En los diez años y tres meses que Mamadou Tandja fue presidente de Níger, unos 64.000 millones de francos CFA (97,5 millones de euros) fueron robados de las arcas del Estado. Así ha quedado de manifiesto según la auditoría que está llevando a cabo la Junta Militar que gobierna el país desde febrero del año […]
En los diez años y tres meses que Mamadou Tandja fue presidente de Níger, unos 64.000 millones de francos CFA (97,5 millones de euros) fueron robados de las arcas del Estado. Así ha quedado de manifiesto según la auditoría que está llevando a cabo la Junta Militar que gobierna el país desde febrero del año pasado.
La investigación por supuesta corrupción ha sacado a la luz cientos de casos de fraude en contratos gubernamentales y otras triquiñuelas en los que están implicados más de 2.000 personas, desde el jefe de Estado hasta funcionarios en el nivel más básico de la Administración.
El portavoz del equipo auditor contratado por la Junta Militar, Gabriel Martin, aseguró la pasada semana que «algunas de estas personas han dado un paso adelante para admitir su responsabilidad y otros no lo han hecho. Los casos han sido remitidos a las autoridades pertinentes», indicó. Según Martin, Tandja está implicado en muchos de los casos.
El ex presidente de Níger se encuentra arrestado desde el pasado mes de febrero, cuando fue derrocado por un golpe de estado después de que intentara perpetuarse en el poder mediante un referéndum que fue prohibido por el Tribunal Constitucional nigerino.
El pasado mes de noviembre, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África occidental (Cedeao) solicitó la liberación de Tandja, pero la Junta Militar ha rechazado esta posibilidad asegurando que va a ser juzgado en próximas fechas por estos casos de corrupción y por alta traición, alegando no sólo que está siendo bien tratado, sino que su liberación podría representar un peligro para él, dada la animadversión que siente hacia él la población nigerina.
En su encierro en Niamey, Tandja, a través de su familia, ha solicitado su liberación y, desde el exterior, el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, ha hecho presión, sin éxito hasta ahora.
En los últimos meses, la Junta Militar presidida por Salou Djibo ha llevado a cabo la transición a la democracia que había prometido, con la aprobación de una nueva Constitución que tuvo lugar en un referéndum el pasado 31 de octubre. Djibo también ha emprendido una batalla contra la corrupción y una eficaz gestión de la hambruna que le han reportado las simpatías de la población.
A partir de ahora tendrán que celebrarse elecciones presidenciales, previstas la primera vuelta para el próximo 31 de enero y la segunda para el mes de marzo.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1346