El pueblo saharaui vive sumido en una lucha por su independencia desde hace ya 35 años. El Sahara Occidental es el último territorio africano que espera ser descolonizado en la agenda de la ONU. Sin embargo los continuos amagos para poner fin al conflicto no terminan de cuajar. Marruecos no parece estar dispuesto a conceder […]
El pueblo saharaui vive sumido en una lucha por su independencia desde hace ya 35 años. El Sahara Occidental es el último territorio africano que espera ser descolonizado en la agenda de la ONU. Sin embargo los continuos amagos para poner fin al conflicto no terminan de cuajar. Marruecos no parece estar dispuesto a conceder al pueblo saharaui el derecho a decidir sobre su futuro. ¿Tal vez por miedo a perder la riqueza de recursos que tiene el Sahara? Echando la vista atrás, comprobamos que han sido varios los intentos de solventar el problema, sin llegar nunca a una solución que respete las demandas del pueblo saharaui.
Acercamiento
Marruecos y el Frente Polisario han acercado posturas recientemente, tras el estancamiento de las negociaciones en 2008. El Gobierno marroquí se mantiene en sus trece y no parece que tenga intención de salir de su propuesta de autonomía. Por su parte, el Frente Polisario exige la convocatoria de un referéndum entre los habitantes del Sahara Occidental que incluya la opción de la independencia. Conversando sobre estos nuevos encuentros entre las distintas partes del conflicto, Fatma Mohamed Salem, delegada del Frente Polisario en Euskal Herria, habla de esperanza. «Si no tuviéramos esperanza, no hubiéramos aguantado 35 años» asegura. Se trató de un encuentro de acercamiento a puerta cerrada, auspiciado por Naciones Unidas, con vistas a un posible encuentro oficial de negociación que pudiera ayudar a ambas partes a solventar el problema.
Para emprender este nuevo camino, cuentan con la presencia del enviado especial de Naciones Unidas para Sahara, Christopher Ross, que tras visitar dos veces la región del Magreb, dijo que no aceptaría ninguna solución que no contenga la autodeterminación del pueblo saharaui. Postura que se aleja de la de su antecesor, Peter Van Walsum, que se mostró claramente partidario de la causa marroquí. Fatma reafirma la confianza hacia Ross por diferentes razones: «teniendo en cuenta que es un político formado en el mundo árabe, que habla el idioma, ha trabajado en el mundo árabe y tiene una carrera diplomática con mucha experiencia, en él depositamos toda nuestra confianza de que podrá resolver el problema del Sahara de una manera favorable a nuestra causa».
Asimismo, reconoce ver «un hilo de luz» en la postura del presidente estadounidense, Barack Obama, que envió una carta al rey de Marruecos pidiéndole que resolviera el tema del Sahara. «Con esto no quiero decir que Obama y EEUU estén a favor del pueblo saharaui, pero sí vemos una voluntad política para que esto se resuelva, que es lo que hasta ahora hemos echado de menos», aclara la delegada del Polisario en Euskal Herria.
Procesos anteriores
El referéndum propuesto sobre la independencia, firmado en 1991, murió cuando el Frente Polisario y Marruecos discreparon sobre quién debe tener derecho al voto en el Sahara Occidental. En 2001, Marruecos dio su respaldo a la primera versión del plan Baker, en la que el Sahara Occidental se convertiría en una región autónoma de Marruecos, pero el Polisario rechazó el plan.
En 2003, Baker revisó la propuesta para incluir una autonomía y un referéndum para la totalidad de la población del Sahara Occidental, incluidos los campamentos de refugiados del Frente Polisario en Argelia. Esta vez fue Marruecos quien se echó atrás. Respecto a la autonomía, la postura de Fatma es clara: «después de 35 años en el exilio, en unas condiciones infrahumanas, con nuestro territorio ocupado ilegalmente, ¿vamos a aceptar sobrevivir bajo bandera marroquí? Es una ofensa para nosotros».
Hasta la independencia
Al referirse a la situación en los territorios ocupados por Marruecos, la delegada saharaui en Euskal Herria menciona innumerables violaciones de derechos humanos, «la tortura es diaria, torturas que no caben en la mente de nadie». Por ello, explica que han dado la voz de alarma en busca de apoyo para solucionar el problema. En el intento de buscar una explicación al comportamiento de Marruecos y a su negativa a dejar decidir al Sahara su futuro, señala que «los intereses económicos pueden más que la razón». No obstante, subraya que seguirán luchando hasta conseguir la independencia.