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Un tribunal de Nueva York estudia la apelación de las víctimas del tóxico utilizado por EE UU durante la guerra

El ‘agente naranja’ de Vietnam sigue vivo

Fuentes: El País

El informe oficial dice que 3.181 aldeas fueron rociadas con herbicidas. Dice que entre dos y cinco millones de personas pudieron sufrir su uso. Dice que más de 11 millones de litros del tristemente famoso agente naranja se rociaron sobre Vietnam entre 1962 y 1971 para abrasar las cosechas y despejar los campos donde se […]

El informe oficial dice que 3.181 aldeas fueron rociadas con herbicidas. Dice que entre dos y cinco millones de personas pudieron sufrir su uso. Dice que más de 11 millones de litros del tristemente famoso agente naranja se rociaron sobre Vietnam entre 1962 y 1971 para abrasar las cosechas y despejar los campos donde se ocultaba la guerrilla comunista. No dice que sus devastadores efectos se han perpetuado hasta alcanzar a cuatro generaciones. Ni que la cifra de discapacitados engorda cada año con los miles de niños que nacen con la herencia que les dejó la guerra llevada a cabo por Estados Unidos en Vietnam.

La guerra acabó en 1975 y este viernes se vivirá en Washington la primera visita oficial de un presidente vietnamita a EE UU desde que concluyó el conflicto armado.Pero el viaje de Nguyen Minh Triet, jefe de Estado vietnamita, tiene un invitado incómodo para EE UU: los herederos del infame agente naranja, los hijos nacidos de aquellos que olieron, sudaron y respiraron los productos químicos tóxicos empleados por el Ejército norteamericano contra el Vietcong. El lunes, casi al mismo tiempo que Nguyen aterrizaba en suelo americano, un grupo de ciudadanos vietnamitas subía las escaleras que llevan a la Corte de Apelaciones de Nueva York para buscar su particular cierre histórico.

Todo empezó el 31 de enero de 2004. La Asociación de Víctimas de Vietnam del Agente Naranja presentó una denuncia en un juzgado federal de Nueva York contra 37 empresas privadas norteamericanas por crear y desarrollar este herbicida, entre ellas Dow Chemical y Monsanto.

Pero la denuncia fue desestimada. El 10 de marzo de 2005, el juez Jack Weinstein arruinaba el deseo de justicia de los ciudadanos vietnamitas afectados por el agente naranja y otros químicos similares usados en la guerra de Vietnam. «No hay tratado o acuerdo en el que Estados Unidos haya violado las leyes de guerra u otra forma de legislación internacional usando herbicidas en Vietnam», aseguró el juez.

Pero las víctimas no se rindieron y apelaron. Apelación que está en los tribunales americanos desde hace dos años y que el lunes veía su primera vista después de casi un año de retraso sobre la fecha prevista. Según Constantine Kokkoris, uno de los abogados que representan a los denunciantes, «todos los escritos estaban en el juzgado, a la espera del gran día». «Los casos de los veteranos de guerra americanos que han denunciado a las compañías químicas se expondrán al mismo tiempo que el nuestro», explicaba Kokkoris. Y así ha sido. La vista oral se prolongó durante todo el lunes. Primero los veteranos que sufrieron las armas de su propio Gobierno. Después los civiles vietnamitas. Ahora la sala considerará los argumentos y las pruebas y decidirá si la apelación es pertinente y si el caso debe volver a los tribunales. Las especulaciones más optimistas hablan de semanas antes de que haya respuesta. Las menos, de meses.

«He cumplido con mi deseo: luchar por mis camaradas», dice Nguyen Van Quy tras declarar en la Corte de Apelaciones. Como soldado que defendió la Ruta Ho Chi Minh, el cordón que alimentaba al Vietcong, Nguyen sufrió las campañas de deforestación de los soldados estadounidenses. Comió plantas y bebió agua contaminada. Pero sobrevivió. Se casó y tuvo tres hijos. Uno murió prematuramente y los otros dos tienen serios problemas de salud. Nguyen tiene cáncer de estómago, destrozados los pulmones y la garganta. Pasa más tiempo en el hospital que en casa.

El agente tóxico sigue activo y contaminando el agua y el suelo de Vietnam. La firma Canadá Hatfield Consultants analizó la zona costera de la ciudad de Da Nang y descubrió que la contaminación era hasta 400 veces superior a los niveles aceptables. «Es terrorífico», declaró un investigador.