Un movimiento «histórico»: es así como Soraya El Kahlaui, socióloga «comprometida», documentalista y militante, define el hirak, el movimiento nacido a finales de octubre de 2016 en el Rif tras la muerte de Muhcine Fikri, un vendedor de pescado aplastado por un camión de basura [cuando intentaba recuperar el pescado que pretendía vender y que […]
Un movimiento «histórico»: es así como Soraya El Kahlaui, socióloga «comprometida», documentalista y militante, define el hirak, el movimiento nacido a finales de octubre de 2016 en el Rif tras la muerte de Muhcine Fikri, un vendedor de pescado aplastado por un camión de basura [cuando intentaba recuperar el pescado que pretendía vender y que la policía había tirado allí. NdT].
Si al comienzo no era más que una protesta contra la hogra (injusticia), el movimiento se ha transformado a lo largo de los meses en una plataforma de reivindicaciones contra la marginación de la que estiman son víctimas los habitantes de la región.
Tras la detención de la dirección del hirak, incluyendo a Nasser Zefzafi, a finales de mayo de 2017, se creó en Casablanca un Comité de apoyo a los presos políticos, cuya coordinadora es Soraya El Kahlaui. «Desde los años de plomo [nombre dado al reinado de Hassan II, de los años 1970 hasta 1999. NdT], no habíamos visto tal represión», subraya. «Como todo el mundo, he estado fascinada por el poderío de este movimiento que ha hecho renacer la esperanza entre muchos y muchas marroquíes comprometidas».
Cuando el tribunal de primera instancia de Alhucemas ha dictado a finales de agosto nuevas condenas que llegan hasta veinte años de prisión firme, y la protesta se extiende a los pequeños pueblos del Rif, Soraya El Kahlaui explica como se inscribe el hirak en la historia del Marruecos posterior a la independencia y en la línea de las reivindicaciones políticas de 2011. [El 12/09/2017 ha empezado el juicio a 22 procesados, en su mayoría jóvenes de Alhucemas, que se enfrentan a cargos muy graves, en algunos casos con demandas de hasta 53 años de cárcel por supuestos delitos contra la seguridad del Estado. La vista quedó aplazada hasta el 3 de octubre a petición de la defensa que lo solicitó para poder preparar el juicio. NdT].
El levantamiento en el Rif dura ya más de diez meses. El abogado coordinador de la defensa de los presos rifeños estima que desde el comienzo del movimiento, entre 250 y 300 personas han sido detenidas. Esto parece enorme…
Soraya El Kahlaui: Las cifras cambian en función de la actualidad, pero según las últimas informaciones que hemos recogido en el comité, 400 personas habrían sido detenidas desde el comienzo del movimiento. Y ayer todavía, Imzuren [ciudad del Rif, lugar importante de la protesta junto con Alhucemas] ha conocido una nueva oleada de detenciones.
Esta cifra, enorme, nos informa sobre la amplitud de la represión. Pues hay que saber que la mayor parte de las detenciones, según los términos utilizados por las familias son en realidad «secuestros», dicho de otra forma, detenciones salvajes. Y las personas detenidas, entre ellas las que forman parte de la dirección del movimiento, han sido directamente transferidas a la prisión de Casablanca.
Hablo de ello con conocimiento de causa. En el Comité nos hemos encontrado con familias desesperadas, porque entre Alhucemas [ciudad en el centro de la región del Rif que cuenta con unos 80 000 habitantes] y Casablanca, por ejemplo, hay más de doce horas de carretera. Y las personas detenidas han sido encarceladas sin haber tenido tiempo de coger un cepillo de dientes, una muda o un abrigo. Si el Comité no hubiera estado ahí, desde luego el Estado no les habría ayudado.
Pero la represión no se detiene ahí. Resulta también evidente en la militarización del Rif, en particular de Alhucemas, que ¡parece una zona sometida a toque de queda de la cantidad de policías que hay!.
Con ocasión del 18 aniversario de su llegada al trono, Mohamed VI indultó, a finales de julio, a una cuarentena de detenidos del hirak. Pero el domingo 20 de agosto, cuando la prensa esperaba un nuevo gesto con motivo del 64 aniversario de la revolución del rey y del pueblo, ningún detenido del Rif figuraba entre los 415 presos indultados. Entre ellos se encuentran sin embargo personas condenadas por terrorismo…
Creo que el mensaje que ha querido dar el rey está claro. En su discurso, muy duro, ha explicado que nada funcionaba bien en el país, y que todo el mundo era responsable. Desde los partidos políticos hasta los ciudadanos que votan. Solo ha elogiado al sector privado -rechazando así las reivindicaciones de quienes se han manifestado durante meses para que se invierta dinero público en la sanidad y la educación- y a la policía. ¿Qué deducir de esto? Que Marruecos se inscribe en la lógica de la ley neoliberal más salvaje.
El Comité de solidaridad ha realizado recientemente un vídeo para demandar la liberación de los presos políticos, en el que han participado realizadores, politólogos y artistas. Se ha reprochado a los intelectuales marroquíes que no apoyaran al hirak o, en cualquier caso, hacerlo tardíamente. ¿Que piensa de esto?
Al comienzo del levantamiento hubo intelectuales marroquíes que escribieron una tribuna en los periódicos y, en el caso del vídeo, ciertas personalidades han aceptado mostrarse públicamente para apoyar la causa. Si el Estado continúa por el camino que ha elegido espero que, poco a poco, otras figuras marroquíes se unirán a esta solidaridad.
Pero es cierto, hemos podido comprobar que la represión funciona, y que numerosos intelectuales no se han atrevido a tomar la palabra públicamente para denunciar la gestión securitaria del levantamiento en el Rif.
¿Qué os dicen las familias sobre la situación de las personas presas a las que visitan?
Su moral es buena. Insisten en decir que el hirak no está acabado, que son inocentes y que sus reivindicaciones son legítimas. Por otra parte, este martes, a través de su abogado Sid Benhammani, los detenidos del hirak transferidos a Casablanca han anunciado que iban a «poner en pie formas de movilización» dentro de la prisión ante el comienzo de los juicios. Como anécdota, con ocasión del Aid al-Adha [fiesta del sacrificio de Abraham], la administración penitenciaria les ha ofrecido un cordero y lo han rechazado.
¿Tiene noticias de Nasser Zefzafi, el líder de la protesta, encarcelado desde finales de mayo?
De los líderes en aislamiento, es el último que sigue aún en esa situación. Sin embargo, la ley dice que el aislamiento solo es válido durante el tiempo de la instrucción. Y un juez de instrucción ha anunciado el 11 de agosto que la instrucción había acabado.
¿Ha marcado la muerte de Imad Ettabi, el joven manifestante cuya muerte fue anunciada el 8 de agosto, un giro del hirak ?
Ha marcado sobre todo un giro en la acción del Estado. Pues hoy estamos casi seguros, como consecuencia de las declaraciones de un médico, que Imad Ettabi murió inmediatamente después de haber recibido un bote de gas lacrimógeno disparado a quemarropa por los policías.
Se sabía que estaba en el hospital militar de Rabat pero no teníamos ya noticias suyas. Algunos decían que estaba en coma, bajo respiración artificial, en un estado de muerte clínica.
Sin embargo, su muerte solo fue anunciada después del discurso del rey el 8 de agosto, cuando los rumores decían que iba a ser pronunciada una nueva medida de gracia en favor de los detenidos del hirak con ocasión de la fiesta de la revolución, del rey y del pueblo.
Dicho de otra forma, su muerte fue anunciada entre dos potenciales concesiones de medidas de gracia por el rey. Es la razón por la cual su muerte no ha provocado el incendio.
En tanto que socióloga, ¿cómo inscribe la acción del hirak en la historia de los movimientos sociales marroquíes? ¿Estima, por ejemplo, que ha triunfado donde el Movimiento del 20 de febrero fracasó?
Veo más bien el movimiento del hirak como resultado de un proceso de maduración política emprendido en 2011.
Ese año, el Movimiento del 20 de febrero había logrado ya algo importante. Había creado una unión entre las fuerzas de izquierda y las islamistas, y democratizado la noción de lo político.
Su límite estaba en que planteaba una revolución principalmente política, es decir, institucional. Es por esto por lo que el Estado logró desactivar el movimiento muy rápidamente, el 9 de marzo, con el anuncio de la reforma de la Constitución: el movimiento nació por la política y fue desactivado por la política.
El hirak, por su parte, está basado en reivindicaciones sociales. Ha tenido la inteligencia de llevar más lejos el «apoliticismo» -pues el aspecto no partidista del Movimiento del 20 febrero era más bien una consigna de fachada- autonomizándose de la política.
Ha tenido igualmente la inteligencia de abordar lo amazigh como no reducido a su dimensión cultural sino incluyéndolo como uno de los aspectos de la marginación socioeconómica. Con ello, pone en cuestión no la identidad cultural, sino la identidad marroquí.
En fin, Nasser Zefzafi, al interrumpir la prédica de un imán el 26 de mayo, puso al desnudo el hecho de que el Estado marroquí se sirve también del islam como de una herramienta de propaganda, y con ello se reapropió el islam popular. Pues su discurso contiene numerosos referentes religiosos, pero Zefzafi no es un islamista. No es tampco un izquierdista para quien el islam es un factor bloqueante en el desarrollo.
Pocos medios acuden sobre el terreno y la ausencia de cobertura da a veces la impresión de que el movimiento se agota. ¿Qué situación es la actual?
El hirak continúa, en particular en las localidades marginadas del Rif oriental. En lugar de agotarse, trabaja poco a poco y echa raíces. El Estado, que ha encerrado a todo el mundo, cuenta con que los líderes del movimiento han sido detenidos, para que el movimiento se agote. Pero mientras el problema de la marginación no esté arreglado, el hirak continuará.
Hoy nadie puede decir cuál será el resultado del pulso entre el hirak y el Estado. Lo que más me inquieta es el contexto internacional actual, en el que los derechos humanos cuentan cada vez menos. Por ello es importante, cuando emerge un movimiento social, estar detrás para mostrar que los pueblos no están dispuestos a renunciar a las pequeñas conquistas ganadas estos treinta últimos años.
Fuente original: http://www.middleeasteye.net/reportages/interview-soraya-el-kahlaoui-le-hirak-est-le-r-sultat-d-une-maturation-politique
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur