Traducido para Rebelión por Caty R.
El Elíseo sospecha que la familia del derrocado presidente de Túnez, Zine El Abidine Ben Alí, se fugó con 1,5 toneladas de oro, basándose en informaciones de los servicios secretos franceses.
Según ellos la esposa del presidente, Leila Trabelsi, supuestamente fue al Banco Central de Túnez a buscar lingotes de oro. El presidente del Banco rechazó la petición exigiendo una orden escrita. Leila Trabelsi llamó a su marido, quien en principio también la rechazó pero después cedió. «Parece que la esposa de Ben Alí se habría llevado el oro», explicó un responsable político francés: «1,5 toneladas de oro, es decir, 45 millones de euros», añadió.
Un asesor del Elíseo precisa que «La información procede esencialmente de fuentes tunecinas, en particular del Banco Central, que la ha confirmado relativamente».
En el Banco Central de Túnez desmienten la información: «No he recibido ninguna orden verbal ni escrita de sacar el oro. Nuestro stock no se ha movido, aseguró a Le Monde Maaledj Habib, director general de la caja general, de los contadores y de los sistemas de pagos.
Un alto miembro de los servicios secretos franceses aporta una explicación después de ese desmentido: la escena habría tenido lugar, pero no el viernes 14, fecha de la caída del régimen, sino a finales de 2010. «La petición de Leila Ben Alí al Banco habría sido en diciembre; Leila salió de Túnez una primera vez en diciembre. El oro estaría ahora en Suiza», explicó esta fuente francesa.
El viernes 14 de enero Leila Ben Alí tomó un vuelo hacia Dubai, donde tiene la mayoría de sus activos según los franceses, antes de volver a Jeddah. Ben Alí no creía que su caída iba a ser tan rápida. Como prueba, según París, había grabado una nueva intervención que no tuvo tiempo de difundirse. No habría abandonado voluntariamente el país si no le hubiesen destituido.
La intervención de Gadafi
El ejército y el jefe del Estado Mayor que se habían negado a disparar sobre la multitud, según los servicios europeos jugaron un papel principal en la destitución de Ben Alí. «El jefe del Estado Mayor le dijo que se fuera, parece confirmado», continúa el asesor del Elíseo.
La forma en que Ben Alí pudo abandonar el país no está clara. Para evitar un desenlace violento, París estima que los servicios de seguridad libios desempeñaron un papel en la huida de Ben Alí. Las declaraciones de Gadafi -que dice que lamenta el resultado de la crisis tunecina- expresadas el domingo refuerzan esa sospecha en el Elíseo.
La forma en que huyó Ben Alí contiene incertidumbres. Parece que se encontró en el espacio aéreo de Malta, sin plan de vuelo determinado, indicando que cuando salió precipitadamente de Túnez no tenía un destino preciso. Dos fuentes, una italiana y otra francesa, indican que el avión no habría recibido autorización para aterrizar en la isla. Según otra hipótesis, el presidente derrocado habría abandonado Túnez en helicóptero hacia Malta, donde habría recuperado su avión.
Los franceses querían evitar la llegada de Ben Alí a Francia: «Se dijo que no se autorizara el aterrizaje de ningún avión procedente de Túnez si no tenía lista de pasajeros», indicó otro asesor del Elíseo.
Según un ministro francés, la dirección general de aviación civil identificó un aparato que tenía un plan de vuelo Túnez-París. París habría hecho de tal forma que el avión aterrizase en Cerdeña. Una vez hecha la verificación, no llevaba pasajeros, en cualquier caso no a Ben Alí. El viernes se comunicó la salida de varios vuelos desde Túnez para ocultar las pistas del destino real de Ben Alí, indicaron fuentes francesas e italianas.
Los miembros de la familia de Ben Alí que habían llegado a Francia fueron embarcados en Le Bourget, el sábado por la noche, en un vuelo fletado por un próximo del clan Ben Alí en dirección a Doha, Qatar, indicó París.