El vicepresidente del Consejo Nacional de Transición de Libia (CNT), Abdul Hafiz Ghoga, anunció su renuncia este fin de semana en medio de crecientes protestas en su contra en la segunda ciudad del país, Bengazi (noreste). Abdel Hafiz Ghoga manifestó a la cadena televisiva Al Jazeera que renunció para proteger los intereses nacionales. Este sábado, […]
El vicepresidente del Consejo Nacional de Transición de Libia (CNT), Abdul Hafiz Ghoga, anunció su renuncia este fin de semana en medio de crecientes protestas en su contra en la segunda ciudad del país, Bengazi (noreste).
Abdel Hafiz Ghoga manifestó a la cadena televisiva Al Jazeera que renunció para proteger los intereses nacionales.
Este sábado, cientos de manifestantes irrumpieron en la sede del autoimpuesto CNT en Bengazi y lanzaron varias granadas caseras.
Ghogha se ha convertido en foco de las protestas de quienes lo acusan de «oportunismo» por su coparticipación en el depuesto régimen de Muammar Al Gaddafi, quien fue asesinado por rebeldes libios tras una invasión armada liderizada por la Organización del Tratado Altántico Norte (OTAN).
El pasado viernes el ahora exvicepresidente del CNT fue agregido en la universidad de Bengazi por un grupo de estudiantes. El lugar fue saqueado y el funcionario tuvo que ser sacado por una puerta trasera.
Este sábado, cientos de jóvenes, muchos de ellos heridos durante la guerra, realizaron una manifestación fuera del cuartel del CNT.
Desde que los rebeldes asumieran el poder, después del asesinato a sangre de Muammar Al Gaddafi, las manifestaciones en Libia en general, y en Bengazi en particular, han ocurrido una tras otra para exigir una mayor transparencia respecto a la forma en que el CNT gasta los activos del país.
El ataque es un serio golpe contra el autodesignado pero internacionalmente reconocido CNT y subraya el creciente descontento respecto a la forma en que está manejando a la nación.
Muchos de los libios están descontentos porque los rebeldes les habían prometido beneficios una vez llegaran al Gobierno.
Miembros del Gobierno interino afirman que les es imposible despedir a cientos de funcionarios sólo por haber servido al Gobierno de Al Gaddafi, pero remarcan que aquellos a los que se pruebe que están involucrados en abusos contra los derechos humanos o fraude financiero serán despedidos.