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El drama de los menores abandonados

Fuentes: La Jornada

En plena fiebre mundialista diversos medios de comunicación de Estados Unidos han vuelto a dar cuenta de la odisea de los migrantes que cruzan el territorio mexicano en su intención de llegar a ese país, entre ellos el New York Times y la cadena de televisión PBS. Esta última dio a conocer una historia cuyo […]

En plena fiebre mundialista diversos medios de comunicación de Estados Unidos han vuelto a dar cuenta de la odisea de los migrantes que cruzan el territorio mexicano en su intención de llegar a ese país, entre ellos el New York Times y la cadena de televisión PBS. Esta última dio a conocer una historia cuyo dramatismo es síntoma de la precaria condición que se vive en algunas naciones al sur del río Bravo.

Erwin, de 11 años, quien sobrevivió una aventura que ha costado la vida a miles de adultos, viajó de Honduras a la frontera mexicana con EU, donde intentó cruzar el río en una balsa de hule. Cuando a la mitad del río la balsa se hundió, fue rescatado por la Patrulla Fronteriza. Erwin relató que prefirió enfrentar los peligros del viaje a las amenazas de bandas criminales por su negativa a vender drogas. Al enterarse de la situación, sus padres contrataron un coyote para que lo ayudara a reunirse con ellos en un estado donde trabajan sin documentación migratoria.

Al igual que Erwin, otros menores también huyen de sus países de origen e inician su pesadilla agazapados en la tristemente famosa Bestia, como se conoce el tren de carga que parte de la frontera mexicana en Chiapas. La azarosa travesía concluye cuando los menores son abandonados por los coyotes en la frontera yse aventuran al no menos peligroso intento de cruzar el desierto. La mayoría son capturados por la Patrulla Fronteriza, pero por desgracia algunos de ellos mueren en ese intento. Más de 40 mil niños que no han alcanzado el sueño de reunirse con sus padres permanecen en refugios deficientemente habilitados, donde esperan obtener una visa o son enviados de regreso a sus países de origen. Sus historias se cuentan por cientos y podrían llenar varios tomos sobre los horrores que han vivido.

La situación se ha considerado de extrema gravedad por las autoridades estadunidenses. Regresarlos a sus países es exponerlos a la precariedad y los peligros de los que huyeron. Darles asilo es enfrentar la furia de quienes han acusado al presidente Obama de alentar la llegada de los menores con decisiones como la que tomó al suspender los juicios de deportación de un millón de jóvenes que llegaron al país siendo niños. En lugar de una reforma migratoria, hay quienes pretenden a cambio darle una solución policiaca a un problema que es de índole eminentemente humanitario. ¡Adelante, Tri!

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Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/06/23/opinion/010o1pol