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La UE insta al gobierno de transicion a formar un ejecutivo de unidad con los islamistas moderados

El Grupo de Contacto reclama la financiación «urgente» de una fuerza de paz para Somalia

Fuentes: Gara

El Grupo de Contacto de Naciones Unidas para Somalia reclamó ayer financiación «urgente» para la constitución y envío de una fuerza militar de paz al país africano. Sin embargo, condicionó esa misión a que se dé un proceso de diálogo político y negociación. El presidente Adbulahi Yusuf volvió a pedir ayuda internacional para acabar con […]

El Grupo de Contacto de Naciones Unidas para Somalia reclamó ayer financiación «urgente» para la constitución y envío de una fuerza militar de paz al país africano. Sin embargo, condicionó esa misión a que se dé un proceso de diálogo político y negociación. El presidente Adbulahi Yusuf volvió a pedir ayuda internacional para acabar con la «anarquía», mientras que la UE le instó a formar un Gobierno de unidad con los islamistas moderados.

«El Grupo de Contacto enfatiza la urgente necesidad de financiación para facilitar el despliegue de una fuerza de estabilización en Somalia, de acuerdo con las bases de la Resolución 1.725 del Consejo de Seguridad de la ONU», señala el comunicado final de la reunión celebrada ayer en Nairobi.

Esa resolución fue aprobada el pasado 6 de diciembre y establece la necesidad del envío de una misión de paz a Somalia, integrada por países no limítrofes, para evitar que se vea perjudicada por los tradicionales resentimientos somalíes hacia algunos vecinos.

Pero para que el apoyo internacional sea efectivo «es esencial que se dé un proceso de diálogo político y reconciliación», señaló el Grupo de Contacto ­formado por varios países, entre otros los que están EEUU, Kenia y la Unión Europea­, que se reunió para discutir qué medidas tomar ante los temores de que los militantes de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) sigan lanzando ataques y se origine una situación similar a la que vive Irak.

La secretaria de Estado adjunta para Africa de EEUU, Jendayi Frazer, anunció que la Administración de George Bush contribuirá financieramente a la fuerza de estabilización con catorce millones de dólares como pago inicial.

Según manifestó Frazer, el Grupo de Contacto considera que «es muy importante que no haya vacío de poder en el país», en referencia a la retirada de las tropas etíopes de Somalia.

Etiopía, que ha ayudado en las dos últimas semanas al Gobierno somalí a expulsar a las milicias islámicas de los lugares que controlaba, ha afirmado que retirará sus tropas en semanas y existe el temor de que esto vuelva a llevar a Somalia al caos y la guerra civil.

Condiciones

Michele Cervone, del Departamento para el Cuerno de Africa de la Comisión Europea, precisó que el apoyo financiero de Europa a la fuerza militar internacional «estará condicionada al progreso que se haga en el frente del diálogo político y la reconciliación».

Quienes siguen de cerca la situación somalí consideran que el mero envío de una fuerza militar no solucionará los problemas del país y, dado que los tribunales islámicos cuentan con un gran apoyo de la población, a menos que se reanude el diálogo, las semillas para una sublevación a gran escala, posiblemente como guerra de baja intensidad, estarán sembradas.

El ministro de Asuntos Exteriores keniano, Raphael Tuju, admitió que «no será fácil» conseguir que los países africanos se comprometan a aportar los miles de soldados necesarios para la fuerza de estabilización, pero aseguró ser «optimista», aunque descartó, en principio, la contribución de soldados kenianos a la misión.

Hasta ahora sólo Uganda ha ofrecido un batallón de mil soldados, aunque insistió en la necesidad de contar con fondos para financiar la misión, porque «lo que no tenemos es suficiente dinero». También Nigeria ha dicho que podría enviar efectivos.

Nada más tomar posesión de su cargo en 2004, el presidente somalí, Adbulahi Yusuf Ahmed, pidió una fuerza internacional de paz, cuestión a la que la Unión Africana dio su visto bueno, pero no se materializó dada la ira causada entre las milicias islámicas, que prometieron llevar a cabo una guerra santa contra cualquier tropa invasora. Abdulahi Yusuf volvió a reiterar ayer su petición para «sacar adelante el país y acabar con quince años de anarquía».

La Unión Europea, por su parte, instó al Gobierno somalí de transición a formar un Ejecutivo de unidad con los miembros moderados de los tribunales islámicos.

El plan de desarme sólo consigue incrementar el precio de las armas

Cumplido el plazo de tres días para que los habitantes de Mogadiscio entregaran voluntariamente sus armas, la campaña puede considerarse un fracaso ya que sólo ha conseguido que las armas se sigan vendiendo y a un precio mayor.

La campaña fue una de las decisiones más importantes que ha anunciado hasta ahora el Gobierno de transición desde que se hizo con el poder tras la salida de los milicianos islámicos de la capital y de todas las ciudades que controlaban.

El programa lo anunció el primer ministro, Mohamed Ali Gedi, con el fin de facilitar la reconstrucción del país, garantizar la seguridad de Mogadiscio y comenzar a educar a una población demasiado a acostumbrada a resolver sus diferencias a tiros.

En el mercado de Bakara, una calle llena de fango rodeada de kioscos de madera y hierro oxidado, había ayer muchos comerciantes listos para vender los fusiles automáticos AK-47, lanzagranadas, ametralladoras, granadas y otros explosivos. Este mercado es el mayor de Mogadiscio y uno de los comerciantes señaló a Efe que el negocio había decaído en los tres últimos días pero que desde el jueves «va viento en popa». De hecho, indicó que «la gente está comprando bombas F1, granadas de mano, también pistolas y AK-47» y apuntó que este último fusil, el preferido de gobiernos y guerrillas africanas, era el miércoles de 140 dólares y el viernes, de 260 dólares.

Escaso eco

Los llamamientos al desarme han tenido escaso eco entre otras cuestiones porque los somalíes son muy reacios a desprenderse de sus armas mientras no se les asegure la paz y la seguridad en la ciudad donde viven.

Gedi pidió nuevamente ayer a los miembros de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) que permanecen en Mogadiscio que abandonen sus armas y cooperen con la misión de desarme que el Gobierno pondrá otra vez en marcha el domingo por todo el país.

Las tropas etíopes y somalíes, por su parte, tenían previsto ayer lanzar un fuerte ataque y cercar a los islamistas en el que se considera último baluarte de la UTI, en la zona de Ras Kamboni, según anunció el ministro de Defensa de Somalia, el coronel Barre «Hirale» Aden Share. La coalición etíope-somalí confía en que éste sea el golpe de gracia sobre el grupo de resistencia islámica.

Al mismo tiempo, en un mensaje en nombre de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri instó a la UTI a replicar el ataque, emboscando y asaltando a las tropas etíopes con minas y ataques suicidas.