La comunidad de origen irlandés en Estados Unidos es de cerca de cuarenta millones de personas, un porcentaje cuantitativamente muy importante a la hora de apostar por uno u otro candidato. Pero además, históricamente, el peso cualitativo de la misma también ha sido crucial, tanto por las importantes figuras políticas que reivindican sus raíces irlandesas […]
La comunidad de origen irlandés en Estados Unidos es de cerca de cuarenta millones de personas, un porcentaje cuantitativamente muy importante a la hora de apostar por uno u otro candidato. Pero además, históricamente, el peso cualitativo de la misma también ha sido crucial, tanto por las importantes figuras políticas que reivindican sus raíces irlandesas como por el poderoso lobby irlandés. Porque como ya señaló en 1969 John F. Kennedy (JFK) en su visita a Irlanda en 1969, nuestros países están divididos por la distancia, unidos por la historia».
Po regla general ese voto se presenta como principalmente «blanco, mayoritariamente católico, en su mayoría pertenecientes a las clases medias y simpatizantes con los políticos que reclaman sus raíces irlandesas». Ante la cita del próximo cuatro de noviembre, la candidatura demócrata parece contra con los principales apoyos de la comunidad irlandesa.
Mientras que Obama (al que algunos efusivamente llaman O´bama) siempre ha defendido su ascendencia irlandesa, y su candidato a la vicepresidencia, el senador Joe Biden, nació en Scranton (Pensilvania) una plaza fuerte de los americano-irlandeses, y no ha dudado en presentar como uno de sus héroes a Wolfe Tone, considerado como el fundador ideológico del republicanismo irlandés. Por su parte, Obama además, desde los años ochenta ha trabajado con la misma comunidad del sur de Chicago.
El candidato republicano, John McCain no ha tenido una actitud muy positiva para esa comunidad, y a pesar de sus intentos pre electorales por atraerse su apoyo sus iniciativas no han estado exentas de algún que otro traspiés. Así, recientemente, en una reunión con la comunidad americano irlandesa de Pensilvania, quiso hacer un chiste que no hizo «ninguna gracia» a su auditorio, al presentar al pueblo irlandés bajo el estereotipo de «borrachos».
Pero sin duda alguna lo que le pesa más en su contra es su actitud en el pasado. En la década de los noventa, en los albores del proceso de paz irlandés, McCain mantuvo una postura de apoyo absoluto a las posiciones más intransigentes que al comienzo mostró el gobierno británico, oponiéndose a los esfuerzos del entonces presidente, Bill Clinton, para buscar una salida negociada al mismo. El candidato McCain llegó a definir a Clinton como un «romántico, con nociones anacrónicas del republicanismo irlandés». Además se opuso firmemente a la concesión de un visado al presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, ya que lo consideró un «grave error que serviría de publicidad para el SF».
Como irónicamente señalaba hace unos días una importante figura diplomática estadounidense, si hubiera sido por McCain, «no se hubiera dado el proceso en el norte de Irlanda, y la paz no habría llegado allí».
La candidatura demócrata ya ha conseguido los apoyos públicos del clan Kennedy y de otros miembros claves del lobby irlandés. Pero más allá de sus raíces y de sus apariciones públicas en algunos actos, lo que la comunidad americano irlandesa ha valorado es la firme apuesta de Obama para «asegurar y promocionar el llamado Acuerdo de Belfast», continuando con una política que permita el desarrollo económico y comercial de Irlanda, manteniendo a ésta en una situación privilegiada en sus relaciones con EEUU.
El candidato demócrata ya ha anunciado públicamente la creación de un equipo «especial» para Irlanda, formado por importantes figuras políticas, así como su apoyo a una investigación neutral sobre la muerte en atentado del abogado irlandés, Pat Finucane (cuya muerte reivindicada por los lealistas pudiera ser fruto de la colaboración de éstos con las fuerzas británicas en el norte de Irlanda).
Otro aspecto clave a la hora de desequilibrar la balanza, lo encontramos en el paquete de medidas y reformas que en torno a la inmigración defienden los demócratas, frente a la política altamente restrictiva del Partido Republicano. No podemos olvidar que las medidas propuestas por Obama pueden permitir regularizar la situación as cientos de irlandeses que viven en EEUU y que a día de hoy pueden tener problemas con la justicia si no lo hacen.
Tampoco ha dejado pasar la oportunidad Obama para criticar la política de Bush en los últimos años hacia Irlanda, y ha reivindicado, en el contexto de su campaña por el cambio, «un cambio en la relación con una cambiante Irlanda».
A la vista de todo ello se antoja muy difícil que McCain pueda hacerse con el apoyo americano-irlandés, y todo parece indicar que esta comunidad acabará votando por la candidatura demócrata de Barack Obama y Joe Biden.
TXENTE REKONDO.- Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)