La agencia oficial Xinhua confirma el encuentro entre ambos dirigentes
Xi Jinping ha dado audiencia a Kim Jong-un por segunda vez en mes y medio después de habérsela negado en los seis años anteriores. La súbita sintonía entre dos líderes que se ignoraban y presuntamente se despreciaban es un efecto colateral de los vientos de paz en la península coreana.
Los rumores abundaban desde que al mediodía circularon imágenes del jet privado presidencial norcoreano y otro avión de las aerolíneas norcoreanas Air Koryo en el aeropuerto de Dalian. Esa compañía no opera en la ciudad costera china y las instalaciones fueron cerradas durante horas. La prensa oficial china finiquitó el misterio esta noche informando de la visita de Kim.
La confirmación llegó cuando el líder norcoreano ya estaba de vuelta en Pyonyang, siguiendo el protocolo de la visita de marzo. Kim ha encadenado dos viajes a China y uno a la frontera surcoreana en cinco semanas. Supone un frenesí para quien que no había salido de suelo patrio desde que sucedió a su padre en 2011.
Paseo y almuerzo
«En una atmósfera cordial y amistosa, los dos máximos líderes de los dos partidos y de los dos países han mantenido un intercambio amplio y profundo de puntos de vista sobre las relaciones entre China y la DPRK (siglas en inglés del nombre oficial de Corea del Norte) y de asuntos de mutuo interés», anunció la agencia Xinhua. Añadió que compartieron un paseo y un almuerzo en una nota con los habituales lugares comunes.
Solo tardó una hora Donald Trump en responder desde Twitter: «Estaré hablando con mi amigo, el presidente Xi Jinping, esta mañana a las 8.30. Los principales temas serán el comercio, donde ocurrirán grandes cosas, y Corea del Norte, donde las relaciones y la confianza se están construyendo». La sucesión de acontecimientos sugiere una maniobra diplomática orquestada.
La visita de marzo había sorprendido a los expertos porque Corea del Norte y China vivían tiempos opuestos a la afinidad pasada. La reunión fue interpretada por muchos como un movimiento desesperado de Pekín para no quedar fuera de la foto del proceso más relevante del año en Asia.
Un editorial del diario oficialista ‘Global Times’ de esta mañana, que tras la revelación vespertina de la visita cobra toda su dimensión, ya desdeñaba esa teoría como «superficial» y subrayaba la obviedad del papel imprescindible de China en la estabilidad de su patio trasero. La segunda reunión presidencial confirma que hay más sustancia que la simple foto.
Kim Jong-un acudirá a la reunión con Trump con el respaldo de China. Corea del Norte la prevé áspera después de que el presidente estadounidense relevara a sus asesores pactistas por halcones y advirtiera de que se levantará si no consigue los avances que pretende. Y en caso de estrepitoso fracaso, Pyonyang podrá contar con ese viejo aliado al que sus frecuentes desplantes había alejado.