha «destruido decenas de miles de hectáreas cultivadas, en la etapa crucial del crecimiento de la producción, y la sequía ha echado a perder los cultivos o ha reducido su desarrollo.
Lesoto, por ejemplo, espera una disminución del 60% en la producción agrícola, respecto a la cosecha del año pasado». En Swazilandia, uno de los países más afectados por la sequía y que lleva seis años de producción reducida, «las recientes tormentas han dañado los cultivos y se espera que la cosecha de maíz será un 20% inferior a la pobre producción del año pasado», según las últimas noticias de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA).
«Los informes recibidos por nuestros delegados en las áreas afectadas preconizan que el equipo de ayuda debería prepararse para otro mal año. Las condiciones meteorológicas, que podrían permitir a los agricultores salvar lo que puedan de los campos destruidos, no han mejorado», dijo Ben Nsibanze, Presidente del Equipo Nacional de Desastres. Abdoulaye Balde, representante del WFP en Swazilandia, comentó, «El impacto de la sequía para las reservas alimentarias del país podrá determinarse con una evaluación de la destrucción de los cultivos, pero de momento los indicadores dicen que la situación actual es la peor de los últimos 15 años.»
El WFP ha proporcionado ayuda alimentaria a un cuarto de los 1,1 millones de habitantes de Swazilandia en el año 2002. También hay preocupación con respecto a ciertas regiones de Zimbabwe. «La producción es mixta: en el Norte se espera un pequeño aumento en las cosechas mientras que el Sur, más seco, tiene peores perspectivas vista la reducida cantidad de lluvias caídas desde el comienzo de la estación», dice el Informe de la OCHA. La disminución de las cosechas debida a semanas de sequía y calor extremo en ciertas partes de Sudáfrica podría afectar negativamente a la respuesta a la crisis alimentaria regional: el país es normalmente el mayor productor de maíz de África Austral y uno de los puntos de abastecimiento de ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos. Otras áreas de la región podrían constituir una alternativa: «A pesar del tiempo voluble, se espera que Malawi alcance de nuevo una producción máxima este año, mientras que Zambia y el norte de Mozambique también podrían tener buenas cosechas y constituir puntos de abastecimiento para el WFP, como ya en otras ocasiones», dice el WFP.
La situación se ha visto empeorada por el Ciclone Favio que ha atravesado la región a finales de febrero, destrozando cultivos y desplazando a 133.670 personas en Mozambique, después de haber obstaculizado las acciones de ayuda pasando por la extremidad meridional de Madagascar. Siete ciclones han afectado al Océano Índico desde el comienzo de la «estación de los ciclones». Según cifras del gobierno de Madagascar, la estación de lluvias de este año ha inundado amplias áreas donde la gente solía vivir y cultivar, desplazando a casi 33.000 personas y destrozando a 90.000 hectáreas de tierra cultivada. El gobierno ha pedido a la comunidad internacional 242 millones de dólares, pero hasta ahora sólo ha recibido 1 millón. «Estamos observando la región de cerca para ver que tipo de asistencia pueda ser necesaria para ayudar a los más pobres y vulnerables en los próximos meses», dijo Abdulla.
«Hay que hacer unas evaluaciones cuanto antes para determinar el impacto de las pérdidas agrícolas para esos grupos, pero las indicaciones preliminares relativas a varios países ya son alarmantes». Después de seis años de inseguridad alimentaria crónica en la región, el WFP se enfrenta a una severa crisis de fondos. Incluso sin contar con los desafíos adicionales de otro año de cosechas reducidas, el Programa Mundial de Alimentos tiene un déficit presupuestario de 97 millones para las operaciones en curso en África Austral hasta finales de 2007.