Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
La guerra es la paz. Ahora los manifestantes están fuera de cámara, ahora se filma la diplomacia de los misiles. Envueltos en la rectitud moral, los Tomahawks, Typhoons, Tornados, Rafales, Mirages, B-2 y F-18, por no mencionar los «sexys» misiles de crucero europeos Storm Shadow y posiblemente la estrella visitante, el jet stealth [casi invisible] F-22 Raptor que evita los radares, hablan ahora el lenguaje de la democracia. Esos «recursos militares» que ostentan sus «singulares capacidades», «protegen ahora al pueblo libio». Ponte a cubierto o te convertirás en un daño colateral.
Y ahora, nuestra lista de los ‘diez mejores’:
10. El retorno de Ulises. ¿Operación «Amanecer de la Odisea»? Hay que felicitar a los escritores fantasmas del Pentágono. La Odisea de Homero es el arquetipo de toda crónica de viajes. Por lo tanto Odiseo/Ulises vuelve a deambular por el Mediterráneo. El retorno de los héroes que conquistaron Troya ahora es el retorno de los héroes que nos dieron conmoción y pavor. Bengasi es Ítaca y Trípoli está en la lista de espera. Muamar Gadafi hace de Cíclope. ¿Pero quién es Circe? ¿Hillary Clinton? El Ulises homérico se actualiza desde un bote pesquero al USS Mount Whitney, buque insignia de la Sexta Flota de la Armada de EE.UU. Por lo tanto hay que suponer que, por ahora, Ulises es el comandante Samuel Locklear III, quien está a cargo de los bombardeos.
En cuanto a Homero revisado por Shakespeare, el trofeo va al presidente del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen. Dijo a la CNN que la Operación Amanecer de la Odisea «no tiene que ver con que se vaya [Gadafi]. Pero luego dijo a la NBC que Gadafi podía quedarse, como diciendo que «es muy incierto cómo va a terminar esto». No es ninguna maravilla que nadie en esta Odisea haya pretendido ser Penélope.
9. El invisible Africom. Hay silencio total en la radio sobre el comandante del Africom de EE.UU., el general Carter Ham. Está a cargo de todos esos Tomahawk desde su oficina de Stuttgart, Alemania; después de todo, ninguno de los 53 países africanos quiso ser anfitrión del Africom. Después de la actual fase 1, el comando pasa del Africom al dúo anglo-francés, o a la OTAN en Bruselas. La tarea principal del Africom es garantizar el rápido despliegue de «tropas altamente móviles» para librar la nunca extinta «guerra contra el terror», concentrarse en todos esos campos petroleros, tratar de contrarrestar la actividad comercial de China en África; y hablar de una misión sin fin. En resumen: Africom tiene que ver con la militarización de África por parte el Pentágono», vendida cortésmente como «llevar paz y seguridad». Todo forma parte de la doctrina, cuya validez se ha comprobado en el tiempo, de la dominación del espectro completo por parte del Pentágono.
8. El enigma de la R2P [responsabilidad de proteger]. Los máximos imperialistas humanitarios estadounidenses -o mejor dicho, los halcones liberales- incluyen a la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton, a la embajadora de EE.UU. en las Naciones Unidas Susan Rice, y a las altas directoras del Consejo Nacional de Seguridad Samantha Power y Gayle Smith. Todas adoran la R2P, la nueva norma internacional que supuestamente impide y detiene genocidios, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.
La R2P sigue siendo vaga. ¿Cuántos civiles deben morir antes de que la R2P entre en acción? ¿Unos pocos miles? (un cálculo justo de las víctimas de Gadafi antes de Amanecer de la Odisea). ¿Y dónde se aplicará la próxima vez la R2P? Presento una lista de candidatos:
Yemen. Bahréin. Arabia Saudí. Israel. Uzbekistán. Costa de Marfil. Sudán. Somalia. Corea del Norte. Myanmar. Irán. Pakistán. Y -recordad Xinjiang y Tibet- China. No se puede contar con la ONU para «proteger» a civiles en alguno de esos destinos.
7. La nueva doctrina Obama, o Bush 2.0. El gobierno de Obama convirtió las guerras de George W. Bush de Iraq y Afganistán en ocupaciones permanentes; comenzó una guerra aérea de contrainsurgencia en Pakistán; alentó una guerra en Somalia; otra en Yemen; y ahora ha iniciado una guerra en Libia. La guerra de Occidente y la Liga Árabe en Libia se ajusta perfectamente a la nueva doble doctrina de Obama de la ampliación del alcance/alteración del régimen; ampliación del alcance (antes «cambio de régimen») para «dictadores malos», alteración para «nuestros» hijos de puta.
Eso explica el intento desesperado de Washington de posicionarse en el lado correcto de la historia por lo menos en un capítulo de la gran revuelta árabe de 2011, entre todos los imperativos geoestratégicos de tratar de controlar de alguna manera el curso de las revoluciones árabes y mantener un ojo sobre el petróleo.
Gadafi, por su parte, calificó el bombardeo estadounidense-anglo-francés de «agresión de cruzados» y la resistencia de su régimen de «larga guerra». Así logró mezclar al Pentágono con al-Qaida en un solo gesto. Y nosotros siempre habíamos pensado que se combatían entre ellos. Su complejo en Bab al-Azizia en Trípoli ya se ha bombardeado. Por lo menos su familia todavía no aparece en un juego de naipes del Pentágono.
6. Para Israel no vale la R2P. A finales de 2008, cuando nadie estaba observando, Israel bombardeó Gaza, mató a 1.300 personas, la inmensa mayoría civiles, y destruyó por lo menos 20.000 edificios. La ONU no se molestó en invocar la R2P o imponer una zona de exclusión aérea sobre Gaza para proteger a sus civiles (50% niños). Israel nunca respetó ninguna de las innumerables resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. A propósito, George W. Bush invadió Iraq en 2003 sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
5. Para Yemen no vale la R2P. El presidente Ali Abdullah Saleh es un «aliado valioso» en la «guerra contra el terror» -contra al-Qaida en la Península Arábiga (AQAP); aunque es el Gadafi yemení cae en la categoría privilegiada de «alteración de régimen». El presidente Barack Obama dijo que «condena enérgicamente» que haya francotiradores que matan a civiles yemeníes y dice que los responsables «deben rendir cuentas». Quiere decir el gobierno de Saleh. Pero hay un pequeño problema; esa es la gente que recibe dinero y armas de EE.UU. para combatir el «terror».
4. La inmensamente democrática Liga Árabe. La votación del pedido de una zona de exclusión aérea sobre Libia en la Liga Árabe fue unánime. Pero primero Argelia y Siria se opusieron enérgicamente. Damasco se justificó oponiéndose a otra intervención occidental en los asuntos árabes.
Esto nunca hizo cambiar de opinión a las seis dictaduras del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC): Arabia Saudí, Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, que cabildearon fuertemente a favor de la zona de exclusión aérea. Los diplomáticos estadounidenses y europeos están desesperados para que la Liga Árabe -y no la OTAN- haga algo, como por ejemplo que ponga a volar algún jet y pague la mayor parte de la cuenta, para asegurar la ilusión de que Occidente no está atacando a otro país musulmán.
Washington solicitó explícitamente que se hiciera desde Qatar, los Emiratos Árabes Unidoslos (EAU) y Jordania. Invocan ahora a Qatar y a los EAU -que ayudaron a Arabia Saudí a invadir Bahréin- para que aseguren la «democracia» en Libia. Los EAU apoyarán la democracia con 24 Mirage 2000-9 y F-16 y Qatar con 6 Mirage 2000-5.
La Liga Árabe advirtió primero contra un «ataque» a Libia, como si una zona de exclusión aérea pudiera imponerse con palos de escoba, no bombas. Luego el oportunista supremo Amr Mussa, jefe de la Liga Árabe, criticó el Amanecer de la Odisea por el inevitable daño colateral. Y luego dio marcha atrás. A nadie le importa, mientras la Liga Árabe apoye automáticamente el Amanecer de la Odisea para que parezca como si fuera una decisión árabe.
3. Para Bahréin no vale la R2P. La invasión de Bahréin por la Casa de Saud para ayudar a los «primos» suníes de la dinastía al-Khalifa -junto con una cobertura miserable de al-Jazeera, generalmente progresista- huele a un trato entre la Casa de Saud y el emir de Qatar, lo que implica que Washington también la apoya; la inmensamente corrupta y atemorizada Casa de Saud no hace absolutamente nada sin la aprobación de Washington. Informes de al-Jazeera han pedido un «diálogo» entre el gobierno y la oposición en Bahréin; ningún llamado semejante en cuanto a Libia.
Las dictaduras del GCC son básicamente anexos del Pentágono. Desde 2007 han gastado por lo menos 70.000 millones de dólares en armas, y suma y sigue. Libia forma parte de la Unión Africana (UA). Gadafi solicitó apoyo de la UA contra su oposición interna; es exactamente lo mismo que cuando Bahréin pide apoyo al GCC. La diferencia es que la UA no votó por una zona de exclusión aérea, ni invadió a un vecino al estilo de Arabia Saudí.
Los al-Khalifa en Bahréin se asustaron tanto por el movimiento de protesta que tuvieron que demoler físicamente el monumento de la Perla en el centro de la plaza del mismo nombre en Manama, con sus seis soportes curvos bajo una inmensa perla. Esto implica también la destrucción de la historia de Bahréin; antes de tener «un clima positivo para los negocios», Bahréin era un centro de pesca de perlas. Ahora es sólo «Bahréin con un clima positivo para las balas».
2. Qué bueno era mi dictador. Sólo ayer el primer ministro italiano Silvio «Bunga Bunga» Berlusconi besaba literalmente la mano de Gadafi y le permitía instalar su tienda en Roma. Lo dejó caer como una piedra. Lo mismo vale para los británicos que vendían felices montones de armas al coronel.
En cuanto al neo-napoleónico presidente francés Nicolas Sarkozy, Gadafi fue un regalo del cielo que le permitió presentarse oficialmente como el nuevo héroe nacionalista árabe. En efecto, Francia, prohibió a la OTAN que interviniera al comienzo del Amanecer de la Odisea, para que los audaces Mirage de Sarko pudieran recibir toda la gloria. Clara Bruni -que llama a su esposo Chou-Chou- debe de estar muy impresionada, ¿quién necesita bunga bunga si puede tener bang, bang?
1. La democrática Arabia Saudí. Que el santo grial del medievalismo y la represión -la Casa de Saud- vote en la Liga Árabe para que lleve la democracia a Libia mientras aplasta toda acción progresista dentro del reino (e invade a un vecino) se recordará siempre como una infamia, la Máxima Hipocresía de la Gran Revuelta Árabe de 2011. El paquete multimillonario de «reformas» del rey Abdullah, es decir sobornos, refuerza esencialmente los dos pilares estratégicos de la Casa de Saud: el establishment de la seguridad y la represión (60.000 nuevos puestos para el Ministerio del Interior), y los clérigos religiosos (más dinero para la Comisión por la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio). Aunque ha impedido exitosamente el «Día de la ira» en el reino, esto prueba hasta qué punto tiene miedo.
Lo que muchos no saben es que la Operación Amanecer de la Odisea es personal y no tiene nada que ver con el heroísmo griego, sino con el odio beduino. Gira alrededor de la extrema mala sangre entre el rey Abdullah y Gadafi desde 2002, en la preparación de la guerra contra Iraq, cuando Gadafi acusó a Abdullah de vender el mundo árabe a Washington. De modo que esto no es la Operación Amanecer de la Odisea, sino la «Operación Casa de Saud Elimina a Gadafi». Con todo el trabajo pesado subcontratado a Occidente, claro está, y con los manifestantes de Libia oriental posando como extras.
El Amanecer de la Odisea -una «guerra justa»- comenzó exactamente ocho años después de la guerra de Iraq. En 2003, cuando comenzó la Operación Libertad Duradera -que todavía continúa después de «liberar» de la vida a más de un millón de iraquíes- George W Bush dijo: «las fuerzas estadounidenses y de la coalición están en las primeras etapas de operaciones militares para desarmar Iraq, liberar a su pueblo y defender al mundo de un grave peligro».
Este sábado, al comenzar la Operación Amanecer de la Odisea, Barack Obama dijo: «Hoy formamos parte de una amplia coalición. Estamos respondiendo a los llamados de un pueblo amenazado. Y actuamos en función de los intereses de EE.UU. y del mundo.»
Tal vez deberíamos llamar a todo el asunto Operación Odisea Duradera, y enviar la cuenta a la Casa de Saud.
Pepe Escobar es autor de «Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War» (Nimble Books, 2007) y «Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge«. Su último libro es «Obama does Globalistan» (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: [email protected].
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