La hipocresía del imperialismo estadounidense no tiene límites.
Así lo ha demostrado una vez más el fracaso del gobierno estadounidense a la hora de investigar el linchamiento de Sayfollah Musallet, de 20 años. Ciudadano estadounidense de ascendencia palestina, Musallet fue golpeado hasta la muerte el 17 de julio cerca de Sinjil, en Cisjordania ocupada por Israel, por colonos sionistas enmascarados cuando intentaba proteger de ellos la granja de su familia. Las Fuerzas de Ocupación israelíes impidieron que las ambulancias llegaran hasta Musallet durante tres horas; murió de camino al hospital.
Musallet es el quinto ciudadano estadounidense asesinado en Cisjordania por colonos fascistas israelíes o por las IOF desde el 7 de octubre de 2023. Los otros son los palestino-estadounidenses Tawfic Abdel-Jabbar y Mohammed Khdour, el trabajador de World Central Kitchen Jacob Flickinger y el turco-estadounidense Ayşenur Eygi. El Departamento de Justicia no ha tomado ninguna medida significativa en sus casos.
El año pasado, el padre de Ayşenur Eygi, Mehmet Suat Eygi, preguntó: “¿Cuál es la razón de este doble rasero? No lo sabemos. ¿Es porque Ayşenur tenía doble nacionalidad? ¿O es que el criminal, el país al que corresponde este crimen, es Israel?”. (Oregon Public Broadcasting, 17 de octubre de 2024.)
Esto contrasta fuertemente con la atención prestada a los cerca de 40 ciudadanos estadounidenses entre los que fueron hechos prisioneros o asesinados durante el diluvio de Al-Aqsa. En noviembre de 2023, el entonces fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, dejó claro que el Departamento de Justicia de Estados Unidos tomaría medidas en su favor. Garland anunció cargos contra seis dirigentes de Hamás y dijo: «Estamos investigando activamente la muerte de los estadounidenses utilizando todas las herramientas a nuestro alcance.» (NPR, 13 de octubre de 2024)
La actual fiscal general Pamela Bondi no ha tomado hasta ahora ninguna medida en favor de Musallet ni de ninguno de los palestino-estadounidenses asesinados en Palestina por los sionistas. Demócratas y republicanos han demostrado la misma inacción.
Estados Unidos tiene un largo historial de fingir preocupación por sus propios ciudadanos cuando conviene a sus intereses imperialistas. En 1983, bajo la presidencia de Ronald Reagan, el Pentágono invadió la pequeña isla caribeña de Granada alegando la necesidad de proteger a los estudiantes de medicina estadounidenses que estudiaban allí. La verdadera motivación de la invasión estadounidense era hacerse con el control de Granada, cuyo gobierno había sido antiimperialista y tenía una orientación socialista.
Del mismo modo, la invasión estadounidense de Panamá en 1989, mal llamada «Operación Causa Justa», tenía «salvaguardar las vidas de los estadounidenses» como uno de sus «objetivos». Esto ocurrió después de que sólo un miembro del Cuerpo de Marines resultara muerto y otro herido. (gao.gov)
«Las fuerzas invasoras estadounidenses destruyeron 20.000 hogares y mataron a cientos de panameños inocentes, arrojando los cadáveres a fosas comunes», según el Congreso Norteamericano sobre América Latina. (4 de septiembre de 2024)
Sin embargo, ¡no se hace nada para proteger a los palestinos y a los activistas solidarios que visitan Palestina!
Esto es indignante, pero no debería sorprender a nadie en el movimiento antiimperialista. El Estado capitalista lleva a cabo guerras que sirven a sus intereses de clase. No apoya ni siquiera a sus propios ciudadanos cuando son asesinados por fuerzas como los sionistas, que son herramientas del imperialismo.